¡Papá compró una mamá psicóloga! romance Capítulo 32

Roger

Termino de acomodar la ropa de mi armario mientras pienso en lo que sucedió la noche anterior, me ocupo de hacer la limpieza de toda la casa porque realmente necesito ocupar mi mente en algo más que la suave mujer que hace unas horas estuvo en mis brazos.

Mi hija se mantiene tranquilamente leyendo alguna cosa que Lucía pareció darle hace unos días. Sé que es algún tipo de libro sobre pintura, pero tampoco he prestado mucha atención, he tenido muchos líos en mi cabeza, ya que cambié el maldito detective que he tenido este último año, es un desastre, no ha sido capaz de encontrar a la madre de mi hija algo que me parece imposible.

Cristine no sabe hacer nada, absolutamente nada para valerse por sí misma, era modelo cuando nos conocimos y no debe poder serlo ahora porque ya habría encontrado alguna pista. Camino hacia la cocina para preparar el listado de lo que debo bajar a comprar para preparar la cena en acción de gracias.

Sé que mi hija se irá a casa de Lucía en algún momento, así que realmente no creo que deba llevarlo al centro comercial. Me acerco a ella para preguntarle con mis nuevos conocimientos si quiere alguna cosa y me sorprendo al ver que me pide algunos instrumentos de pintura.

— ¿Puedes escribir el nombre?

Mi hija asiente tomando la libreta para escribir rápidamente. Después de este regreso a la cocina para preparar algo de almuerzo y un minuto después de esto tengo la casa completamente limpia y ordenada. Pienso en ir donde Lucía y ver si quiere alguna cosa, pero me digo que ella probablemente necesita un poco de tiempo para asimilar lo que sucedió entre los dos, así que simplemente le pido a mi hija ir a su casa mientras voy por las cosas.

Una vez en la ciudad las diligencias me toman más de lo esperado, también hago el pago acordado con el nuevo detective que mi representante encontró y le pregunto si las fotografías que me pidió le resultaron lo suficientemente buenas como para conseguir algún patrocinador. Entre una cosa y otra las horas pasan demasiado rápido, así que regreso a casa cuando el sol ha desaparecido prácticamente.

Dejo las cosas en casa antes de confirmar que mi hija aún no ha regresado de casa de la vecina. Sonrío antes de decidir darme una ducha para ir por Amy y pasar un rato con ella. Me trata de engañar diciéndome que solo estoy haciendo esto para ir por mi hija.

Una vez en casa de mi vecina me encuentro con su perro, lo acaricio sintiéndome ahora un poco más seguro. El perro camina con prisas hacia la casa seguido por mí y ni siquiera necesito tocar porque la puerta está entreabierta. Miro alrededor tratando de descubrir cuál es el motivo, pero ver a mi hija en medio de la sala mientras la puerta del invernadero al final del pasillo también está abierta me dice que mi vecina está tratando de cuidarla mientras trabaja.

«¿Qué haces nena?»

Mi hija sonríe cuando me ve, me besa en la mejilla antes de mover sus manos con prisas para mostrarme su nuevo dibujo. También me doy cuenta de que ha ido a tomar algunas flores del jardín como muestra para su dibujo. Camino hacia el invernadero deseoso de ver a Lucía y justamente ahí la encuentro.

Con su delantal profundamente concentrada en su pintura directamente de frente en mi dirección, pero sin estar mirándome. Ella alza sus ojos cuando nota mi presencia, sonríe sonrojándose antes de ponerse en pie con prisas, peina nerviosamente su cabello mientras me acerco con una sonrisa en mis labios.

— Hola, lamento dejarte a la niña en casa — le digo — pero quería bajar a la ciudad en el menor tiempo posible — la sujeto de la cintura — ¿Se portó muy mal?

— Amy nunca se porta mal… — susurra avergonzada — le dejé un trabajo, así que ha estado pintando casi todo el día.

— Yo estuve pensando en ti — digo con sinceridad — en los dos y tú, ¿Qué estuviste haciendo?

Capítulo 32 : No sé qué está sucediendo... 1

Capítulo 32 : No sé qué está sucediendo... 2

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