La Chica Dhall © romance Capítulo 33

Capítulo treinta y dos

Pov Zuani

Miro aturdida a Lorena mientras está niega disimuladamente ante todo lo que estoy formando.

¿Qué está haciendo aquí?

¿Es parte del enemigo?

No, no lo creo, ¿o sí?

¡¿QUÉ HACE AQUÍ?!

De tantas emociones fuertes que estoy teniendo creo que me va a dar un patatús. Mi mente no lo puede soportar, y, ahora esta esto también; observo a todos los vampiros y lobos esperando un movimiento por parte de ellos, Len intenta pegarme a su espalda doblando su brazo y atrayendo mi cuerpo al suyo.

—No dez ni un solo movimiento en falso o seremos presa fácil para todos —susurra —fue por esto que te dije que te quedaras dentro y no salieras.

Un señor regordete camina con estilo hacia nosotros y se posiciona al frente de mi pelirrojo —Muy buenas tardes, Len, ¿cómo va el día? —habla irónico y sus ojos se topan con los míos —¿por qué no compartes a la presa que cazaste con todos? —extiende sus brazos —creo que sería una buena entrada.

Mi protector endereza su cuerpo y me pasa al frente de él —¿La quieres? Pues aquí la tienes —me hace dar un paso lejos de él y volteo mi cabeza para ver como sus ojos brillan en un intenso celeste casi blanco —pero si la tocas, morirás.

—Vaya, parece que la estás protegiendo con tu vida —el viejo panzón sonríe —dime algo —toma su barbilla —¿acaso quieres ser expulsado?

Lorena se mueve de entre toda la multitud y justo se posa a su lado, toma el brazo del hombre posandolo entre sus pechos y hace una pose de puchero para él que me dan más ganas de reír que otra cosa —Ya, deja de pelear, Carlos. Estamos aquí para apoyarlos con lo que sucedió, después de todo me dijiste que somos una manada, dividida, pero una manada, ¿y qué hacen las manadas?

Debo admitir que de cierta forma ha mejorado su habilidad para convencer y hablar, pero sus actos físicos aún así me parecen demasiados exagerados.

—Apoyarse —habla entre dientes contestando a su pregunta.

—Exacto —Lorena posa su cabeza en el hombro de él y nos mira fijamente a ambos —¿y bien? Estamos esperando todos una explicación de lo que está sucediendo.

—Es mejor que entremos los líderes —Len me toma de la mano y observa a una pareja detrás de nosotros —y con lujos y detalles contaré los acontecimientos que han pasado junto a mi informe sobre dicha manada.

¿Qué? No entiendo.

¿Cómo que informe?

Junto mis cejas y cojeo al sentir mi pierna en mal estado. Necesito curarme, sino lo único que conseguiré es una fuerte infección y después una pierna amputada.

Me aferro al brazo del pelirrojo oyendo como intenta dar explicaciones sobre mí, pero las voces de los demás se difuminan con el aire hasta llegar a mis oídos, pestañeo rápidamente viendo doble a cada persona presente, la respiración me empieza a fallar y una presión en mi pecho se instala de la nada. Me voy a desmayar.

Has perdido mucha sangre, es normal.

No estoy para regaños, torpe mente.

Adiós.

...

Muevo mi cabeza de un lado a otro sobre la almohada y llevo la mano derecha a mi frente por el incesante dolor de cabeza que me taladra una y otra vez —hasta que al fin despiertas —abro los ojos de par en par al escuchar la voz de mi prima y me levanto rápidamente, pero el dolor se intensifica y caigo rendida nuevamente —tranquila, levántate con cuidado —agarra mis dos brazos y me jala lentamente hacia ella —Puedo preguntar qué pasó para que terminaras con un hueco en la pierna.

Suspiro —es una larga historia —quito las sábanas de mi cuerpo y observo con atención la venda que cubre parte de mi pierna —pero, —alzó la mirada —la pregunta del millón es, ¿qué haces aquí?

Ella se levanta y posa sus manos en forma de jarra —¿no te alegras de verme?

Sonrío —La verdad es que sí, ya que me hago una idea del porqué —hago comillas con mis dedos enfatizando el porqué— estás aquí, pero quiero escucharlo de tu boca.

Se acerca como niña chiquita y pega sus labios en mi oreja —vamos a cometer la matación —y se tira en la cama.

—¿No deberías comportarte conmigo sabiendo que abajo están todos?

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: La Chica Dhall ©