—Mi apartamento— Paul suspira. Cierro la puerta detrás de nosotros—. Debo darte las gracias.
—Menos lamento y manos a la obra.
— ¿Qué traes en esa mochila?
—Una sorpresa
—Me gusta eso— pasa el dedo por una silla—. Hay un montón de polvo que quitar.
—Y sabanas que lavar. Si nos damos prisa habremos adelanto mucho para la hora del almuerzo. Empecemos con la sala.
— ¿Quién te nombró a cargo?— cuestiona viéndome con diversión.
—Yo misma.
Sacude su cabeza y comenzamos con la sala. Primero se barre, se limpia el piso antes de retirar las sabanas de los sofás.
Abrimos las ventanas y cambiamos las cortinas. Por fortuna la cocina está limpia, aun así cuando es la hora de almuerzo ordenamos pizza y mientras esperamos pasamos a los baños.
Básicamente nos deshacemos es del polvo acumulado por tantos meses vacío del apartamento aun cuando Michael algunas veces vino a darle vueltas. Limpiamos para asegurarnos que no hay ningún roedor u otro animal así como insectos.
Nos detenemos para comer pizza y conversamos sobre como le fue en su viaje por Europa en estos meses que estuvo afuera, ahora está invirtiendo más dinero lo cual le da más ganancias, además de que es mucho más conocido. Broma diciendo que salgo con una estrella internacional que tendré que preparar una entrevista pronto. Y sonríe más abiertamente.
Este tiempo sin vernos creo cierta tensión entre nosotros.
También hablamos sobre el programa y Kevin siendo Kevin. Una vez terminamos de comer volvemos al ruedo.
En poco tiempo pasamos a la habitación donde está su estudio y limpiamos su estante de libros, tengo la tentación de llevarme unos cuantos.
— ¿Quieres que regrese los libro donde dejaste tus notas?— pregunto. Se detiene de su limpieza para observarme.
— ¿Si digo que si los devolverás?
—Con todo el dolor de mi alma.
—No voy a pedírtelos.
Antes de irse me dejo sus libros con notas en ellas para que la leyera cada día. Paul dice que no es romántico, pero con estos detalles.
—Eso hace que te amé más.
—Bien por mí— dice con una leve sonrisa antes de seguir.
Cuando llegamos a su habitación suspira y se queda en el marco de la puerta. Paso por su lado y quito la sabana de la cama.
— Necesito un nuevo cuadro de Elisabeth...— creo que lo dice para si mismo. Apenas logro escuchar.
— ¿Uno nuevo?— pregunto sacando la funda de la almohada.
—Uno de Tú y yo juntos, se lo pediré a mi amigo austriaco.
Viene a mi lado y me ayuda a cambiar las sabanas. Voy por la escoba y barro su cuarto mientras él sacude el polvo. Para cuando terminamos ya son las ocho de la noche pero toda su casa está limpia tras poco más de ocho horas de limpieza.
Está vez vamos a la cocina y hago unos sándwich de pollo que acompañamos con un par de cervezas que parece Paul dejó ahí porque aún no han caducado. Le recomiendo que haga mercado pronto si planea pasar de vez en cuando días aquí.
Paul no lo sabe, pero hace unos días Valeria y yo descubrimos sin querer quien era nuestro pintor austriaco favorito, estamos como locas, Valeria le quería regala sus bragas, le dije que eso no sería propio siendo amigo de Paul, me tomo por sorpresa, que fuera Ed, Valeria no debio a verlo notado, ella le cae mal. No sé que lo lleva a ocultar su identidad, hay personas que disfrutan su éxito en el anonimato.
Paul come con rapidez y me anuncia que se dará una ducha. Me hago otro sándwich y cuando termino marco el número de Sabrina.
— ¡Eli!
— ¿Cómo te fue rompiendo con Brian?
—Estoy decepcionada. Me esperaba más drama o un no te dejaré ir, pero dijo que estaba de acuerdo porque él también estaba notando que estábamos llevando una rutina y nada de chispa.
—Eso es bueno ¿No? Que hayan terminado en buenos términos.
—Si, pero aún sigo teniendo corazoncitos a mi alrededor por Ryan.
—Prefieres buscar sustitutos ¿que decírselo?
— Sabes que no quiero perder su amistad y adoró a Summer.
— Y que harás si Ryan decide formar una familia con otra mujer.
— ¡Ni lo digas!.. Tengo que decírselo — dice convicción
—¡Tu puedes!— le doy ánimos antes que se arrepiente—. Bueno, te dejó. Creo que Paul ya salió de su ducha.
— ¿Vas a seducirlo?— suena emocionada.
—Según los planes.
—Ya verás que si le encanta esa linda ropa interior que compraste ¡Va enloquecer!
—Ya, relájate. Deja de tener orgasmos por la idea de nosotros dos haciéndolo.
—Mata ilusiones.
—Así me dicen. Ahora voy a colgar.
Friego lo que ensuciamos y tomo mi mochila caminando a la habitación. Paul está terminando de subir su pantalón de algodón cuando entro y déjenme decir que no hay bóxer debajo. Va a tomar la camisa pero se la quito sonriéndole.
—Mejor así, me gusta más que duermas sin camisa.
—Entonces sin camisa será.
Me inclino y dejo un beso en la pequeña lunar de su hombro .
—Ahora es mi turno de bañarme.
— ¿Y para ello necesitas la mochila?
—Hoy he venido con mi modestia.
—Adorable— es todo lo que dice acostándose y buscando la comodidad de su cabeza en las almohadas—, aquí te espero.
—Más te vale.
Me doy una ducha no muy larga, seco mi cuerpo y tomo la lencería nueva. Casi me río cuando me observo en el espejo porque parece que voy a posar para una revista de adultos en el personaje de colegiala sexy.
Rosa cursi con lunares blancos y lindos lacitos en estratégicos lugares. Incluso las bragas tienen un divertido faralao de encaje. Siendo ridícula sacudo mis caderas solo para ver cómo se mueve y río.
Me gustan mis pechos pero este sujetador hace que en este momento los ame, valió el precio. Paso los dedos por mi cabello pero me doy cuenta que luce mejor si está abundante y desordenado por lo que lo sacudo.
Me decido por solo rosearme perfume y concluyo con que es suficiente.
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