¡Papá compró una mamá psicóloga! romance Capítulo 34

Roger

Termino de alistar las cosas en casa para la cena de pascuas, el pavo está listo para meter al horno y he limpiado prácticamente toda la casa. Saco la basura mientras mi hija sigue en su cuarto viendo alguna cosa en su tableta. Me detengo en la entrada de la casa dudando que está sucediendo con mi vecina porque no la he visto en todo el día.

Ayer también estaba extraña y justamente por eso es que no sé qué hacer, quizás necesita tiempo para pensar o realmente está tratando de no hacerme sentir mal. Niego, antes de entrar en casa con prisas, me aseguro de que todo esté perfecto antes de ponerme a trabajar en el regalo que quiero hacerle a Lucía.

Tomo el rollo de mi cámara para antes de meterme a la habitación de revelado y hacer todo el proceso mientras me ocupo de escoger un cuadro perfecto para la ocasión. Una vez esto está listo salgo del cuarto con la fotografía y el marco listos para unirlos y empacar todo. Mi hija me dice que es hora de tomar una ducha justo cuando estoy por terminar, así que me doy cuenta de que he pasado casi toda la tarde en la oficina.

Ayudo a mi hija a tomar una ducha y bañarse, después hago lo mismo y cuando saco el pavo del horno realmente me preocupo por Lucía, así que me pongo en pie para ir por ella, e intentar descubrir qué le está pasando.

Cuando cruzo la valla me doy cuenta de que el perro de mi vecina no ha venido a saludarme, me apresuro hasta su puerta preocupado y cuando toco en la puerta, no es Lucía la que me abre. El hombre de unos cinco años menos que yo, probablemente, me mira, lleva únicamente una toalla cubriéndolo mientras come una manzana.

— ¿Quién eres? — dice — ¿Qué quieres?

— ¿Quién eres tú?, ¿Dónde está Lucía?

— Lulú está tomando un baño, ¿Necesitas alguna cosa de ella?

— No — digo comprendiendo todo — en realidad no necesito nada.

Me doy la vuelta para volver rabioso hacia mi casa sin poder creer que su extrañeza era porque un hombre vendría a su casa, dudo que sea alguien desconocido, ya que parece bastante cómodo. Mi mente grita que probablemente era el chico del que habló estuvo enamorada.

Golpeo la mesa, enfadado, incrédulo, mientras mi hija me observa con preocupación. Ella mueve sus manos para preguntarme si estoy bien y le digo que sí antes de ir directamente a la nevera para servirme una copa de vino. Ella probablemente no vendrá, así que no pienso esperarla.

«¿No viene lucía papi?»

— No cariño — digo sirviéndome un segundo trago — la vecina está ocupada.

Miro el cuadro empaquetado junto al mueble de la televisión y me digo que no debería sentirme de esta manera. Desato la corbata de mi traje mientras comienzo a servir la mesa para mi hija y para mí. No tardo mucho en hacerlo, pero no he terminado aún de colocar el pavo cuando la puerta de mi casa es golpeada con fuerza.

Frunzo el ceño corriendo para cerciorarme de quién es el que está haciendo eso, así que abro la puerta listo para reclamarle a quien sea, solo que mi madre me impide hacerlo entrando en mi casa como si fuera la suya.

Capítulo 34 : Vete, vete con el tipo que tienes en tu casa 1

Capítulo 34 : Vete, vete con el tipo que tienes en tu casa 2

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