— Maya, ¿dónde estás? — Preguntó Jacob al entrar al apartamento de su hermana, ayer había recibido una llamada de ella en la que no se escuchaba para nada bien y por eso había decidido viajar hasta aquí para ver lo que estaba sucediendo. — Maya. — Volvió a llamar antes de finalmente abrir la puerta de la habitación de ella y en ese momento vio que su hermana estaba hecha un ovillo mientras su cuerpo temblaba envuelta en las sábanas, causándole un terrible dolor en su corazón.
A pesar de que ella escuchó la voz de su hermano no quería decir nada, no quería dar explicaciones solo quería estar sola y llorar, pero cuando Jacob se acostó en la cama y la envolvió en sus brazos ella sollozo con más fuerza.
— Dime que te pasa por favor ¿Por qué estás así? — Cuestionó Jacob sin dejarla de abrazar. — Por favor dime algo, tu silencio me está volviendo loco, me estás preocupando más.
— Tenías razón, siempre la tuviste, me equivoqué y ahora mi corazón duele tanto que es insoportable. — Sollozó Maya quitando las sábanas de su rostro lleno de lágrimas para mirar esos ojos iguales a los suyos que la miraban con preocupación.
— ¿Qué te hizo ese bastardo? Voy a matarlo. — Masculló Jacob, con sus ojos pasando de la preocupación a la más desenfrenada rabia, por las palabras de ella imaginaba que esto solo podía tener que ver con Victor y estaba por levantarse de la cama, pero Maya lo tomo de la mano y negó con la cabeza.
— No hagas nada, fue mi culpa, tú me lo advertiste y no te escuché, después de todo fui yo quien estuvo detrás de él, insistí en conquistarlo y al final me ilusione sola, lo único que Victor hizo fue darme una dosis de realidad y ya nada de eso importa. — Sollozó Maya, intentando calmar a su gemelo, sabía que él era muy impulsivo y obviamente no podría hacerle nada a Víctor, porque este último era más fuerte, tenía más dinero, poder y era mucho más cruel, en cambio su hermano aunque estaba involucrado en el bajo mundo, aún era demasiado joven, le faltaba mucho por aprender.
— No es tu culpa Maya, si él te hizo algo malo no lo es, si no te quería no debió dejar que te ilusionaras con él, así que dime de una vez, ¿Qué te hizo? — Interrogó Jacob tensándose, odiaba ver a su hermana sufrir, los dos habían sido muy unidos, al ser gemelos el vínculo que tenían era demasiado profundo, la amaba con todo su corazón y le había advertido que se alejara de Victor, ya que sabía que era un hombre que cambiaba de mujeres como de calzoncillos, pero ella estaba tan enamorada que por primera vez no le hizo caso.
— Te lo diré, pero por favor prométeme que no vas a ir a hacerle nada, si te metes con él le causarías grandes problemas a esta familia, nunca podríamos ganarle a Víctor, lo sabes, así que no vale la pena enfrentarse a él por una niña tonta. — Murmuró Maya mientras sus lágrimas no dejaban de salir, lo menos que deseaba era causar más problemas solo por ser testaruda y aferrarse a un amor no correspondido.
— Escúchame bien, tú no eres una niña tonta, solo estabas enamorada y él es un completo imbécil. — Dijo Jacob tomando la carita de ella entre sus manos y tratando de calmarse, aunque quería ir a darle una lección a Víctor, sabía que ella tenía razón, enfrentarse a él sería un gran error, más ahora con lo inconvenientes que estaban surgiendo en lo negocios de su padre. — No haré nada, pero dime qué ocurre.
— Él está con otra mujer, solo jugó conmigo, necesito volver a casa con ustedes, ya no quiero estar por más tiempo aquí. — Confesó Maya finalmente y Jacob tensó la mandíbula con fuerza, tratando de seguir conteniéndose para no ir por Victor, tenía demasiada rabia, pensaba que si no la quería, al menos por la amistad que había entre familias desde hace muchos años, nunca debió ilusionarla para luego lastimarla de esa manera, más cuando Maya solo tiene diecinueve años y no estaba preparada para algo así.
En la mafia a la que pertenecían, se exigía que cada una de sus mujeres llegarán virgen al matrimonio y aunque él no quería que Maya se casara con ninguno de los hombres involucrados en este mundo, igual no se vería nada bien para ellos que ella estuviera embarazada siendo soltera, perjudicaría gravemente la reputación de su familia.
— Lo lamento, en serio lo siento, no tenía idea de que las cosas podrían salir de esta manera. — Susurró Maya bajando la mirada, sin dejar de llorar, sintiéndose culpable por decepcionar a su hermano y muy pronto también a sus padres.
No había planeado embarazarse, solo se había dejado llevar por su amor por Victor, ella quería entregarle su cuerpo y alma, quería ser completamente suya, no le importaba llegar virgen al matrimonio si su primer hombre podría ser el amor de su vida, pero cuando se enteró que estaban esperando un bebé creyó que todo se iba a solucionar casándose, nadie se tendría que enterar de que su bebé fue concebido antes del matrimonio, solo que nada había sucedido así, ahora solo podía enfrentar esto sola, intentando perjudicar lo menos posible a su familia.
— Prepara tu equipaje, iré a arreglar lo de los pasajes y llamaré a papá. — Espetó Jacob antes de salir de la habitación, estaba furioso y no quería seguir descargando su ira en ella, cuando sabía que ya estaba sufriendo mucho, no le gustaba lastimar a su hermana porque ella era la persona más importante en su vida, solo que al darse cuenta de todos los errores que ella había cometido en nombre del amor, había terminado perdiendo los estribos.
— Tu mamá se equivocó mucho bebé, por eso tu tío actúo de esa manera, pero cuando todo pase, él te va a amar e igual no importa lo que suceda, yo te amo. — Susurró Maya acariciando su vientre, su hermano siempre ha sido la persona en quien más confía, él que siempre la hacía sonreír cuando estaba triste y quién la protegía en el colegio cuando la molestaban, era su apoyo, por eso esperaba que solo estuviera molesto y que por su error no terminará alejándose de ella ahora que más lo necesitaba, eso terminaría de destrozarla.
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