Prisionera De Un Magnate romance Capítulo 27

No pueden culparme por ser tan débil, porque este hombre realmente es una belleza en persona. Nunca en mi vida había tenido tal deseo a alguien, y es que debo admitir que he tenido muchos novios, pero nunca en mi vida había sentido lo que siento cuando él está cerca.

Me detengo cuando me doy cuenta que él nunca reaccionó a mi beso, a pesar de que solo pegue mis labios, se que cometí un error y ahora tendré que pagar mi error.

Me separo lentamente de él, sintiendo un malestar en mi pecho, y se lo que es, pero es algo absurdo por lo que simplemente me niego a que sea eso; no puedo creer esto, es el peor beso de toda mi vida y lo peor es que fue con alguien al que tendré que ver toda mi vida por mi hijo, esta es una maldita broma.

Algo avergonzada agacho la cabeza para no mirarlo, Rohan solo quería hablar de un tema importante y yo aquí de calenturienta intentando tener sexo, estoy segura de que esta pensando lo peor de mi, también debe estar riendo de mi o simplemente le doy pena.

No puedo evitar ponerme sentimental ante esta situación, es estúpido, pero de verdad hay lagrimas que amenazan con salir, me siento patética, lo peor es que a esta edad dirá que soy una patética necesitada de atención que por eso quiere sexo, o por lo menos si estuviera en su situación, es lo que pensaría.

Respiro y decido alejarme de él, esta situación no debe ponerse más incómoda, pero no contaba con que él me detuviera en mi camino a la otra esquina. Volteo dudosa de querer verle la cara, pero esa duda se quedó perdida al ver su hermoso rostro cerca del mío, tan cerca que nuestras narices se rozan al igual que nuestros labios.

Rohan empieza a tocar mi cara provocando que yo cierre los ojos, me acaricia mi cachete con ternura, algo realmente confuso ya que en mi estado me puede tocar lo que quiera y no pondré resistencia en ningún momento.

Aprieto su hombro al sentir como su otra mano sube lentamente por mi pierna dando caricias, mi respiración se vuelve agitada y no puedo evitar entreabrir mis labios, si de por si, él me vuelve loca con su sola presencia, ahora soy una loca desquiciada con su mano que se encuentra en mi entrepierna haciendo magia.

Se me escapa un gemido cuando siento su mano sobre la lycra que me cubre.

Me acerco un poco más a él provocando que caiga sobre la cama, aprovecho y me subo sobre él, dudo un momento si dejarme caer provocando que nuestros sexos se junten o terminar con esta locura, aunque la respuesta era obvia.

Se acerca a mi rostro de nuevo, pero esta vez yo me adelanto y junto mis labios a los de él y gracias a dios, esta vez no desprecia mi beso.

Al principio es lento y pausado, es un beso calmado con el que me transporta a un mundo de sensaciones nuevas. Las cuales son raras, pero me gustan.

Me gusta esto que estoy teniendo con Rohan, es como si lo nuestro fuera real, como si realmente él estuviera enamorado de mi, y yo de él.

Pero después, nuestro beso se profundiza mezclando nuestras lenguas y provocando una explosion de emoción.

Con cuidado, me comienzo a mover sobre él, cosa que le gusto, ya que me sujetó con fuerza de mi espalda baja. Si el día de hoy no muero, será un milagro.

Torpemente acerco mis manos a su camisa y trato de desabrochar los botones, pero gracias a mi nerviosismo, lo hago más lento de lo normal.

─¿Y para qué te decía? No puedes hacer nada ─ya no dice nada, parece estar pensando, por lo que me preparo para escuchar su rechazo por segunda vez.

─Yo te puedo ayudar ─me sorprendo al escuchar su respuesta, no esperaba eso, pero sé que es capaz de dejarme tener aventuras con alguien─. Cada vez que tú quieras, no habrá problema.

─Exactamente ¿A qué te refieres? Porque si es sobre dejarme estar con otro, déjame decirte algunas opciones ─el color rojo se apodera de su rostro y aprieta sus manos en puños.

Al darme cuenta del error que cometí, el color rojo de vergüenza, también se apodera de mi rostro. Realmente no esperaba decir eso, pero mi boca y mi mente están sincronizadas y a veces, la perra de mi boca me delata.

Se me escapa una pequeña risa al ver su cara, supongo que no se refería a eso. Pero nunca me especificó a qué se refería así que mi culpa, no es.

De la nada, siento mi espalda contra la cama y él sobre mi, yo trato de pararme, pero toma mis dos manos y las pone una a cada lado de mi rostro, me observa un  momento y se detiene en mi vientre.

Después de ver mi vientre, acerca su rostro al mío y me da un beso en los labios, es casto pero mis estúpidas hormonas se alborotaron al igual que mi corazón.

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Prisionera De Un Magnate