La hija de mi padrastro romance Capítulo 34

Cuando salimos del restaurante, miré mi mano, y estaba admirando a ese hermoso solitario, que Rodrigo había elegido cuidadosamente para mí.

Lo sentí un poco deprimido en el momento de la celebración, y por momentos sentí su mirada triste, pero pudo haber sido solo el cansancio del día, después de todo, no debió ser fácil prepararme todo eso.

-Me siento tan amado. Dije mirando a mis padres que estaban a mi lado.

- Papá, cuando tu madre y yo nos conocimos, le pedí que nos comprometiéramos en un banco del parque, yo estaba al comienzo de mi carrera y estábamos llenos de planes para nuestra vida juntos.

Ella fue la mejor elección que hice. De hecho, nos elegimos porque para vivir una vida juntos, los dos tenemos que sentirnos felices.

Desde entonces he estado honrando eso, priorizando siempre su felicidad, y ella lo paga con todo el amor que tiene, y eso me hace feliz.

- Ojalá Rodrigo y yo podamos tener un matrimonio como el tuyo, él no tuvo un buen ejemplo de esposo y padre viniendo de su padre, lo cual es triste, porque creo que los hijos quieren ver a sus padres juntos y felices, y a menudo veo que Rodrigo se esfuerza mucho, tratando de ser el chico perfecto para mí, y cuando tenemos alguna pelea tonta, se siente como la peor persona del mundo para mí.

Madre: Y esto es preocupante, hija mía, porque esto le debe haber causado un trauma a Rodrigo que tiene que afrontar, porque no es sano que él lleve esto consigo, ni lo refleje en su relación. Incluso porque nadie es perfecto, todos tienen algo para evolucionar dentro de sí mismos.

- Cierto mamá, ya lo hablamos, y me prometió que buscará ayuda.

Madre: Te puedo referir a una colega mía psicóloga que es de aquí mismo de Fortaleza.

- Creo que aceptará esta nominación. Hablaré con él de nuevo sobre esto. Llegamos a mi apartamento, y me fui directo a mi habitación para deshacerme de los tacones altos que ya me estaban molestando.

Cerré la puerta del dormitorio, me quité el vestido y me acosté en la cama en ropa interior. No dejaba de pensar que Rodrigo y yo hacía muchos días que no teníamos sexo, la última vez fue en el clubhouse.

Lo cual me intrigó, ya que esto nunca había sucedido antes, que habíamos pasado tanto tiempo sin sexo. Sin mencionar que Rodrigo siempre fue muy travieso, todo lo que decía tenía algo de índole sexual, y él era muy tranquilo e indiferente al respecto.

- ¿Cómo no me di cuenta de esto antes? Tomé mi celular inmediatamente y llamé a Rayssa.

Rayssa: Wow, que chica tan toxica, me acaba de ver y ya me esta asfixiando con estas llamadas, dijo riendo mientras contestaba.

- Ya me conocías así, cariño, no te oculté lo apegado y pegajoso que soy.

Rayssa: Pero dime, ¿qué está pasando? cuando me llamas así, nada más verme, es porque ha pasado algo grave.

- Realmente no fue algo serio, solo algo de lo que me di cuenta hace un momento, y quería escuchar tu opinión. Rayssa: Puedes hablar, te escucho.

- Si estás saliendo con alguien, y ese alguien siempre es muy pervertido, y aunque tengas una vida ocupada, el sexo siempre está muy presente en la relación, pero luego te das cuenta de que hace mucho tiempo que no te acuestas, y que ademas de hacer tiempo, ya no te busca, ni es mas travieso contigo, que pensarias.

Rayssa: ¿No me digas que esto está pasando entre tú y Rodrigo?

- Sí, lo es y me resulta muy extraño.

Rayssa: Nunca les ha pasado a las chicas con las que he salido, pero según mi experiencia con los chicos, se ponen así cuando se desquitan con el coño de otra persona o cuando tienen muchos problemas que resolver.

Esto termina afectando el deseo sexual de cualquiera, Mel, ya que nadie puede hacer nada con un montón de problemas en la cabeza.

- Sí, visto así, Rodrigo está pasando por algunos conflictos, puede ser eso, porque creo que no se comprometería conmigo si se hubiera acostado con... Inmediatamente dejé de hablar cuando se acordaron de Yanka.

Rayssa: Ya se porque dejaste de hablar, no te sigas metiendo mierda Mel, el tipo te preparo una cena hermosa, te dio un anillo que te costo un billete, y no creo que sea capaz comprometerse contigo después de engañarte.

- Tienes razón, nunca lo perdonaría si algo así pasara.

Rayssa: Deberías hablar con él sobre este tema, sería una forma de que despejes tus dudas y evites pensar en cosas que quizás no estén pasando.

- Lo llamaría ahora mismo, pero no tiene celular.

Rayssa: ¿Acordaron algo para hacer mañana?

- No, pero creo que mañana me llamará para que nos veamos.

Rayssa: ¿Por qué no vas allí y lo sorprendes?

- ¿Ahora?

Rayssa: No Mel, mañana. Te levantas temprano y te presentas allí por sorpresa.

- Sí, tal vez sea una buena idea, y si se iba a ir, me hubiera avisado con anticipación. Lo haré.

Rayssa: Bueno, ve niña y aprovecha la oportunidad para compensar el retraso.

Ambos nos reímos y terminamos la llamada. No me gustaba la idea de tener que mirar la cara de Yanka, y me sentí aliviado cuando no la vi en la cena, pero Rodrigo ahora era mi prometido, y no necesitaba estar evitando a Yanka como yo huía de ella, llegué, aquí primero, si hay una persona que tiene derechos allí en esa casa, soy yo.

Fui al baño a ducharme y cepillarme los dientes, luego me acosté y esperé a que llegara el sueño.

Al día siguiente, me desperté con mi mamá llamándome para desayunar, mis planes eran levantarme temprano para desayunar con Rodrigo, pero lo haría a la hora del almuerzo, pero primero necesitaba hablar con mis padres. Cuando llegué a la cocina, ya estaba todo servido.

- Que buen olor a torta.

Madre: Aprovecha para comer bien mientras estoy aquí, hija, ya que solo comes comida chatarra. Papá y yo nos reímos.

- Gracias mamá, por tomarte un tiempo libre del trabajo para pasar este tiempo conmigo, se que no es fácil lograr eso. Madre: Ya te extrañé, hija, y era hora de que yo también tomara unas vacaciones. - Dentro de un rato iré a lo de Rodrigo a hablar un par de cosas con él y probablemente almorceré allí, pero después del almuerzo vuelvo, ¿te parece bien?

Padre: Por mí está bien, hija, aprovecharé para abrazar a tu madre.

- Ahórrate esos detalles papá, dije riendo al ver a mi madre avergonzarse. Terminé de tomar mi café y fui a arreglarme para ver a Rodrigo.

Me puse un atuendo lleno de motivos ocultos, me puse un vestido suelto y escotado. Me puse un par de sandalias planas, me recogí el pelo en una cola de caballo y me puse un lápiz labial claro. No me gustaba maquillarme por las mañanas, de hecho solo lo usaba cuando salía con Rodrigo oa una fiesta.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: La hija de mi padrastro