La mimada del Alfa romance Capítulo 42

Omnisciente

Ya ha pasado un día y siete horas desde que Camila fue secuestrada por los cazadores y en los que Xander ha destrozado la oficina en la mansión al igual que su habitación, se siente lleno de impotencia por no poder encontrarla.

—No puedo creer que aún no tengamos rastro de mi luna, —gruñe el alfa estampado su puño contra un árbol en el bosque. Hace rato estuvieron siguiendo un rastro que dejo el vampiro solo para enojar más al lobo y que este pierda el control, ese es el mayor deseo del chupa sangre.

—Esto está cada vez más raro, —murmura el beta mientras observa como los rastreadores buscan por cada lugar del extenso bosque. —Creo que están jugando con nosotros, —añade mirando el suelo con su ceño fruncido, pensado que es lo que quieren lograr con todo esto.

Por otro lado, Camila está tratando de romper sus ataduras, pero no puede, ya no tiene fuerzas para hacer tal cosa y parece que estas fueron creadas para retener cualquier criatura sobrenatural. Su garganta duele por la falta de agua y su estómago no deja de gruñir cada cierto tiempo por el hambre, no le han dado de comer y ni siquiera saber quién es su captor.

—Aún no puedo creer que el príncipe alfa tenga una humana como pareja destinada, —murmura el superior de los cazadores saliendo de la oscuridad y mirando a Camila que se levanta del suelo mirándolo total desconfianza. —Pero… eso es bueno para mí, ya que será fácil acabar con él de una vez por toda, —añade observando a detalle a Camila quien le trae recuerdos de su difunta esposa, es idéntica a ella.

—¿Quién es usted?—Pregunta Camila mirándolo, ya que el hombre le es familiar.

—Eso no importa, —responde para irse y dejarla sola de nuevo en el sótano, pero esta vez el cazador sale con su corazón comprimido por los recuerdos que invadieron su mente, no entiende por qué esa joven se parece tanto a su difunta esposa.

—Maximiliano, hermano, ¿Qué pasa?—Pregunta su mano derecha al verlo en ese estado, lo sigue a su despacho esperando respuesta, pero este no responde y se desploma en su silla para dejar salir un suspiro.

—La joven me trajo recuerdo de mi esposa, son tan parecidas, —susurra tomando un vaso al cual le agrega whisky y lo toma todo de un trago, Niko solo observa a su hermano el cual tiene su rostro pálido, es como si hubiera visto un fantasma.

Niko lleno de curiosidad decide ir al calabozo para confirmar ese parecido que posee Camila con la difunta esposa del cazador, pero antes pasa por la cocina y le prepara un sándwich, ya que aún nadie se ha dignado en darle algo de comer a la luna.

Camila levanta la cabeza al escuchar como abren la puerta de nuevo y esta vez decide quedarse en el suelo, Niko entra y abre la celda para colocar el plato con los dos sándwiches y la botella de agua frente a ella que levanta la cabeza para ver al hombre al frente suyo.

—Hola, —saluda este observando el rostro un poco manchado de tierra de Camila, se da cuenta de que es cierto todo lo que dijo su hermano, son idénticas. —De seguro tienes hambre, come, —pide señalando el plato con los sándwiches, Camila arquea una de sus cejas y suelta un bufido.

—Sí, claro, y dejar que me envenenes, —susurra mirando a otro lado y no a los apetecibles sándwiches que le hacen ojos bonitos.

—Es mejor mantenerte con vida, —le dice Niko con una media sonrisa al ver lo berrinchuda que es, le recuerda a su sobrina. —Comeré el que escojas, —añade mirando a Camila la cual mira los sándwiches y señala el de la izquierda, este toma el señalando y le da una mordida, traga para proceder a mostrar su cavidad bucal sin nada de comida en ella, sigue comiendo hasta devorar todo. —Viste, no tienen nada, —anuncia, la mimada mira el sándwich y decide comerlo para ganar fuerzas—Me llamo Niko ¿y tú?—Se presenta y espera a que la chica le diga su nombre, ya que necesita confirmar algo.

—Camila.

(...)

El vampiro se junta con su informante en un área neutra esperando escuchar nuevas noticias.

—No tengo noticias nuevas, —informa Angélica mirando al vampiro con aburrimiento.

—Entonces, ¿Qué haces llamándome? —Pregunta poniendo sus ojos en blanco, odia a todo los que son hombres lobos.

—No quiero que maten a la huérfana, ya que también se muere Xander y no puedo perderlo, —le dice como si su opinión tuviera alguna validez o importancia, el vampiro bufa.

—Está bien, —responde para que esta no se atreva a abrir la boca, Angélica sabe que no le conviene decir algo al respecto, ya que sería una condena de muerte segura.

Angélica asiente y se va dejando al vampiro solo, sonríe de manera maquiavélica porque su plan va de maravilla, su sed de venganza corre por sus venas y ansia ver la hora en la que el príncipe alfa caiga.

—Pronto cumpliré mi promesa de destruir a ese perro, —susurra con sus ojos brillan en rojo carmesí.

(...)

—Con que Camila es tu nombre, —susurra Niko y esta asiente tomando un poco de agua de la botella que llevo Niko. —Bueno me tengo que ir, vendré más tarde, —añade levantándose del suelo.

—Por favor no lastimen a Xander, —pide Camila mirando a Niko, este la mira con ternura, no puede creer que sea ella.

—Tranquila, yo me encargaré de resolver todo esto, pequeña pitufa, —murmura y lo último dicho lo susurra para salir del calabozo, con una sonrisa y un plan en mente.

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