Narra Amanda.
La puerta se abrió, él estaba prácticamente desvestido, solo llevaba puesto una bata. Tenía un vaso de whisky en la mano, sabía que ya tenía una erección debajo de su bóxer.
—Hola—le dije quitándome el abrigo frente a él para que pudiera apreciar mí atuendo.
Luego vi sus ojos, estos ardían con excitación.
—Hola nena— dijo, me encantaba su apelativo, su voz se volvió más profunda, ahora podía notar la diferencia entre sus personalidades y se notaba que estaba excitado, luego tomó mi mano y la llevó a su boca, besándola suavemente— .Te he estado esperando—agregó.Me llevó hacia dentro, eche un vistazo, vi una botella de aceite para bebés en una de las mesitas, tragué el nudo en mi garganta que se había formado e intente ignorar los nervios que bailaban en mi estómago. Después él me sirvió un whisky—.Ten, bebe esto, lo necesitarás—me dijo en un tono perverso.
Mi corazón se aceleró y tomé la bebida rápidamente. Él sonrío sombríamente.
—Voy a necesitar otro—respondí entregándole el vaso, luego él lo tomó y lo volvió a llenar, luego me lo tomé de un solo.
Estaba un poco nerviosa, no tenia idea que me tenía reservado, pero el aceite para bebés me decía que era algo que nunca había hecho antes.
—Desvístete—me ordenó con frialdad. Dejé el vaso sobre la mesa. Él sonrió oscuramente, sus ojos hambrientos se deslizaban por mi cuerpo. Llevaba un corsé de cuero negro con cordones que empujaba mis pechos hacia la luna, junto con unas diminutas bragas de cuero. Él comenzó a caminar a mi alrededor como un cazador que rodeaba a su presa. Deslizó su bata sobre sus hombros dejándola caer, mi respiración se detuvo cuando lo vi desnudo y duro, su gran polla estaba lista para follarme. Mi cuerpo comenzó sentir un hormigueo por la excitación que sentía en ese instante. Luego él caminó hacia una maleta, y sacó un látigo de cuero negro. Mis ojos se abrieron de inmediato: ¡Mierda! Grite mentalmente—.Te voy a golpear tres veces—mencionó con sus ojos oscurecidos—. Y luego te voy a follar el culo—agregó.
Trague el nudo en mi garganta al escuchar sus palabras.
—Sí señor—respondí tratando de jugar este papel—. Sin embargo, no he dejado que nadie me folle por...—dije nerviosamente sin poder completar la frase.
Él se acercó a mí hasta quedar cerca de mí boca, me beso lentamente, como si estuviera disculpándose de antemano por lo que estaba a punto de soportar.
—Es un honor ser el primero—mencionó—¿Sabes que te quiero cierto?— susurró en mis labios.
—Si—respondí.
—Entonces confía en mí, no te haré daño, te lo prometo—agregó dulcemente.
—Se que no me harás daño—dije confiando totalmente en él.
Luego él se inclinó para darme un beso en la espalda
—Lo estás haciendo muy bien, nena, estoy casi adentro—me dijo. Con su mano tocó mí clítoris, donde hizo círculos con los dedos con la presión justa para hacerme sentir placer en lugar de dolor—.Eso es todo—dijo avisándome que su polla completa estaba dentro de mí, luego ingresó y salió de mí suavemente, sin dejar de mover sus dedos sobre mi clítoris.
—¡Oh Demian que bien se siente!—le dije realmente disfrutando de esta experiencia por primera vez.
Luego de mis palabras, él aumentó su ritmo, el placer estaba creciendo cada vez más, comenzó a montarme de una manera agresiva pero deliciosa, era una cantidad increíble de placer. El sonido del aceite deslizándose entre nosotros era todo lo que podía escuchar, miré hacia los espejos para mirar nuestros reflejos. Sus ojos estaban fijos en el lugar donde se encontraban nuestros cuerpos, los cuales estaban empapados de sudor, él tomaba mi cuerpo como quería: solo para su placer, nunca había visto nada tan caliente en toda mi vida.
No pude evitar gemir al sentir el orgasmo acercarse, Jadee fuertemente al sentirlo. Demian lo tuvo también poco después. Ambos nos recostamos realmente cansados. Poco después el me dio un beso en los labios y luego me miró, pero había algo en su mirada que me hipnotizo.
—Te amo Amanda, ya no lo puedo negar más —susurró contra mi boca, era la primera vez que me lo decía, sinceramente no esperaba que fuera tan pronto.
—Yo también te amo Demian—respondí con una alegría que no podía describir.
Nos besamos está vez lentamente disfrutando de nuestros labios y de nuestro amor, porque eso era lo que sentíamos el uno por el otro.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Político busca niñera