La mimada del Alfa romance Capítulo 40

Camila Albora

—No... Puedo... más, —jadeo sintiendo como Xander me embiste una y otra vez.

—Solo... un... poco... más, —gruñe para estimular mi clítoris provocando que me tense a su alrededor, Xander ruge y se corre dentro de mí llevándome con él al orgasmo.

Dejo caer mi pecho contra la cama siento mis piernas temblar, Xander sale despacio de mi interior y se acuesta a mi lado para atraerme a su torso. Nuestros cuerpos están bañados en sudor, me quejo cuando los rayos del sol comienzan a pegar en mi cara y escondo mi rostro.

Escucho la risa de este, lo muerdo y se detiene.

»Luna, mía, —ronronea acariciando mi espalda.

Tal y como dijo anoche, no te dejaré dormir hasta el amanecer y joder, sí que cumplió su promesa más cuando dije que fui donde la médica Eva para poder planificarme o como dice este «ponerme los tratamientos antis bebés»

La idea le agrado, porque según este estamos jóvenes y que quiere tenerme solo para él por un tiempo, siento como Xander se separa de mí para luego abandonar la cama. No pasa mucho tiempo para que toda la habitación quede en total oscuridad y luego siento como el peso del alfa hunde el colchón, me abraza dejándome sentir el calor de su cuerpo, suspiro.

—Mucho mejor, —susurro dejándome llevar por el agotamiento y escuchando los latidos del corazón de mi lobito.

Xander Cohen

Escucho la respiración tranquila de mi luna y observo su rostro en la oscuridad, si antes amaba a Camila, entonces ahora la amo más, es todo lo que algún día soñé y tenerla a mi lado fue lo mejor del mundo, ya que espere por ella. En que se convirtiera en una mujer y que sea la dueña de mi razón de vivir.

—Creo que es hora de presentarla al mundo, —anuncia Bruno abriendo el enlace, suspiro mientras acaricio el cabello rubio de mi luna.

—Sabes que eso la pondrá en el ojo de todos nuestros enemigos, —le recuerdo. —Todo el que quiera dañarnos va a ir por ella, —añado con preocupación.

—Ella es fuerte y nosotros estaremos siempre a su lado para cuidarla, —responde y cierra el enlace. Quizás Bruno tenga razón, pero tengo miedo a que algo malo pase porque desde que me atacaron cargo el presentimiento de que algo esta por pasar.

(...)

Despierto por unos toques en la puerta, gruño y me despegó de Camila que se queja, pero no se despierta. Solo se gira y abraza una almohada, sonrió y me levanto de la cama.

Busco una bata y cubro mi desnudez para ir a abrir y ver de quien se trata. Del otro lado encuentro a una de las trabajadoras de la casa la cual hace una reverencia.

—Alfa, disculpe que lo interrumpa, —murmura.

—No hay problema, Iris—respondo recordando su nombre. —¿Pasa algo?—Pregunto un poco preocupado.

—Lo busca una joven, —anuncia mirando el piso.

—¿Dijo nombre o algo?—Pregunto, no tenía cita planeada para hoy.

—No alfa, —responde.

—Bien, dile que espere en la sala, —le solicito y esta asiente.

Entro a la habitación confundido «¿Quién será?» pienso mientras camino al closet donde busco un pantalón de Chándal, el cual me coloco y decido dejar mi torso descubierto.

Estoy en mi casa y ando como quiera.

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