Político busca niñera romance Capítulo 35

Narra Amanda.

Ha pasado tres días desde que tuvimos esa conversación, no lo hemos discutido de nuevo. Estoy demasiada asustada para sacar el tema. Estaba esperando que él me llamara en cualquier momento para que los dos pudiéramos sentarnos hablar abiertamente sobre ello. Cuando estaba a punto de salir de mí habitación recibí un mensaje de él, invitándome a cenar está noche, decía que tenía algo importante que decirme, me pregunte si tenía que ver con la respuesta que tanto estaba esperando.

Luego bajé a la cocina a preparme un cereal para desayunar, las niñas estaban en la escuela, me acerqué a la mesa a tomar un plato, pero mí vista se dirigió al basurero dónde habían muchos papeles de revista, diarios y algunos cartas. Generalmente la señora Betancourt hacia limpieza de este tipo, recogía los papeles viejos de cada habitación y los ajuntaba en una bolsa de basura para posteriormente tirarla al camión de la basura. Pero había una carta que llamó mí atención, tenía el nombre de Demian, y el remitente era de un doctor. La saqué de la basura, se plasmaba el nombre de una clínica, me pregunte qué significa esto, busqué en mí celular en nombre del doctor y el nombre de la clínica, teniendo como resultado que él era un especialista en vasectomía. Mi corazón comenzó a latir con rapidez ¿Él no me haría eso cierto? Me pregunté con la desesperación apoderándose de mí, la carta estaba abierta. La curiosidad de saber lo que decía esa carta me pudo más, así que la leí:

Señor White.

Gracias por su consulta por nuestros servicios de vasectomía. A continuación encontrará una cotización según lo solicitado. Su cita inicial es el día 17 y luego su reservación para el procedimiento será el día 25 de Mayo.

Dejé la carta sobre la mesa, la fecha era de hace un par de meses, antes de que yo iniciará a trabajar aquí ¿ Y si él ya se había realizado la vasectomía ? El miedo de apoderó de mí, no podía creer que él no me hubiera comentado algo tan importante. Quería llamarlo para que viniera a verme, pero no pude hacerlo, tampoco podía esperar hasta la noche para poder hacerlo. Decidí ir a la compañía y hablar con él en ese instante, agarré las llaves de uno de los autos, no quería que el chófer me llevará, no quería que me viera llorar porque eso estaba haciendo en ese momento, junto a miles de preguntas en mí cabeza que me atormentaban cada vez más. Me subi al auto con la carta en la mano, no tuve ningún pensamiento mientras salía de la propiedad. Mi estómago estaba revuelto y las lágrimas volvieron a brotar. Pensé que quizás esto era un malentendido, pensé que él no era capaz de hacerme algo asi, porque ese sería nuestro fin y él lo sabia.

Llegué al edificio, al llegar a su piso le pregunté a su secretaria si estaba solo, ella me dijo que si, así que ingresé inmediatamente, él al verme se puso de pie.

—Hola nena—dijo con una sonrisa—¿ Qué pasa? ¿ Por qué lloras?—preguntó preocupado.

—Encontré tu carta —le dije sin perder tiempo.

—¿Cuál carta?—preguntó.