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Papá realmente nos dio problemas, pero sería imposible salir de allí sin él, aunque estaba inconsciente, seguía siendo la ley, y nadie se opondría a que el Señor del Estado fuera a un médico.
Pero decidimos irnos en silencio, me sentía como un criminal.
Paluh empujó la silla mientras Radja y yo lo sosteníamos para que no se cayera, y era un hombre pesado, los tres sudábamos para ponerlo en la silla.
Vivimos en un palacio y papá siempre se ha preocupado por tu seguridad, así que tenemos guardias por todas partes.
Algunos ya estaban del lado de Algul, temerosos de perder sus posiciones si tomaba el poder.
Y fue uno de los que nos encontramos por el camino.
Y afortunadamente para nosotros, uno de los pasajes secretos estaba cerca, Paluh se quedó con papá adentro y ambos nos quedamos afuera fingiendo hablar.
Corrimos una cortina enorme, una muestra de lujo que a papá le gustaba presumir para tapar la entrada al pasillo y dejamos el pasillo con la puerta abierta, solo tapada por la cortina, porque no habría tiempo de cerrarla.
- ¿A dónde vas?
– pregunta el guardia.
- Sólo estamos hablando.
- Creo que deberían estar en sus habitaciones y no aquí en el pasillo charlando - la severidad de sus palabras nos asusta - Este no es el momento para que las mujeres anden solas.
- Nos vamos, perdí un arete que me dio papá y estamos buscando - le dice Radja al guardia.
- Sí estamos mirando - entonces choqué accidentalmente con la palanca que cerraba el pasaje, detrás de la cortina.
Y luego se escucho el sonido de algo arrastrándose, solo que el pie de papá también estaba en el camino de la puerta y luego empezó a apretarlo y escuchamos un gemido, pobrecito creo que le dolió, porque a pesar de que estaba drogado se escuchó el gemido por todos nosotros.
- ¿Que fue ese ruido?
- Coff, coff me estoy resfriando – trato de entretenerlo.
- Pero escuché un gemido.
- Aquí nadie escuchó nada más que mi hermana toser, y en caso de que sigas interrogándonos iré personalmente a papá a presentar una denuncia en tu contra, sabes que todavía está en el poder ¿no?
- Por ahora sigue en el poder.
- Todavía lo es, así que debes obedecerle y reportaré tu actitud.
- Voy a terminar mi ronda – y se fue dejándonos solos.
Después de que se despejó el camino, fuimos al auto de Paluh y pusimos a papá en él.
Ahora iríamos a la pista y de ahí directo a España.
Y que Allah nos ayude y que mi plan tenga éxito.
Llegamos a la pista y ya nos estaba esperando el avión y no solo a él sino también a unos militares y apenas bajamos del auto nos preguntaron cuál sería el motivo del viaje.
- Nuestro Señor tiene una cita con el médico, y quería que sus hijas lo acompañaran - Paluh se adelantó a contestar.
- Sabes muy bien que sin su permiso no podrás salir - y papá seguía sentado en el asiento del auto.
- Papá está descansando, y lo vamos a acompañar al médico, y pidió que nadie lo despertara - Lo miré - Pero si alguno de ustedes quiere despertarlo puedo intentarlo, pero ustedes, solo ustedes , será responsable de eso .
- Puedes irte - pero una vez lo hicimos.
- Y una cosa más, papá pidió que este viaje no se divulgue para que nadie sepa a dónde va, es un secreto de Estado – aún insistí – Ya entiendes, un secreto de Estado.
Así que sacamos a papá del auto y lo llevamos rápidamente al avión yo mismo, Rajda y Paluh subieron las escaleras y con gran dificultad lo metieron en su asiento en el avión.
Paluh fue a hablar con el piloto y le dio las indicaciones para ir directo a Ibiza que era donde estaba nuestro futuro y con el corazón en la mano logramos dejar a Cadul la primera parte de mi plan estaba completa.
Sé que no estoy siendo justo, que mi plan hará que Esam haga avanzar el matrimonio y se verá obligado a un matrimonio en el que claramente no quiere, y que me veo obligado a aceptar porque estoy una mujer, pero mi pueblo y yo necesitamos esto, son años de sufrimiento, hambre, sometimiento de la mujer es nuestra esperanza ya que en Shariff el cambio de ley para la mujer hizo que el estado se desarrollara.
Lo liberaré de todo esto después de la boda, pero hoy tendré que arrastrarlo a Cadul de todos modos, cueste lo que cueste.
Estamos todos sentados en el avión, que ya ha despegado.
