Los Hijos del Jeque romance Capítulo 45

Esam

Veo a mi hermana y a mi amigo Cam hablar, y sé cómo se gustan, pero el pasado los persigue como me persigue a mí con Nathalia, si pudiéramos regresar y cambiar todas las cosas malas que hicimos y dibujar un futuro diferente, Sería tan fácil.

Después de que Nadia se va, mi amigo viene a mí.

- Pidió hacer una cita.

- Es algo hermano - le doy unas palmaditas en la espalda - Nadia ha sido un huracán, desde niña, debes recordar, a la vez se siente la mujer más fuerte del mundo y al siguiente es frágil como la porcelana muñequita que se puede romper en cualquier momento y sé que aquí la dejó rota, te esquiva como el diablo huye de la cruz, como dice la abuela Paula.

- Fui un pendejo, pero no puedo decir que me arrepienta o no tendría a mi hija.

- Eso es cierto, mi protegida es hermosa y todos la queremos mucho.

Él y yo, después de comprobar que todo estaba bien y hablar con los psicólogos y decidir llevar a las niñas a un lugar seguro, podemos descansar.

Y decidimos ir a un bar, nos íbamos a quedar hasta mañana por la mañana en Portugal, estaba exhausto y mi cuerpo pedía un descanso de tanto estrés.

- ¿Tomamos un trago?

– pregunta mi amigo.

- Ah hermano estoy muy cansada, creo que iré al hotel.

- Esam, necesito un trago caro, conocer a tu hermana hoy fue - buscó las palabras pero no las encontraba.

- Muy bien Cam, vámonos – salimos del cobertizo y ahí estaba mi auto – ¿Vamos juntos?- dijo que sí sacudiendo la cabeza.

Cuando viajamos por el Domo, no viajamos con seguridad, ya que la operación siempre es confidencial, y usamos nombres falsos, el piloto del avión se entera una hora antes para el plan de vuelo, a pesar de que nuestra gente es confiable, nosotros tenemos miedo, porque nos metemos con un nido de avispas llamado mafia, y a menudo son aliados y si surge uno, podemos llamar la atención sobre nuestra organización.

El bar es un lugar discreto, algunas personas están sentadas allí tomando su bebida.

Tiene una iluminación tenue, dando un aire de misterio, algunas mesas de billar y dos jóvenes juegan casi en silencio, atentos al juego, las otras mesas están vacías.

El dueño del bar es un tipo grande y tatuado, está ocioso detrás de la barra, la camarera es una mujer alta, delgada, de cabello negro y piel blanca, y ambos están viendo un canal de televisión.

La mujer rubia y hermosa que aparenta tener unos cuarenta años, reporta un tiroteo en Port City, Cam y yo nos miramos, reportan que unos testigos que estaban allí presenciaron una pelea entre bandas rivales y que unas chicas fueron tomadas como rehenes , pero la policía trabajaba para dar con el paradero de las niñas.

Y nunca lo encontrarían si dependiera de nosotros, poco saben que somos los que disparan.

Con ellos estando con nosotros, estábamos absolutamente seguros de que se recuperarían en vida.

Papá dice que en los primeros envíos les creyeron a algunas personas y que les dijeron que las llevarían a un lugar seguro y las ayudarían, pero al contrario de lo que dijeron, vendieron a las niñas rescatadas a otra persona.

Desde entonces, A Cúpula se ha ocupado de todos hasta que vuelven a socializar.

La chica vino a saludarnos con una sonrisa tonta y aparentemente le gustó lo que vio, pero Cam y yo no vamos a tener sexo hoy, o ella sería demasiado divertida para los dos.

Pide un whisky y yo acepto el pedido de mi amigo.

- Me alegro de que Nadia intente ayudarme, es mi única esperanza.

- Hombre fácil.

- ¿Calma?

- Bebe el líquido que había en el vaso - Eres consciente de que la familia de Daniele es poderosa, influyente y de la realeza - Hace un gesto de reverencia, y me parece gracioso.

- El tuyo también, olvidé que tu padre también es jeque.

- Mi padre, hermano, mi padre – vierte otra dosis en el vaso – Soy un hijo de puta que tiene un club de sexo y fetiches con un amigo, que a veces ayuda al padre y a veces también salva a algunas niñas indefensas.

Me río de mi amigo y sé que realmente está en problemas, por eso se me ocurrió la idea de que mi hermana se hiciera cargo del caso, después de todo, el Abogado del Hielo del Desierto nunca pierde.

Me puse un par de pantalones de chándal, no podría dormir en absoluto, sin ropa con Cam a mi lado, a pesar de que estaba en coma.

Tomé unas almohadas e hice un muro para separarnos, no quiero que ningún hombre me agarre al amanecer.

Se ve tan hermosa, me mira mientras navego en el yate de Emhre en alta mar, la miro y sonrío que suerte tengo de hijo de puta por tener a esta hermosa mujer, y quiero demostrar quien soy, quiero ser transparente para ella y tomando todos los lazos del pasado, y desarrollando nuestro futuro como amantes, dos personas que se aman y se quieren.

Su vestido blanco se balancea, dejando al descubierto su cuerpo esbelto, su cabello negro baila enmarcando su rostro perfecto, es la chica más hermosa, y no puedo decir lo suficiente.

Sus ojos, del color del mar, me miran llenos de deseo y pasión, su boca llena se abre en una sonrisa, haciéndome querer capturarlos y besarlos hasta el atardecer.

Me acerco a ella y ella extiende su mano, acercándome, me abraza fuerte, luego me da un beso casto en los labios y nos quedamos ahí por un rato y como si el mundo se detuviera para que ambos tuviéramos más tiempo.

Ella se pone de espaldas mirando el mar y yo la abrazo, oliendo su cuello sintiendo su perfume, sus manos van a mi cintura, y me imagino lo que va a hacer y que tengo muchas ganas de sentirla me he imaginado de muchas maneras hacerle el amor en ese barco.

Ella me toma de la mano y va a llevarme a la habitación, yo la sigo y nos besamos y acariciamos en el camino, siento el deseo, la pupila dilatada, la sonrisa maliciosa cuando golpea con su trasero mi miembro duro.

Bajamos las escaleras y ella me coloca en la cama y comienza a desvestirse, observo ansiosamente cada movimiento, el vestido que cae al piso cuando ella se quita los tirantes, y el traje de baño blanco que contrasta con su cuerpo oscuro, ella toma fuera de la parte de arriba y cuando voy a conseguirlo.

- Esam, despierta hermano.

- ¿Qué estás haciendo aquí?

- Dormí aquí recuerda, la camarera caliente, el whisky.

- Dónde está ella, estaba aquí frente a mí.

- ¿Quién es ella?

– me mira asustado – ¿Hay ver fantasmas?

- Ella, yo iba - Me detengo y dejo de hablar - Fue todo un sueño de mierda.

- Bienvenido a la realidad grandulón - y entra al baño riéndose de mi cara.

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