La mimada del Alfa romance Capítulo 44

Camila Albora

Ya pasaron dos semanas desde que me secuestraron, suspiro al recordar que mi alfa casi pierde la vida a manos de mi padre y todo por una mentira de ese vampiro, no puedo creer como algo inventando pudo durar tanto tiempo para ser descubierto y lo peor del caso es que Xander estuvo por recibir una bala de plata en su cabeza, se eriza mi piel de solo pensarlo.

Xander me confesó que hizo mucha resistencia cuando lo atraparon. Fue agredido al igual que se dejó maltratar con tal de que yo saliera viva y sin ningún rasguño, es un hombre valiente, pero estúpido por hacer eso, no quiero que se arriesgue por mí o que muera por mi culpa, ya que no soportaría estar sin él.

En estas dos semanas muchas cosas han pasado, como el destierro de Angélica por traidora y por participar en el intento de asesinato de un miembro de la familia real, sin embargo lo más importante de todo esto es el llamado tratado de paz con los cazadores que se firmará hoy para que ya no ataquen a las manadas y aquelarres de brujas y vampiros.

Nada más podrán atacar a una de esta raza, si intentan algo contra un humano, no obstante existen cláusulas, ya que puede que se necesite conversión de una persona común a vampiro por ser el alma gemela de este.

Ese tratado de paz entre estas especies y las demás, se llevará a cabo con la ceremonia de unión entre Xander y yo, es algo histórico porque un lobo y una cazadora se unirán y no solo por amor, sino por el bien de todas las razas en general.

Hoy no solo se conlleva la ceremonia de unión sino que también el ascenso del nuevo alfa rey y la nueva luna real, Xander al fin será coronado y por ley me tocara convertirme en la reina.

—Camila, ya es hora, —anuncia Valeria tomando el vestido blanco que debo llevar para la unión, sonrió a mi reflejo en el espejo y me levanto.

Valeria y otra chica me ayudan a colocarme el vestido, este es de tirantes que dejan libre mi cuello para que la marca de Xander se pueda apreciar, el escote no es tan pronunciado y la espalda va descubierta, es elegante y sencillo, me encanta.

Observo mi reflejo cuando ya tengo el vestido colocado, suspiro y termino de ajustar los tiros de mis zapatillas. En mi cabeza llevo mi tiara la cual hoy será reemplazada por una corona. Estando lista les sonrió a las chicas, pero un fuerte mareo me hace sostenerme de Valeria que me observa con preocupación.

—¿Está bien, luna?—Preguntan, asiento cuando el mareo pasa y esa es otra cosa que me ha estado pasando desde hace dos días, mareos terribles y a veces unas terribles ganas de vomitar.

No le he dicho nada a Xander para no preocuparlo, lo conozco muy bien y sé que es capaz de cancelar la ceremonia de unión, es un evento importante y él está muy feliz porque al fin según este seré solo suya «Lobito tonto» pienso, ya que estoy perdidamente enamorada de este y no lo cambiaría por nada en este mundo.

—Camila, hija, ya es hora, —mi padre, es agradable poder tenerlo a mi lado, toca la puerta de la habitación en la que me encuentro, Valeria abre la puerta y este ingresa con un esmoquin negro y camisa blanca debajo de este. Sus ojos centellan en miel demostrándoles a todos su especie, no existe hombre más orgulloso de ser un cazador, me sonríe cuando me ve mientras que me observa con amo. —Te acabo de encontrar y ya te me casas, —farfulla negando.

—Tomás, no es para tanto, es solo una ceremonia de unión para presentar a Camila ante la diosa de la luna, —le recuerda Niko al entrar a la habitación. —Estás hermosa, sobrina, no me queda duda de que tienes la belleza de tu tío, —añade sonriendo y ganándose una mala mirada de mi padre, no puedo evitar reírme.

—Bueno, no hagamos esperar a Xander, —murmura mi padre y todos salen de la habitación dejándonos a solas. —Si quieres, nos podemos escapar, —añade bromeando, me río y niego.

—No creo que al lobito le guste tu idea, —comento dándole una apacible sonrisa.

—Tu madre de seguro está feliz, donde sea que este, —susurra.

—Lo sé, —murmuro y tomó su brazo para que me lleve al altar de ceremonia, no puedo evitar sentirme nerviosa.

Xander Cohen

Observo mi reloj por tercera vez en la noche y solo faltan cinco minutos para que sean las doce, por ley la ceremonia debe realizarse cuando la luna está en su punto máximo en el cielo.

—Hijo, tranquilo, —pide mi padre mientras me mira con una sonrisa.

—No puedo, ya llevo diez horas lejos de Camila, —me quejo mirándolo con mis ojos grises de mi lobo, Bruno está tan inquieto como yo.

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