Lucía
Me quedo un poco más en la puerta de la casa, sé que he sido un poco extraña con Roger, pero que puedo hacer. Mi hermano es muy complicado y no quiero hablar de más, aunque Roger tampoco es que los conozca o vaya a correr a decirles a la prensa que el hijo pródigo de mi familia está por regresar.
Dudo una vez más si debería o no hablar con Lucas sobre esto porque si le cuento a él mi hermano probablemente huirá antes de que me dé oportunidad siquiera de hablar con él. Entro dentro de mi propia casa para realmente terminar el cuándo que quiero regalarles a mis padres para navidad.
Mañana dejaré a mi hermano aquí por su cuenta y me iré con Roger porque mi hermano y yo probablemente vamos a discutir cómo lo hacemos siempre. Odio que mi hermano me ponga en estas situaciones. Me ato el delantal una vez más para continuar mi trabajo y prácticamente termino al amanecer.
Me voy a la cama con la cabeza hecha un lío a las tres de la mañana, prácticamente no he dormido nada cuando noto a Welly ladrar en la puerta de mi habitación, así que me pongo en pie para encontrar a un hombre mucho más alto que yo con el cabello rubio prácticamente rapado. Él deja un bulto negro junto a sus pies, abre sus brazos mientras yo limpio mis ojos soñolientos.
— ¿No vas a saludar a tu hermanito Lulú?
— Debiste llegar más temprano o más tarde Mat — digo caminando hasta sus brazos — ¿Por qué a esta hora?
— El vuelo llegó hace unas dos horas, Lucía — me dice — no deberías estar más feliz de verme después de todos estos años.
— Tengo demasiado sueño — murmuro cerrando los ojos con mi cabeza contra su pecho — vamos a la cama Mat.
Mi hermano sonríe, me toma en brazos para llevarme hacia la habitación y ni siquiera me molesto en darle las gracias mientras me vuelvo a dormir. Mi hermano toma una ducha antes de acostarse también a mi lado y debo admitir que me alegra tener a mi hermano al menos por unos días de vuelta.
Me despierto cuando recuerdo que mi hermano ha venido a casa, salgo de la cama donde solo estoy yo para correr hacia la cocina, pero mi hermano no está ahí. Welly está sentado en medio de la puerta del invernadero, así que sé que él está ahí.
— ¡Mat!
Corro hacia mi hermano feliz y completamente despierta, él sonríe mientras evita que el café en su mano caiga a algún lugar. Él acaricia mi cabeza como solía hacer cuando se hizo mucho más grande que yo en la adolescencia.
— ¿Ahora si estás feliz de verme Lulú?
— Ayer estaba dormida — admito separándome de él — pero sabes que me agrada que al fin regresaras, ¿Desde cuándo eres soldado?
— Soy Marín — me informa — comandante en realidad…
— ¡Qué estás diciendo! — frunzo el ceño conmocionado — ¡Cuando te metiste al ejército! — niega— sabes lo preocupada que estará mamá de esto.
— Si lo sé y por eso no vas a decirle nada — mi hermano bebe de su café — ¿Verdad?
— Mateo…
— Por favor Lulú, no discutamos ahora — me pide — realmente estoy cansado de discutir, es difícil vivir en una tripulación, ¿sabes?
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