—Es real. Somos reales—lo abrazo alrededor de sus hombros—. Te amo y lamento no haberlo dicho antes.
—Esa ha sido la entrada más espectacular para una declaración de amor que he visto en mi vida—susurra contra mi oído abrazándome fuertemente, río sintiendo mis ojos humedecerse—. Quedará para la historia de cualquier romance.
—Lo siento. Estaba asustada de sentir tanto y luego salir lastimada. Estaba dolida del tiempo que estuvimos separados, usé excusas, fui terca, pero he encontrado mi camino de vuelta. Temía que me rompieras el corazón y sufrir más, pero yo misma lo rompía al estar lejos de ti—respiro su olor—. No soy escritora como tú, no tengo las palabras adecuadas, pero te amo, y si aún me das el poder del final, quiero escribirlo contigo por tanto tiempo estemos juntos. No quiero un final. Quiero comienzos, muchas páginas. Quiero que llenemos páginas del presente y futuro, quiero desarrollos, alegrías e incluso las tristezas. Lo quiero todo contigo, Paul Coleman.
Se separa y toma mi rostro en sus manos. Alrededor de nosotros las personas celebran y ríen, incluso parecen entender que en este momento estamos en una burbuja. Paul me ve fijamente a los ojos y espero que en ellos pueda encontrar todo el amor que tengo para dar. El amor que esperé conseguir y que ahora abrazo con todo mí ser.
No suelo llorar, pero hay un par de lágrimas cayendo ante lo emocional que es este momento. Las limpia con su pulgar mientras lleva su otra mano a mi cintura, es un agarre flojo porque su mano aun no es tan fuerte, pero no me importa.
—Nuestra historia necesita un nombre—sonríe. Río y sacudo mi cabeza.
—Dijiste que me ibas a dar hechos.
—Así es.
—Y lo has hecho.
—Te dije que no iba a ser solo palabras, que iba a darte sucesos empíricos.
—Entonces está fácil, lo acabas de decir.
—A ver, dímelo que estoy atontado ante el hecho de que he recuperado a mi novia.
Beso sus dedos y luego llevo de nuevo mis brazos alrededor de su cuello, sus manos se posan en mis caderas. Sonrío.
—Si no eran solo palabras y eran hechos, entonces el libro debería llamarse...
— ¿No más palabras? —intenta.
—Uh...—hago una mueca que lo hace reír— Yo pensaba algo como "la realidad de los hechos", pero tu título está mejor.
—Eres horrible para dar títulos de libros ¿Te lo dijo alguien alguna vez?
—Calla, era la primera vez que intentaba nombrar un libro.
—Sonaba a libro de investigación—se ríe y sonrío porque aun cuando se está riendo a mi costa, se le ve tan feliz. Yo estoy igual de feliz.
No más palabras...Tiene sentido, es lo que me ha demostrado desde aquella vez que llegó al estudio a responder a lo que para mí fue un reto, aquella vez que pensé que tendría un orgasmo con su voz y que aprecié lo que era y es un buen culo. Tiene razón, me ha dado muchos hechos, recuerdos, momentos. Dulces y amargos. Felices y tristes. Pasionales y adorables. Me ha dado sus facetas. Me ha dado tanto y sé que ambos podemos dar más.
—No más palabras, tiene sentido. Me gusta—sentencio.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: No más palabras