ENTRÉGATE romance Capítulo 48

Violeta supo que habían pasado muchas horas de estar teniendo sexo con Vladímir, su cuerpo estaba agotado y el letargo parecía reclamarla y aún así, no había podido dormir, hacía mucho también que dejó de producir lágrimas sentía un dolor interno que ya no podía exteriorizar. Giró el rostro para encontrarse con que Vladimir dormía tranquilamente a su lado. Si tan solo pudiese liberarse y salir de allí, escapar de las garras de Vladimir y volver junto a Mikhail.

Nada había dormido cuando Vladimir se movió en sueños y despertó de su letargo, ella lo miró sin expresión alguna y él le sonrió.

—Buenos días, querida— esa fue su frase que no obtuvo respuesta. Lo vio levantarse y desvío la vista— arriba cariño, tomaremos una ducha, debo salir a atender mis negocios.

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Ya no sabía cómo sentirse, sentada en la sala rodeada de las Volkovas, Olivia miraba sin mirar, fingiendo escuchar una conversación que no llegaba a entender mientras que todo su ser estaba quebrándose por dentro.

—¿Olivia. . . Estás bien?— ell giró su triste mirada hacia Annika.

—No— respondió en un susurro—.lucho por mantener la cordura, pero no estoy bien— el trío de mujeres la vio con profundo dolor. Nada en su vida parecía tener sentido alguno, nada. Su celular timbró, llena de angustia y sorpresa corrió y tomó la llamada.—¿Hola?

—Mi amor.

—¿Jarvis?— preguntó para después comenzar a llorar—¡ Oh Dios, Jarvis!

—Ya mi amor, tranquila, estoy bien.

—No tienes una idea de lo que han Sido estos días para mi— dijo sollozando— estoy muriendo de dolor.

—Lo siento, amor mío, ha sido difícil, se complicó un poco todo, Cadáver casi me descubre, tuve que evitar el contacto contigo o volver a dónde me estaba hospedando, tenía preparada una trampa para mí. Afortunadamente soy precavido así que no había nada en el lugar que comprometiera mi identidad. Sin embargo tuve que tomar precauciones para no ser descubierto. Lo siento mi amor, lo siento mucho.

—Me vuelve un poco de tranquilidad al cuerpo— dijo llorando— ¿Cuándo regresas?

—La primera fase está lista, volveré hoy mismo. Lo prometo.

—Violeta ha desaparecido — dijo ahogada en llanto.

—¿Qué dices?, ¿ de qué hablas?

—Tiene días desaparecida, desde que te conté que no había vuelto a casa — lloró — Mikhail cree que la han secuestrado.

—Mi amor, no puede ser.

—He tenido el alma en vilo todos estos días, sin saber de ti, sin saber de ella— lloró ahogadamente — me he estado volviendo loca, ni siquiera sé cómo lo he soportado.

—Lo siento, lo siento amor mío, aguarda un poco, iré a tu lado, juntos encontraremos a Violeta. Todo estará bien.

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Mikhail estaba angustiado, los nervios al borde del colapso, había dormido poco y comido menos, no encontraba a Violeta por ninguna parte, como si la tierra se hubiese abierto para tragarla y luego cerrarse nuevamente, no entendía cómo no había podido encontrar una sola pista que la llevara a ella.

Solo rogaba internamente porque aún estuviese con vida, rogaba porque los desgraciados que la tuviesen no la torturaran, quizás querían información sobre él, lo que si era seguro es que no se trataba de dinero, no había recibido ni una sola llamada para pedir rescate.

¿Dónde estás, mi amor. Dónde estás?

En cuánto Jarvis llegó a la mansión Olivia se arrojó a sus brazos, él los abrió para recibirla y estrecharla con fuerza, susurrando cuánto la amaba, lo feliz que estaba de que estuviesen de nuevo juntos, la alegría de verla y nuevamente cuánto la amaba.

Después de una rápida comida, una ducha, las Volkovas se marcharon a su propia mansión asegurando que Olivia quedaba en buenas manos y dándoles intimidad, a pesar de que era ya muy de noche.

—Esperaré a Mikhail, ¿me acompañas o quieres dormir un poco?— le preguntó Olivia.

—No, cariño, no dormiré, me quedaré contigo. esperaremos juntos a qué llegue.

Mikhail apareció a altas horas de la madrugada, venía en compañía de Dmitry y Nikolay.

—Fenton, que bueno ver qué has vuelto. — le dijo acercándose a él y estrechando su mano.

—¿Entonces no lo sabes?— preguntó lentamente.

—Me lo dijo, uno o dos días después de que te marcharses, le dejé claro que lo nuestro es muy en serio, que noe interesa nadie más, sin embargo ha significado un gran apoyo en todos estos días sin Violeta.

—¿Qué tipo de apoyo?— preguntó frunciendo el ceño.

—Nada malo— aseguró — ha estado cada día con Mikhail buscando a Violeta, y cuando no, ha estado aquí acompañándome.

—¿Solos?— dijo con una voz aparentemente tranquila.

—No. . . mi amor, ¿desconfías de mi?— preguntó con dolor.

—Confío en tí, no en él.

—No hay nada de que preocuparse, yo te adoro mi amor, no cambiaria ésto que tenemos, por nada, ni por nadie en el mundo— le dijo antes de acercarlo a ella para reclamar con dulzura su boca.

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Esteban salió del cuarto de baño, secando su cabello, mirándo a la cama se encontró con el cuerpo desnudo de la hermosa mujer que allí descansaba. Ninguna sábana cubría su desnudes y cada cueva resultaba magnífica y excitante.

El teléfono timbró y caminó hasta la mesa de noche para tomarlo, la mujer despertó y lo miró con ojos aún somnoliento. Él miró la pantalla y luego a la mujer.

—Son asuntos importantes — ella asintio, cubriéndose con una sábana, enrollandola en su cuerpo, para luego salir de la habitación— Cadáver, buenos días, ¿Cómo estás?

—Diablo. . . he estado mejor, la verdad.

—¿Qué ocurre?— preguntó con él con el ceño fruncido.

—Tengo noticias para usted, y no van a gustarle absolutamente nada, señor. . .