Roxana acababa de salir del trabajo cuando escuchó que los empleados del instituto de investigación hablaban del matrimonio de Luciano y Abril.
—¡El señor Fariña es tan atento! De hecho, cuidó de su prometida durante toda la noche. Si fuera mi novio, nunca lo haría.
—Además, es apuesto y millonario. Su prometida también es hermosa. Se parece bastante a la señorita Jerez, así que debe ser una belleza.
Todos compartían una opinión similar. El grupo de investigadores dialogaba mientras caminaba y, cuando divisaron a Roxana, incluso se despidieron de ella.
—Hasta mañana, doctora Jerez.
Sonriendo, Roxana saludó uno por uno; sin embargo, no pudo evitar sentirse desconcertada tras escuchar su conversación. «¿Luciano cuidó de su prometida toda la noche de ayer? Pero él estuvo conmigo todo el tiempo. ¿Cuándo vio a Abril?». Mientras pensaba que todo eso era extraño, Conrado se acercó a ella.
—¿Estás libre esta noche? ¿Qué tal si cenamos juntos?
Tras volver en sí de manera brusca, Roxana lo miró con una expresión de disculpa.
—Aún debo apresurarme hacia el jardín de infantes a buscar a mis hijos, así que me temo que tendremos que dejarlo para otro día. Cuando terminemos con el proyecto, invitaré a todos a una comida.
Apenas se sentó, recibió una llamada de Javier, quien le preguntaba por el progreso del proyecto. La joven se limitó a explicarle todo de forma breve y sucinta. Después de terminar la llamada, estaba a punto de guardar el teléfono cuando recibió una notificación. Era el titular de una noticia que decía: «El señor Fariña llevó a su prometida al hospital en medio de la noche y le hizo compañía hasta el día siguiente».
Al ver eso, Roxana recordó la situación de la noche anterior y la conversación que había escuchado de sus empleados. Sin siquiera pensarlo, abrió el enlace y dos fotos borrosas aparecieron frente a sus ojos. Al verlas, se paralizó, ya que ni siquiera tenía que abrirlas para saber que la mujer que aparecía era ella.
La primera foto la tomaron cuando deliraba con fiebre alta y era probable que fuera de cuando Luciano la llevó en auto al hospital. Incluso cuando ella despertó en el lugar, seguía en brazos del hombre. Sin embargo, nunca imaginó que se verían tan cercanos en la foto. Además, el hombre parecía tener un cuidado especial cuando la cargaba en brazos. La segunda foto la tomaron cuando ella subió al auto con Estela en brazos, mientras Luciano permanecía en un costado. Roxana desconocía dónde estaba escondida la persona que tomó las fotografías, ya que ninguno de los dos había notado su presencia. Además, era evidente que el paparazi que publicó la noticia no había podido distinguir entre ella y Abril. Por fortuna, las fotos eran muy borrosas, así que solo las personas más cercanas podrían distinguir que la mujer que aparecía era ella.
Con el ceño fruncido, Roxana siguió desplazándose hacia abajo y llegó a los comentarios, donde todos confesaban su envidia por la atención de Luciano hacia ella. Poco sabían que la joven no se sentía ni un poco feliz por eso. Después de mirar los comentarios durante un tiempo considerable y comprobar que nadie se había dado cuenta de que la mujer de las fotos no era Abril, Roxana guardó el teléfono con sentimientos encontrados. Con la idea de evitar problemas innecesarios, la mujer no tenía pensado aclarar la situación; por el contrario, todo el malentendido le resultaba bastante divertido.
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