Papá está durmiendo y ni siquiera parece el mismo hombre al que todos temen, Radja también se ha quedado dormido y Paluh mira por la ventana como yo lo hago en sus pensamientos.
Nos miramos, y él parece leer mis ojos y saber lo que está pasando en mi cabeza.
-Sabes que me gustaría que las cosas fueran diferentes – baja la mirada – Que tu padre no me escuche, pero me gustaría mucho que fueras libre y que pudieras elegir tu camino.
- Yo también comparto la misma voluntad - sonrío y agacho la cabeza - Pero si vas en contra de nuestro padre irías a la horca en una plaza pública.
- Sí, me encantaría cambiar todo, pero no tengo ese poder – se enojó en sus ojos – Y sé que con Algul las cosas serán peores.
- Por eso estamos aquí, y espero que todo salga bien o estaremos en problemas.
- Yo también espero que toda esta locura se solucione.
- ¿Puedo hacerte una pregunta Paluh?
Me solté el pelo y le puse un secador ligero, y quedó muy bonito, por primera vez podré salir de mi habitación sin el velo.
Y por primera vez pude sentir lo que es ser una mujer libre, poder ir y venir, y vestirme como la mayoría de las mujeres.
Voy al ascensor, se abre y en el espejo veo a una mujer diferente, una mujer que lucha por su gente, muchos dirán que lo que quiero hacer está mal, pero solo estoy haciendo lo que creo que está bien.
Las miradas que recibo al pasar junto a la gente me dan vergüenza y también me dan coraje para llegar a mi meta, que según mi informante ha estado bebiendo desde temprano en la mañana en el bar del hotel.
Mientras camino por el bar donde se está llevando a cabo una fiesta animada, algunas personas me miran con interés, me dirijo al bar y busco al cantinero.
- Me gustaría un poco de agua - digo en voz baja, pero él no me escucha, y se acerca y creo que nunca he tomado una copa, pero hoy sería un buen día para un champán - Un champán, por favor - Me giro hacia donde se junta la multitud de gente bailando, pero no lo veo.
El cantinero me trae la champaña, busco a Esam y no veo que el cantinero me traiga, así que me da un codazo y me doy la vuelta para tomar la copa, y veo a un hombre grande sentado a dos sillas de la mía que yo estaba adentro de espaldas, el esta inclinado sobre el mostrador por la forma en que bebió demasiado, una chica rubia muy linda se le acerca e intenta levantarlo el no acepta y ella sale bebiendo.
Me acerco a él y lo miro porque se parece mucho a Esam.
La altura, el pelo, las manos grandes, pero la ropa no se parece en nada a la suya.
Yo tampoco llevo nada parecido a lo que llevo puesto, y la intencion es que no me reconozca, nos vemos una vez al año y siempre me tapo, solo nos hemos visto una vez, y desde entonces he cambiado mucho
- Hola – digo, pero no me escucha – Hola estás bien – Lo sacudo y luego se me cae encima – Por Alá está durmiendo, cómo lo voy a sacar de aquí.
Pero mi querido prometido hace algo mejor que simplemente caer sobre mí y vomitar mi vestido y todo, haciendo un gran desastre.
Al cantinero no le gusta mucho la escena y prácticamente nos hace pasar con elegancia y les pide a los guardias de seguridad que me ayuden con el hombre de seis pies de altura que nunca podría cargar solo.
Y como no sabía dónde estaba su habitación, lo llevé a mi habitación.
Los porteros lo pusieron en mi cama, prácticamente inconsciente de estar borracho, me preguntaron si lo conocía y le dije que yo era mi prometido y que tuvimos una pelea y él bebió un poco demasiado.
Estaba resultando ser un gran mentiroso.
Pero todo por una buena causa y que Allah me ayude.
Observé al hombre frente a mí que parecía haberse desmayado, aunque estaba cubierto de vómito, era muy guapo.
Voy al baño, agarro una camiseta y unos shorts de mezclilla, nunca he usado jeans, Esam no lo sabe, pero ya ha hecho una gran diferencia en mi vida.
Hoy me sentí libre, como un pájaro libre que salió de su jaula después de años atrapado, tal vez no sepa volar, y tendré que volver a mi jaula, pero al menos un día en mi vida probado la libertad.
Mirándome en el espejo como una mujer libre que puede usar el maquillaje y la ropa que quiera, pienso en cómo sería vivir así, sin jaulas, y si me escapara, mi vida sería diferente.
Pero Radja y mamá todavía están allí y si mi plan de acostarme con mi prometido y obligarlo a casarse conmigo no funciona, tendré que aceptar el destino y casarme con Algul y ser infeliz toda mi vida, pero recordaré el día. de mi libertad.
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