El padre de mi amiga romance Capítulo 3

Narra Luciana.

 

Habían pasado un par de semanas, los primeros exámenes  fueron difíciles, pero por suerte Ericka y yo aprobamos. Ella me invitó a pasar el fin de semana a su casa, no era la primera vez que me quedaba durmiendo, pero en esta ocasión iba ser diferente, porque la tentación que sentía por su padre era mucho mayor. El día que hablamos por video llamada, le di su mensaje a Ericka, mientras hablaba con su padre ingresé al baño, abrí levemente la puerta sin hacer ruido solo para verlo por la pantalla,  cuando mí amiga se  fue me di cuenta que no había colgado la llamada, así que en ese momento me propuse hacer algo atrevido, me quite el jeans y el brasiel, había una camiseta en el baño y me la puse. Salí del baño fingiendo que no lo había visto, comencé a tocarme  sabiendo que él me estaba mirando, eso fue suficiente para excitarme. En un par de veces pude ver de reojo que seguía conectado, cuando tuve mí orgasmo sonríe al final, él se había ido, pero había logrado lo que quería: provocarlo.

Una vez que llegamos a la casa del señor Brown, dejamos nuestras cosas, él nos invitó a comer para ir a celebrar por la aprobación de los exámenes. Todo el tiempo estuvo serio, pero buscaría la manera que diera el paso que yo deseaba durante mí estadía.

—¿Estuvieron muy difíciles los exámenes chicas? —preguntó el señor Brown.

Ericka tenía un  bocado de pizza en la boca, así que aproveché  la oportunidad para liderar la conversación.

—Un poco, pero tuvimos amigos que nos   ayudaron a estudiar—le mencioné.

—Edwin te ayudó mucho a estudiar —comentó Ericka con una sonrisa pícara.

—¿Pensé que estabas siendo más precavida con eso de los chicos?—pronunció él viéndome

—Oh, papá, deja de ser tan sobreprotector. Ella es humana y probablemente necesita un buen acoston—dijo mí amiga entre risas.

—¡Ericka¡—le regañe, por su forma atrevida de hablar frente a su padre.

—¿Qué? A mi papá no le importa. Sabe lo que pasa en la universidad. Además, no eres su hija, así que está bien hablar de que consigas algo de acción—respondió sin importancia. El señor Brown, se miraba realmente serio, parecía molesto. Pero en ese momento el   teléfono de Ericka vibró—.Lo siento, tengo que contestar—dijo levantándose, luego respondió la llamada y se fue al baño.

Tenía una nueva oportunidad de estar a  solas con él y no la iba desaprovechar, tomé mí celular y  lo desbloqueé.

—Señor Brown, ¿quiere ver qué hemos hecho con nuestro dormitorio?—dije poniéndome de pie para luego sentarme en su mismo asiento. Mi falda de algodón se levantó, permitiendo que mi muslo desnudo rozara con el de él. El placer surgió a través de mí cuando sus ojos se posaron en mi carne desnuda, deteniéndose más de lo apropiado—. Decoramos la habitación desde la última vez que la vio, creo que le va a gustar —dije, él pareció salir de una especie de trance para toser  levemente. Me pegue más a su cuerpo para mostrarle mí celular. Abrí la galería  de fotografías y comencé a desplazarlas mientras él intentaba mantener la distancia.

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