El Invitado de La Boda romance Capítulo 46

Días después: viernes 12 de octubre, 2018

Pensaba que me llevaría más tiempo regresar a Nueva York, pero claramente mis planes se adelantaron. El drástico cambio de clima nos obliga a ponernos nuestros abrigos y al salir al área del aeropuerto donde esperan los autos para recoger a los pasajeros, veo a Samantha y Julián. Rápidamente me acerco a ellos llevando las maletas conmigo y los abrazo fuertemente —¡Cuánto los extrañe! — confieso y sus risas y abrazos me hacen sentir en casa una vez más.

—Y nosotros a ti Martin. — dice Sam y me mira a la cara apenas nos soltamos —te ves mas delgado. — comenta haciéndome reír.

—Estoy bien, solo que estuve con muchos cambios en mi vida… pero, permítanme presentarles a Alai Parker. — digo y le hago una seña a ella para que se acerque a nosotros.

—Hola un gusto conocerlos. — les dice amablemente y los saluda.

—Samantha y Julián Franco. — le digo y de repente Julián mira a su alrededor.

—Sera mejor que salgamos de aquí antes que nos multen, pero vengan… vayamos a desayunar y nos cuentan todo. — propone y rápidamente abre la cajuela del auto para subir las maletas mientras que yo le abro la puerta a Alai y después le ayudo a subir el equipaje. —es guapa eh. — me dice él y sonrió.

—Mucho. — añado y una vez que el equipaje ya está en su lugar, ambos subimos al auto. Para mi sorpresa, mi prometida y Samantha ya están conversando de la ciudad tal y como si se conocieran de toda la vida.

—Los vamos a llevar a uno de los mejores lugares de la ciudad a desayunar, supongo que tenemos mucho de que hablar. — comenta Julián.

—Me parece perfecto, además tenemos una noticia que darles. — les dejo saber y de inmediato obtengo la atención de ambos mientras que paso mi brazo por encima de los hombros de ella y la hago acomodarse contra mí.

—Ya tengo curiosidad. — bromea Sam.

—Todo a su tiempo…— comento divertido —¿Y cómo estuvieron las cosas por aquí? — pregunto mientras observo por la ventana los paisajes de la ciudad.

—Todo en orden, ya sabes, trabajando mucho… por lo que veo a ti te fue muy bien en Orlando. — me dice Julián y nos mira por el espejo retrovisor.

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