Cam
Cuando abrí la puerta del pasaje secreto, la vi acostada en su cama llorando, y me rompió el corazón saber que había lastimado a la chica que amaba.
Un momento de diversión y participación con Daniele había destruido toda mi vida.
Cuando la puerta crujió al abrirla se veía asustada, estaba sin sus lentes y sus ojos estaban húmedos y rojos, alrededor de sus ojos hinchados y todo despeinado, me sentía como el peor hombre del mundo y tal vez eso era lo que era.
- ¿Qué haces aquí?
- Vine a verte.
- ¿Viniste a restregarme en la cara lo ingenua que fui?
¿Estúpido?
¿ventosa?
Por creer en ti – se rió – Lo sé, Cam, – me señaló – Llegaste a ver tus propios ojos y reírte de mí, ¿verdad?
- No es así, Nádia - Entré en la habitación para siempre.
- No te acerques a mí - extendió su mano, manteniendo la distancia - O gritaré y te prohibirán volver a pisar aquí.
- No me acercaré, lo prometo – gritó y tragó saliva – Vine a disculparme contigo.
- No quiero tus mentiras, Cam - exclamó ella - Dirás lo tonto que fui que creí en ti, que me entregué a ti - ella misma - Y te comprometiste con otra persona, recibí tu invitación antes hoy, el mio llego con un cariño especial de parte de la novia.
- Qué hizo ella.
- ¿Qué hizo ella?
– sollozó – Ni siquiera sabía que sabía de nosotros.
- Yo también la estaba engañando - era agresiva con las palabras - Debería haberlo sabido, por Alá - gritó - Que estúpido fui al entregarme a un sinvergüenza como tú, y a esta chica también la estás engañando como lo hiciste yo o te ries de los idiotas que engañas y ella acepta tus salidas.
- No es así, Nadia – Trato de acercarme y ella sale corriendo jadeando – Estuve en Galil hace dos meses con mis padres.
- ¿Me cuentas tu historia de amor?
- Escúchame Nádia, por favor te lo suplico, luego me voy.
- La última vez que escucho tu voz y te pido que cuando me encuentres en algún lugar, te vayas de inmediato - me miró con los ojos rojos de tanto llorar y doler - ¿Tenemos un trato así?
- Se limpió la cara con el dorso de la mano y tomó una postura diferente a la que nunca la había visto - Sé que nuestras familias son amigas y no quiero mencionar lo que nos pasó a los dos, solo Emhre lo sabe y él Lo mantendré en secreto.
- Lo sé, ya me golpeó.
- Debería haber hecho más – acepto – escucho tu mentira, el cuento que me vas a contar antes de dormir, pero luego quiero que te vayas y como te dije, no me hables nunca más.
- Estoy de acuerdo, y te hablo con todo mi corazón - y así comencé a hablar de Daniele - Cuando nos besamos allí en el jardín de mamá, supe que eras la mujer que quería para mi vida y haría cualquier cosa por tener tú – se rió – Pero cuando íbamos a Galil, Daniele se me acercó y hablamos, te juro que no tenía intención de tener nada que ver con ella, incluso pensé en ti cuando me contó los viajes que hacía.
- Así que no tienes que mentirme.
- Déjame terminar, te estoy siendo sincero Nádia, pensaba en ti en los viajes que pensaba hacer contigo - Me daba vergüenza - Pero terminé involucrándome con Daniele, ella era amable y amable, me besaba y ...
- Ahórrate los detalles, por favor.
- Y cuando desperté ese día que pasamos la noche juntos, mi padre me estaba esperando y dijo que tenía un asunto urgente que atender y que necesitábamos regresar urgentemente a Dulbaí y cuando llegamos ya estaba esperando la secretaria de la reina para nosotros, y nos invitaron a ir a Galil y cuando llegamos, me enteré del embarazo de Daniele y no puedo dejar a mi hijo solo, tengo mi responsabilidad con él, que es un bebé que no es culpa de su padre. .
- Terminaste tu historia - se rió - ¿Quieres que llore?
¿O felicitarlo?
– Jadeaba – En realidad, Cam, quiero que salgas de aquí y cumplas el acuerdo.
nadia
Estaba saliendo por la puerta, quería que se fuera y nunca volver a verlo.
- Nádia, yo - se detuvo - Te pido perdón, con todo mi corazón nunca dejaré de amarte - Trago saliva y cierro los ojos - Perdóname, te dejo por mi hijo, si no fue así por mi hijo nunca te dejaría.
- Cam solo quiero que te vayas - Cerré los ojos y quería que se fuera, solo quería estar sola en ese momento.
- Adiós Nadia.
- Adiós Cam.
- Mamá, eres increíble.
- Conozco a mi hija, lo sé - sonrió - Podría hacer eso con Carlos, cuando me casé con un Sheik caminaba por la ciudad con su padre, por mi ego no lo niego - sonrió como una vencedora - Yo la pasó, quien me humilló y todos sabían menos yo y le mostró que gané sin él, y no porque su padre sea asquerosamente rico, sino para demostrar que yo era una mujer ruda y perdió a esta mujer porque no pudo contenerse su pequeño pavo en sus pantalones.
Al final me estaba riendo.
Mi madre era una pieza.
- Toma hoy una lección de vida de este sufrimiento y no deposites todas tus fichas, solo si vale la pena, no inventes una persona que no existe, no te enamores de una persona que te inventaste en la cabeza .
Un extracto de una canción de Marília Mendonça:
Nadie entiende por lo que estoy pasando.
¿Quién eres tú que ya no sé?
Me enamoré de lo que hice de ti.
Como ella decía en la canción, no te enamores de alguien que inventas en tu cabeza, muchas veces tienes que mentir para ocultarle alguna actitud a esa persona.
Mira más allá del horizonte y pregúntate si me merece.
A menudo nos engañamos a nosotros mismos, inventando a alguien que no existe.
Así que a ver si vale la pena.
¿Qué pasa si no vale la pena?
El único que puede hacer algo eres tú, busca tu otra alternativa.
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