La chica fénix: ¿Mi mate? romance Capítulo 30

Yack & Nay

Nay

Escuchar lo que le pasó a Sophie me puso muy triste, no sé que me hubiera pasado si Yack no fuera mi alma gemela, él es comprensivo, me cuida y siempre me pregunta cómo estoy.

Aunque siempre trata de que esté bien, he estado huyendo, me he escapado de él cada vez que intenta acercarse a mí, sé que le duele, e incluso a mí también a mí. Tengo miedo porque no sé si él quiera que tengamos sexo, pero me da mucho miedo, no quiero arruinar nada entre nosotros por ser virgen y no tener nada de experiencia en esa rama.

Por ese motivo ahora estoy escondiéndome en la alacena hasta que se haga tarde y él ya esté dormido para poder acostarme a su lado, escuchó algunos pasos en la cocina. Trato de no hacer mucho ruido para que no me encuentre, sé que suena inmaduro lo que hago, pero tengo muchas cosas en la cabeza como para pensar en otra solución.

Solo veo las sombras y dos personas hablando.

— ¿Qué pasa Yack porque no comiste nada? — Escucho a Eli hablar, trato de que mi corazón no se acelere para que no me descubran. Mi hermana y yo hemos entrenado esto por temor de que los vampiros nos vuelvan a atacar, fue duro, pero por suerte puedo controlar hasta mi reparación.

—No tenía mucha hambre — le responde y por su tono de voz sé que está desanimado; sé que es por mi culpa y odio eso

—Esto es raro en ti. ¿Necesitas sangre?. — se escucha preocupada— si es así ahora mismo le pido algún de mis hombres que te consiga sangre de algún venado y si es más serio le digo que vaya al banco de sangre— comienzo a preocuparme por él y su salud una parte de mí quiere abrazarlo y decirle que estoy bien, pero soy muy cobarde.

— No es por eso, no soy débil ni nada — lo escucho desanimado.

—Entonces, ¿por qué estás así? — le pregunta.

—Es que creo que Nay me está esquivando por alguna razón, pensé que ya no me tenía miedo — su voz se escucha muy triste y eso es lo que menos quiero.

—No creo que sea por eso, además ¿por qué crees que te está esquivando?— y yo creyendo que estaba siendo sutil en mis escapadas.

—Si no te habrás dado cuenta de que cuando cenamos apenas comió desapareció y cuando nos mandaste de "vacaciones" obligatorias por el celo de tu lobo supuse que dormiríamos juntos, pero en la primera noche hicieron pijamada y la tercera noche se fue a dormir con su hermana y a mí me tocó dormir con Saíd y ese lobo ronca no sé cómo mi cuñada lo aguanta — sentí un pinchazo de culpa, ya que le comenté a mi hermana sobre mis miedos y ella dio la idea de la pijamada y el tercer día solo me arrastró a su cuarto.

—No te sientas mal, qué te parece si yo hablo con ella y trato de averiguar lo que pasa, si — no escucho respuesta, únicamente se vuelven a escuchar paso y un grito.

—¡Maldito vampiro, no la toques!— Ese es el Alfa de seguro.

—¡Caya lobo feroz, mejor pon la película! —grita Eli.

Vuelvo a escuchar pasos y siento un poco de alivio hasta que de la nada abren la puerta de la alacena. Entra y se sienta al lado mío.

—De qué nos escondemos — habla bajito.

—¿Ah?— es lo único que sale de mí.

—Sabes que Yack no te encuentra por la mezcla de olores aquí, pero yo apenas entre, sabía que estabas escondida, debo felicitarte ni un lobo podría descubrir tu ubicación — me felicita.

—Bu..bu…bueno yo… Yo no sabía lo siento — agaché la mirada.

— Oye, no tienes que disculparte porque mejor no me dices la razón de tus huidas — no sé cómo decirle de porque me estoy escondiendo, me da mucha vergüenza.

— No… No… No sé cómo decirlo — susurro, sé que me escucho.

—Bueno, primero comienza con el principio — quisiera ser tan relajada como ella.

—Lo que pasa es que tengo miedo de que Yack se decepcione de mí— susurro.

— ¿Por qué él haría eso, dime? — me pregunta.

—Es que soy virgen — susurro más bajo.

—Pues sé que tengo buen oído pero, a ese nivel, ni yo escucho —me dice un poco divertida.

—Es que soy virgen — le digo más alto.

— Ya tampoco tienes que gritar — sé que lo dice para molestar, no hable tan alto o ¿Si?.

—Lo siento — agacho la mirada.

— Bueno, dejándonos de bromas, no tienes que preocuparte Yack puede ser un poco despistado, pero jamás te haría sentir mal. Él sabe que el valor de una mujer no se mide por si es virgen o no; eres importante para él, no dejes que tus miedos te ganen — me dice sería.

—¿Tú crees? — le preguntó esperanzada.

— Claro que si, él desde el día que te vio se enamoró de ti y eso es lo único que importa, así que no te preocupes por nada — me da un abrazo y nos levantamos — ahora porque mejor no vamos a ver la película— no digo nada, ya que solo me lleva a rastras el brazo.

Yack.

Después de que Eli me mandará a ver la película que su lobo había puesto, decidí sentarme en el sillón y guardar el lado de mi pareja, no sé qué pasa, estábamos bien, ahora me huye, ojalá Eli la encuentre y que a ella le cuente lo que le preocupa, solamente pido que no me quiere dejar porque eso no lo soportaría.

Veía a todos con sus parejas juntas, a excepción de Mario, Serene y yo, aunque al lobo Eli ya ahorita a de venir y a la bruja ella no tiene pareja, aunque no pasa desapercibido cómo ve con mala cara a Bastian y Sophie, sé que a ella le gusta el hermano de Eli, pero no puede meterse en un lazo de parejas eso podría matarla a ella según tengo entendido después de lo que pasó con Eli y Aldo entre los reyes de cada especie pusieron reglas para que nadie interfiera en una pareja destinada; lo sabe bien no sé por qué de su enojo.

Me perdí en mis pensamientos que no note a las chicas que habían atravesado la puerta, mi corazón comenzó a latir tan rápido que hizo que todos los sobrenaturales de la habitación me voltean a ver.

—Miren a quien me encontré en la biblioteca sumida en los libros —señala a mi Nay. Aunque se sorprende cuando habla Eli.

—¿A si?—dice ella dudando, ganándose la una nada disimulada mirada y nada intensa de Eli —Así encontré unos libros y no me di cuenta de la hora — se explica, pero sé que miente, no sé dónde estaba, pero creo que ella se estaba escondiendo de mí.

— Si ahora siéntense que quiero ver la película — como siempre

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: La chica fénix: ¿Mi mate?