Maya noto que su novio estaba un poco extraño esa noche al regresar al apartamento. No comprendía que le estaba pasando, hasta donde pudo ver la cena había salido muy bien. El viejo Dubois se la llevaba mejor con ella y Zoé…
Estaba un poco insegura si preguntarle si todo iba bien, o si le estaba pasando algo. Así que opto por guardar silencio. Se despidieron de sus amigos, y siguieron hasta su casa. Pero una vez estando dentro de su hogar el rubio parecía un poco nervioso.
Ella estaba sintiendo miedo, porque siempre sospecho que en algún momento Adrien se cansaría de ella y terminaría con la relación. Podría hacerlo, ella había sido una stripper. La conoció en un bar, y bueno el hecho de que su amiga le fuera bien en su relación no significaba que a elle también le fuera bien.
Y era por eso que debía resolver ese asunto de una vez por todas, si Adrien ya no quería nada con ella era mejor que abordara el tema de una vez por todas.
- Adrien, ¿pasa algo? Pregunto mordiendo su labio.
- No. Le dice serio.
- Es que siento que estas un poco serio, ¿acaso estas molesto por algo?
- No. ¿De dónde sacas eso?
- ¡Vamos! Has estado serio en todo el camino de regreso, algo te debe pasar.
- Bueno si me pasa algo. Algo contigo.
Las piernas de la chica empezaron a temblar, su corazón comenzó a palpitar como loco y su mente ya estaba imaginándola empacar toda su ropa esa noche.
- ¿Sobre qué? Pregunta con un hilo de voz.
- Sobre nuestra relación. Este le dice dando dos pasos hacia ella.
- ¿Algo va mal? Pregunta con las lágrimas a flor de piel.
- ¿Mal? Nena, no. Dice el envolviéndola con sus brazos. –Todo lo contrario mi amor, es muy bueno.
- ¿Qué? ¿de que estas hablando? Ella se deja envolver.
- Bebé, ¿quieres ser mi esposa?
La morena pestañea repetidas veces… aun no salía de su estupor. ¿Matrimonio? ¿Casarse? ¿Estaba hablando de verdad?
- Amor, ¿Qué me dices? Insisto el rubio.
- Yo… yo… si, si, si quiero. Le dice brincando sobre el con una sonrisa abierta en los labios.
Dos meses después…
Sus labios eran maquillados delicadamente, con un color rosa pálido… su cabello había sido recogido en un alto moño dejando algunos mechones rizados sueltos por los lados.
- ¡Zoe! Date prisa, eres muy lenta.
- Hago lo que puedo, puedes tratar de calmarte.
- Me voy a casar, ¿Cómo me voy a calmar?
- ¡Cálmate! La regaña su amiga.
Sigue con su labor de arreglarla, en cuanto estuvo lista era la hora de ponerse el vestido. Su amiga no era estrafalaria, así que su vestido era muy sencillo. Ajustado y tallado a su figura.
En cuanto Maya estuvo lista, admiro su figura en el espejo… sintiéndose conforme con el resultado sonrió. Giro para ver a su amiga quien la miraba con ojos aguados. En seguida las amigas se abrazaron intentando no derramar muchas lágrimas y arruinar el maquillaje.
- Es hora de irnos. Le dice la castaña.
- Siento que me voy a desmayar.
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