La chica fénix: ¿Mi mate? romance Capítulo 34

—Me dirán sus nombres o jugaremos a las adivinanzas — ya estaba cansada de verlos y que no digan nada.

—Disculpe mi mala educación, mi nombre es Yaakov y ellos son mis hijos, Nate y Tom mucho gusto — apenas dice eso me tenso, no puede ser el mismo Yaakov o sí. El hombre es alto más que Yack cabello oscuro sus ojos son azules su piel es bronceada y es muy raro para ser un vampiro.

—¿Pasa algo? — me pregunta el que se llama Nate.

—No, nada me acordé que deje la sopa en la cocina — le digo distraída.

—Qué dices si tú en tu vida has cocinado — me molesta Yack.

—Pero algún día lo haré así que en el futuro dejaré la sopa en la cocina— le respondo haciendo que todos se rían por mi mal chiste.

—¿Ámbar puedo hablar contigo a solas?. — le pregunta Tom.

—Claro y aprovechando me acompañas a ver si la ardilla del demonio no se ha comido las flores que están atrás. — veo desaparecer a Ámbar y a Tom que se dirigen hacia la parte de atrás del local.

—Bueno, ya que estamos en estas Nay por qué no le enseñas la florería a Yack, a Yassi y de paso el colmillitos cara de bebé los acompaña.— me quedan mirando espero que no pregunten nada soy mala disimulando lo sé, pero no me queda de otra.

Primero no tengo cara de bebé segundo cualquiera diría que quieres quedarte solo con Ya…— se queda callado — digo con mi papá.—se corrige.

—Qué comes que adivinas, así que largo que los mayores tienen que hablar—los echo ellos me miran, pero no dicen más y se adentran a la florería.

—Porque quieres hablar conmigo— me pregunta.

—Todavía no— me acerco a la puerta y la abro, todos caen uno encima de otro Yack, Nay, Yassi y Nate— que ustedes no entienden que se vayan. — los regañó.

—No eres divertida cuando te pones seria. — me dice Yack.

—Yack deja de comportarte como un bebé y déjame hablar con el señor, tarde o temprano lo sabrás. — al parecer lo convencí por qué se llevó a los chicos con él, aun así hice un campo de energía para que no escuchará nada, sé que mi amigo es chismoso y no dudaría en utilizar sus dones.

—Ahora ya que se fueron, tengo una pregunta para ti, por sí, acaso tú hace ya algunos años no conociste a una joven con ojos tan hermosos como si vieras la luna en ellos, con cabello tan blanco como los reflejos de ella. — me mira un poco impresionado por la descripción tan clara de mi tía.

—¿La conoces?— veo esperanza en sus ojos. La ama todavía la ama después de tantos años él no la olvida. Ellos han sufrido su separación, no sé cómo se pondrá cuando sepa todo.

—¿Entonces la conoces?— le digo.

—Si la conozco es el amor de mi vida, por eso he ido al castillo del rey vampiro cada vez que hay luna llena, siento algo parecido a su presencia en ese lugar, pero no la encuentro es como si no quisiera que la encontrará. — me dice con un deje de tristeza en su voz.

—Calma hombre, no llores que no es ella a la que sientes en ese castillo— trato de relajar el ambiente.

—Entonces, ¿quién es?. — no sé si yo lo debería decirlo, pero ya está aquí.

—Tú sientes, a su hijo — me mira un poco impresionado, creo que no me entendió bien.

—Ella tiene un hijo, ¿se casó?— ahora lo veo dolido, valla este hombre, el genio le cambia más que a Yassi cuando su fénix se descontrola.

—No entendiste, digo que lo que sientes es a su hijo tuyo y de ella de tu sangre entiendes o te hago dibujitos. — ahora se congeló paso mis manos por su cara, pero está en shock, supongo que mate al vampiro de impresión mi tía me mata si se entera de que la deje viuda y ahora qué hago.

Miro a todas partes buscando algo para que el vampiro reaccione y veo una manguera conectada, hago lo único que se me viene a la mente y es mojarlo.

—Quiere decir que yo tengo un hijo — yo niego con la cabeza — pero si acabas de decirme que al que sentía era a mi hijo. — me dice confundido.

—Si esa parte es real, pero tú no solo tienes un hijo, sino que son dos — le digo rezando a todos los dioses que no se vuelva a quedar como hace un rato.

—Entonces tengo dos hijos — yo asiento con la cabeza — ¿quiénes son? — me pregunta.

—Eres ciego o que lo acabas de ver — le digo obvia

—El príncipe Yack es mi hijo — más que pregunta es una afirmación.

—Si Yack es tu hijo que por cierto se llama así por ti.

