Dahra
El ahora mi esposo sigue caminando normalmente como si la frase que dijo, que tuvo sexo con la niña y su padre quería que él cargara con la responsabilidad, y al parecer solo desapareció y dejó a la pobre niña.
Pero una mujer a la que le quita su pureza un hombre al que le importan un bledo sus sentimientos.
- Tomaste la pureza de la niña y no la asumiste como novia - pregunto.
- Dahra querida, no todas las mujeres son puras - sonrió - Y esa ya tiene varios kilómetros recorridos.
- ¿Kilómetros?
No entiendo.” Suspiró.
- No era pura, ya había salido con otros hombres, ¿sabes?
- ¡Vaya!
Lo entiendo, pero ¿por qué su padre quiere que se case contigo?
- Porque quiere poder, estatus y lamento decir que no es diferente de su padre.
No respondo, bajo la cabeza y sigo caminando con él de la mano por Las Vegas.
La boda poco convencional tuvo lugar un jueves por la mañana en Las Vegas en la capilla de Elvis.
Y ahora soy una mujer casada.
Ese era mi plan.
Y se completó con éxito.
Ahora necesito volver a Cadul y quedarme allí un tiempo y ver cómo se comporta papá, me recordó que los dejé en Ibiza y realmente necesito llamarla a ella o a Paluh.
- Tienes un teléfono para prestarme, necesito saber cómo están mi padre y mi hermana Radja.
- ¿No tienes teléfono?
- No, tenemos prohibido el uso del teléfono e internet.
- Arreglemos esto.
Y luego estábamos caminando por las calles de Las Vegas hasta que encontramos la famosa tienda de manzanas y luego entró y me compró un teléfono celular y una computadora portátil y me los dio.
Y yo estaba en una mezcla de emociones que no sabía si aceptar o la ansiedad que había en mí no me di cuenta de que por primera vez en mi vida tendría mi propio teléfono.
Y si la gente se pone a pensar que muchas niñas en el mundo ni siquiera saben lo que es internet y que en su estado los gobernantes no dejan vivir libremente a la población.
- En que piensas tanto - me dijo apenas salimos de la tienda.
- Que hoy a los veinticinco conseguí mi primer celular, que muchas chicas no tendrán tanta suerte - Hice una pausa y mis ojos se llenaron de lágrimas - Que gracias a Esam fui a la universidad y que mi hermana no tendrá eso, poder ir a la universidad, que injusto es todo esto, si papá pensara en la educación de los niños muy bien podríamos hacer mejor a Cadul - Me abrazó y nos quedamos abrazados por un largo rato mientras yo lloraba y le pedía a Allah que un día esto todo sería diferente.
- Cálmate, no podemos cambiar el mundo - aunque me molesté un poco con las palabras dichas, sé que son ciertas - Pero podemos cambiar un poco de él - sonrió y me dio la esperanza de un mundo mejor para todos nosotros - Si todo el mundo hace uno Apenas hemos conseguido modificar parte de él.
- Gracias Emhre por ayudarme.
- No olvides que también me ayudarás con Bianca.
- Sí tendré a Bianca como mi hija.
-Nos vamos a Brasil.
- ¿Cuando?
- Ahora, ¿qué piensas?
Te encantará la abuela Paula.
Dahra es una mujer especial.
Así que pienso en hacer una propuesta y poder aprovechar nuestro contrato.
- Señores - el hombre abrió la puerta de la cabaña.
Ella se sonrojó, la vergüenza que brotaba del rojo en su rostro era clara, por haber sido sorprendida sentada en mi regazo, y yo sonreí y la besé rápidamente antes de irnos de allí.
Tomé una habitación en otro hotel, para escapar de mi familia y explicaciones y les pedí que llevaran algo para que pudiéramos comer, para no revelar nuestros nombres a nadie y para que no nos molestaran.
Trató de hablar con su hermana para saber de su padre, con una de sus secretarias y no pudo, luego trató de ir al hotel allá en Ibiza donde nos alojábamos, finalmente logró que la hermana dijera que su padre estaba furioso con ella, ni siquiera tuvo una crisis nerviosa, y le dijo que ahora estaba casada conmigo, su padre tomó el teléfono y comenzó a pelear con ella.
- Señor, no le permito hablarle así a Dahra, ella es mi esposa y no aceptaré ofensas, de ahora en adelante quiero respeto con mi esposa – y colgué el teléfono.
La lágrima quería rodar por su rostro, la angustia en su pecho, no sé qué escuchó de él, porque yo no pude escucharlo pero sé que la molestó y la puso triste.
La dejé, ahí con sus pensamientos, y puse la tina a llenar, mi esposa necesita relajarse.
- Ven – entonces le extendí mi brazo.
Ella vino, me quité el pijama de novia, y lo tiré al piso, luego la braguita y el sostén también hicieron compañía con las demás piezas, la tomé de la mano y la metí en la bañera, como siempre, ella se sonrojó y luego se sentó. con la típica vergüenza.
Observó cada pieza que me quité de mi cuerpo, sus ojos curiosos recorrieron cada centímetro, deteniéndose en mi cintura y mirando mi miembro ya duro y erecto.
Me metí a la bañera y me senté, ella seguía del otro lado, le tendí la mano invitándola a que viniera conmigo, y ella vino.
Se montó en mi regazo, besos y gemidos, la sujeté por la cintura y la animé a rodar, acomodé su entrada y lentamente se deslizó arqueando la espalda, aproveché para mordisquear sus senos, y sin que yo tuviera que enseñarle comenzó a moverse y ahora era yo gimiendo, y ella disfrutó del viaje, apretada y mojada, subió y bajó.
El agua empapaba todo el baño, el movimiento de ida y vuelta, el placer que nos llenaba, los hermosos y duros pechos pasaban por mi boca, y se mordían y mi mano se iba a su clítoris, los círculos que allí hacía la hacían cabalgar cada vez más rápido. y más rápido, su placer se desató con gemidos se acurrucó en mi cuello enterrando mi miembro más adentro de ella, y yo también me solté dentro de ella, me abrazó y la respiración fuerte la iba calmando y aún permanecía en mis brazos.
Cuando todo se calmó, y al cabo de un rato me di cuenta de que se había dormido.
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