El comprador (COMPLETO) romance Capítulo 41

La vida suele ser extraña.

La mayor parte del tiempo juramos no entenderla pero está todo tan bien expuesto,tan perfectamente diseñado, que es nuestra propia incapacidad de aceptación lo que nos hace equivocarnos.

Cometemos el error de creer que hay señales que nos guían, cuando todo está más que claro en el camino hacia el final y no necesitamosseñal alguna, más allá de nuestra propia vista y razón. Es nuestra culpa, por errados,el tropezar por la vida cuando sabemos esquivar perfectamente aquellas piedras, que en el fondo nos morimos por pisar. Una... tras otra, tras otra, tras otra.

Su mirada asustada combinaba estrañamemte con la mía sonriente. Él me veía como si estuviera esperando una repuesta diferente a la que tenía reservada para darle.

—Te lo hubiera dado si me lo hubieses pedido Alexander —negó cerrando los ojos y recostando su cabeza sobre la puerta provocando un sonido sordo,y acto seguido acariciando mis caderas por encima de la ropa —no necesitabas un contrato para comprar algo, que te hubiese ofrecido si te hubieras dedicado a enamorarme y no a aterrarme.No puedo olvidar todo lo que hiciste para ganarte mi corazón pero el resultado fue el mismo sin embargo... de todos modos te amo, me enamoré de tí y te he dado ya eso que tanto macabro empeño pusiste en conseguir, y no necesitaste pagar por el.

—Eres tan inocente mi amor —suspiró despacio,y dejó escapar unas últimas lágrimas como efecto del abrir de sus hermosos ojos nuevamente y no me resistí a pasar mis pulgares por debajo de ellos y dejar limpia de dolor salado su piel —soy un condenado enfermo que no te mereces y que no te merece; pero no puedo dejar de conservarte, no soy capaz de dejarte ir, soy así  de caprichoso, así de posesivo y estoy así de enamorado —alargó un poco más el silencio y me besó lento y profundo, tropezando con mi lengua y haciendo que mi cuerpo se restregara sobre el suyo provocando gemidos en los dos —mi corazón también te pertenece y si un día necesitas quitármelo... no dudes en hacerlo, que eso Loreine, me hará sentir mejor. Un poco más en paz.

— No digas tonterías y bésame otra vez.

Su manera de besarme y de tocarme, tan comedido como desenfrenado y tan profundo como intenso, me hacía sentir especial. Distinta a sus otras compras y absolutamente novedosa en su vida como lo era él en la mía.

Estaba haciéndome simplemente suya.

Como en las ocasiones anteriores no quise darle mucha importancia a lo absurdo de su contrato para conmigo.  Podía ver lo poco expresivo que se volvía a la hora de conversar sobre ese tema y ciertamente,  llegados hasta el punto exacto en el que estábamos, no le veía ningún sentido a seguir indagando sobre algo, que formaba parte del destino, un pasado y poco más.

Tuve que conformarme con pensar que de alguna forma me había visto, se había encaprichado de mí y por sus oscuras razones, había hecho todo lo que había podido para obtenerme.

Sin embargo,no conseguía obviar del todo el hecho de que me hubiese visto matar a una persona y se esperó fríamente a que eso sucediera para apoderarse de mi voluntad y de mi vida; pero si lo pensaba bien,ya no tenía ninguna lógica seguir cavilando sobre lo mismo, cuando estaba más que segura de que no había nada...absolutamente nada, que me hiciera dejarlo.

—Sé que no quieres hablar de tu padre y lo respeto —le confesé mientras pegaba mi frente a la suya y conectaba mis ojos verdes con los suyos azules dejando que sus manos masajearan mi pelo, aún desde nuestra posición en el suelo —pero,sabes que puedes hablarme de todo cuanto quieras,¿cierto?...

—¿Sabes por qué no hablo contigo de la mayoría de las cosas? —preguntó con suavidad,dejando que sus dedos acariciaran mis pómulos y separando nuestros rostros unos centímetros, a lo que yo negué y el sonrió y me dió un rápido beso, mientras mis manos se paseaban por sus hombros —quiero vivir a tu lado, como si yo no tuviera un pasado y tú hubieses nacido en el mismo instante en que puse mis labios sobre los tuyos, el día que te llevé por primera vez al "Luca",y me perdí en la sensación de tu piel en la mía. Quiero que todo lo que sucedió antes de ese momento no exista y que nada pueda impedirme sentirme el mismísimo creador, cada vez que te toco... por eso no quiero hablar de nada más que de tí, nunca jamas en mi vida.

—¿Por qué no quisiste dormir esa noche conmigo?

Todo en color hueso y algunos tonos grises incluso en los muebles, no habían flores, ni adornos femeninos,ni siquiera un detalle que personalizara su despacho; pero sin embargo, de tanto que exploré el lugar sintiendo como disfrutaba de verme andar de aquí para allá todo el tiempo, encontré las dos únicas cosas que no esperaba hallar allí, al menos no juntas y en calidad del mismo nivel de importancia.

—¿Somos Luca y yo? —pregunté tomando un marco de fotografía de dentro de una pequeña vitrina que contenía evidentes premios a su trabajo y trofeos ganados. Y entre esas cosas tan importantes para él, estaba yo, en un marco junto a la fotografía de su hijo.

Eran tan rubio como él y con aquellos benditos ojos azules que no dejaban cabida a la confusión y quedaba claro que ese dulce niño, era su hijo. Y justo a su lado,había una foto mía que ni sabía que me había hecho pero que me llenó los ojos de cristalinas lagrimas de emoción.

—Ahí dentro está lo más importante que la vida me ha dado.

—¡Alexander!...no sé  que decir, estoy tan... ¡Oh dios!—me cubrí  el rostro con las manos y lo sentí abrazarme por detrás pegando sus labios a mi nuca después de apartar mi largo cabello—¿Cómo puedes quererme tanto?...

Me giró  en sus brazos y me tomó las mejillas,besó mis párpados y mis labios y juró:

—Puedo quererte mucho más...

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