El despertar del Dragón romance Capítulo 171

A menudo, Hilda regresaba a casa en el auto de Jaime; por ello, la joven no pudo evitar sentir absoluta tristeza al aparecer sola frente a la puerta de su pequeña vivienda. En efecto, el resto de sus colegas fueron capaces de notar un cambio en su comportamiento, pues si bien solía sonreírles siempre, ni siquiera, habló con nadie el resto del día.

De vuelta a casa, Jaime decidió descansar un poco, mientras esperaba a Josefina, quien apareció poco tiempo después en un lujoso vehículo que atrajo las miradas de todos en el humilde vecindario. Al detenerse frente a la entrada, se escuchó a un hombre decir:

—Me pregunto quién será esa elegante joven que no debería encontrarse en un lugar tan peligroso…

Entonces, al descender del hermoso auto y a pesar de que pudo escuchar los susurros de la gente a su alrededor, Josefina decidió ignorarlos; tras detenerse junto al umbral de la puerta, la joven advirtió la presencia de un pequeño grupo de ancianas que la observaba desde el otro extremo de la avenida. Entonces, no tardó en reconocer a Claudia, quien la miraba, curiosa, por lo que no pudo evitar sobresaltarse al darse cuenta de que conocía al apuesto hombre que había salido de la pequeña casa.

«¡No puedo creer que Jaime y esa elegante jovencita estén juntos!».

La anciana los observó entrar en el lujoso auto, con las manos entrelazadas, mientras la joven pareja se alejaba a toda velocidad por la sucia carretera, por lo que no pudo evitar sobresaltarse al escuchar la voz de una mujer a su lado.

—Querida Claudia, creo que ese joven era Jaime, hijo de Gustavo, ¿no es así? —indagó en tono alegre; al advertir que su amiga hacía un pequeño gesto con la cabeza, en señal de respuesta, se apresuró a añadir, emocionada—: ¡Debo admitir que nunca me hubiera imaginado que lograría conquistar a una mujer así! ¡Me alegra saber que ese jovencito podrá beneficiarse de la enorme fortuna de una de las familias más importantes en la ciudad!

—Así es; sin embargo, debo admitir que pensaba que tenía una relación con tu hija, Hilda, pues recuerdo que siempre estaban juntos… —explicó otra anciana, antes de continuar—: Recuerdo que uno de sus mayores deseos siempre fue convertirse en un hombre muy influyente; por ello, supongo que decidió conquistar el corazón de esa joven mujer.

Ante esas palabras, Claudia decidió regresar a su hogar de inmediato para hablar con Hilda.

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