POV'S AS
Mí mente divaga en el acontecimiento de recién, suspiro, aún seguía en el bosque, necesitaba pensar y aclarar mí mente. Desde qué estoy aquí me he vuelto más débil y no lo puedo seguir permitiendo. En cuanto a Erick no lo he vuelto a ver desde aquél día, no se porque pienso tanto en lo que me dijo, él no es mí ¡Malditas sea! Soy una Cazadora, yo cazo a su especie al igual con el asunto del Alfa, los cazadores y los Lobos no pueden estar juntos, él no puedo estar conmigo, yo no tengo un corazón, lo perdí hace años. Salgo de mis pensamientos cuando siento una presencia atrás
No me doy la vuelta, sgilosamente saco una de mis dagas, me doy la vuelta y la lanzó pero la esquiva y la daga se clava en un árbol
—Hola mí niña—saluda con burla, camina hacia donde está la daga y la saca del árbol—Buena lanzada, lástima la puntería—ríe—¿Como has estado? ¿Y tus compañeras como están?—pregunta jugando con la daga entre mis manos.
La confusión que sentía fue reemplazada por ira, no me importa lo que tenga que hacer pero juro que acabaré con su existencia y si en el intento moría, no me importaba.
—¿Y ya has superado la muerte de Deamon? —ríe a carcajadas—Lastima que esté muerto era alguien tan guapo
Le tiró la otra daga pero la vuelve a esquivar, me lanzo sobre ella y comenzamos a pelear. Quedó sobre ella y comienzo a golpearla, ella ríe, más furiosa me pongo y la golpeó más fuerte, saco la daga que oculta en mí muñeca e intentó apuñalarla pero no puedo, quedó congelada, no me puedo mover.
—¿Que pasa As?—pregunta burla—Mátame, adelante—se mofa riendo.
No puedo, trato salir sobre ella pero no puedo, mí cuerpo no responde, intento bajar la mano para apuñalarla pero es en vano.
—¿Que pasa? ¿No puedes?—cuestiona riendo, murmura unas palabras y salgo sobre sobré ella, mí cuerpo golpea contra un árbol, intentó pararme pero mí cuerpo no responde—Dime, ¿No te trae unos hermosos recuerdos este escenario?—sonríe de lado, mí mente proyecta nuestro primer encuentro—Volveré y espero que vuelvas a cumplir mis órdenes—murmura en mí oído y me levita y me golpea contra el árbol de nuevo, caigo al suelo y pierdo el conocimiento.
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Estaba en la casa de playa con mi familia por el cumpleaños de Alex, mis padres estaban preparando la comida y yo les ayudaba en lo que podía, mejor dicho en lo que ellos me permitían.
—As, ve a ver donde está tu hermano, me pidio permiso para jugar a fuera pero aun no vuelve—habla mi madre algo preocupada.
—¿As?—cuestiona mi padre sonriendo de lado.
—Si, amor, ¿No te acuerdas lo que dijo Alex?—pregunta mi madre y él frunce el ceño—En vez que discutir podemos usar sus dos iníciales
—Hum, As, me gusta—sonríe—Mí pequeña As—dice mirándome.
—Tambien me gusta—sonrío—Voy a ver mí hermano—digo caminando hacia la puerta.
Abrí la puerta y el comienzo de las escaleras del porche veo sus juguetes en la arena pero no a él. Bajo las escaleras y miro hacia los lados buscándolo pero no lo veo.
—¡AYUDA!—gritan a lo lejos.
—Alex—susurro confundida, vuelven a gritar—¡ALEX!—grito corriendo hacia donde provino su grito.
Al llegar lo veo en el mar tratando de salir pero las pequeñas olas no lo dejan, sin mas me meto al mar para sacarlo. Cuando lo hago veo a mis padres venir hacia nosotros con unas toallas, nos las dan y mí padre le pregunto a mí hermano si está bien pero Alex se sienta en la arena, sonrío, miro a mis padres y ellos asienten para luego irse hacia la casa. Me siento al lado de Alex y nos quedamos unos minutos sentados en la arena en silencio.
—Perdón—murmura rompiendo el silenció.
«Rechazame, ¿Que acaso no entiendes no te quiero y nunca lo haré?»
—No lo hare, hagas los que hagas, no lo hare—se acerca a mí lentamente—Eres mía, solo mía.
Antes que pueda pensar algo sube sobre mío y retengo un gemido de dolor, intento empujarlo pero es mas ágil y sujeta mis manos sobre mí cabeza y mis piernas quedando inmóvil.
«Quítate»
—No—gruñe, veo como sus ojos se tornan rojos, baja su mirada hacia mí cuello y comienza a dejar besos en él. Mí piel se eriza—Me gusta cuando tu cuerpo reacciona a mí toque—sus besos van subiendo hasta llegar a mí boca—Déjame sanar tus heridas—murmura rozando nuestros labios y me besa, es un beso tierno y suave, me dejó llevar por sensación que corre por mí sistema.
Nos separamos y ambos nos miramos a los ojos, deja un casto beso en mis labios y se baja de encima mío y al instante una molestia en mí interior se hace presente.
—Buenas noches mí Luna—dicho eso sale de la habitación.
Me percato que dolor que sentía en mis costillas y en cabeza ya no estaban, él había absorbido mí dolor ¡Joder! Necesito ir a ver a Blanca es la única que me puede ayudar en este momento, ella me puede dar respuesta, respuestas que conozco pero niego a verlas por mí orgullo.
«Volveré y espero que vuelvas a cumplir mis órdenes»
Las palabras de Samira resuenan en mí mente, no pude matarla, mí cuerpo no respondía como aquél día, cierro los ojos, no puede volver a ocurrir eso, no de nuevo. Levanto mí mano y la miro, no voy a permitir que ella vuelva a tener el control de mí cuerpo.
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