—¿Y mi otro hijo?. — me pregunta y ahí es donde no sé qué responderle.

—Bueno ... eso es más complicado.

—¿Qué pasó con mi otro hijo? — arruga el ceño.

—Es más complicado Ramzes está desaparecido prácticamente desde que nació. —le digo

—Pero como Luna dejó que eso pasara y no me dijo que teníamos dos hijos. — Ahora está desesperando soy mala para esto detengo cualquier ataque hacia mi tía.

—No vayas por ese camino mi tía te busco, pero no te encontró ella asumió que habías muerto, no podía llevarlo a la otra dimensión. Dejó a Yack con los reyes vampiros, ya que salió chupa sangre como tú y Ramzes tenía que ser entregado al rey licántropo, pero los cazadores que te buscaban encontraron a mi tía por eso lo dejo con una gitana, esa es otra historia larga así resumiendo Ramzes está desaparecido y puesto que tú estás aquí me ayudarás a encontrarlo. — casi me quedo sin aire por hablar tan rápido tratando de explicarle a este vampiro.

—Cuenta conmigo y con los chicos — me dice.

—Oye espera— lo detengo antes de que intente salir del campo de fuerza— ¿ellos son tus hijos?. — le preguntó.

—No, en realidad, los convertí cuando estaban a punto de morir golpeados, vivir en las calles fue duro para ellos y aunque no son mis hijos de sangre los quiero como si lo fueran.

— ¡Primero te mato antes que le pongas una mano encima! — está furioso, está rojo me quedé congelada no sabía qué hacer.

—Así que tú eres el mate de Am, pues no te veo nada en especial, así que te digo ahora, Am se irá y se casara conmigo — sé lo que está haciendo, aparte de provocar que lo maten, parece suicida.

—Sabes eso no pasará Am es mía y ni tú ni nadie, escúchame bien, nadie la puede tocar ¡Entendiste!— le grita a mi amigo y no aguanto más.

—¡Saíd suéltalo!—le gritó, como si fuera una orden de su alfa lo suelta enseguida, me mira entre dolido y furioso como si yo le hubiera hecho algo malo.

—Lo defiendes — me acusa.

—¡Claro que lo defiendo, él es mi amigo y no me ha hecho nada!. — estaba furiosa con él, puede pensar que yo haría algo malo.

—¡Que no te ha hecho nada, te quiere separar de mí, acaso tú te quieres ir con él!. — lo señala.

—Tú eres hipócrita o que, hace menos de tres horas has estado con tu novia diciéndole que la querías y abrazándola y no sé qué más, vienes a hacerme una escena de celos — le digo dolida

—Am eso no pasó así— me mira dolido, me duele toda esta situación.

—Acaso yo me imaginé eso, dime no la estabas abrazando y diciéndole que la querías, vamos dímelo ¡dímelo!— no aguante mucho, estaba llorando Tom me estaba abrazando.

—¡No la toques, ella es mía!, es mi mate, mi amor es ... es mi vida, no la vas a alejar de mí. — él estaba llorando al igual que yo, me moría por abrazarlo, pero no podía, no puedo estar con alguien que me ha hecho daño.

—Creo que es mejor que nosotros nos vayamos — dice Yaakov a sus hijos.

—Esperen iré con ustedes — la cara de Saíd es de puro terror.

—No, por favor, no te vayas, no me dejes sin ti moriré por favor, tú eres mi aire, la razón de mí existir; si me viste con Tatiana era porque le dije que te había encontrado. Le conté todo ella me dijo que ella ya lo intuía después que ya no la fui a buscar más nos estábamos despidiendo porque aparte de novios éramos amigos le dije que la quería, pero solo como amiga nada más por favor no me dejes. — lloraba desesperado, yo ya no aguantaba más con esta situación.

—Saíd, me iré con ellos por un tiempo, necesito pensar las cosas, calmarme, no quiero cometer una estupidez enojada, no te estoy dejando, pero necesito estar sola y meditar todo. — es lo único que puedo hacer, no puedo borrar lo que ha pasado tampoco puedo borrar todo el amor que le tengo.

— No por favor, no me dejes — lo abrazó para que se calme trato de ser fuerte para que nuestra relación sea sana tengo que alejarme dejar que todo se calme, me alejo del poco a poco.

—Vámonos — les digo a los chicos, ellos se sientan y me subo al auto de Yaakov.

—¡No!, ¡no me dejes suéltame por favor no me dejes!. — Eli y Yack lo sostienen para que no nos siga, él sigue llorando al igual que yo sé que esto es por nuestro bien, necesito alejarme para no hacer o decir algo que nos dañe más de lo que estamos. Espero que la próxima vez que nos veamos todo esté más calmado porque lo amo más de lo que podría explicarlo.

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