Con la computadora, les hago una videollamada y para mi suerte, Chris es el primero en contestar.
─¡Santo cielo! ─exclama sorprendido─. Mira nadamas que mujer tan hermosa, y yo de estupido diciendo ser gay cuando puedo estar con esa hermosura embarazada.
Mi mirada se detiene en su cuerpo desnudo, porque si, no tiene playera y Christopher está jodidamente sexy de esa manera.
─Espero que realmente sea algo importante ─Ariana aparece en la pantalla con un aspecto algo comprometedor y detrás suyo, está Tadeo.
─¡Ya llegó por quien llorabas! ─grita Rubén─. Hoy es mi día de suerte, tengo la dicha de ver a la reina embarazada más hermosa del mundo ─el cuerpo de Rubén aparece en la pantalla, digo, su rostro atractivo.
─¡Quítate tu, que llegó la caballota, la perra, la diva, la potra! ─y como no, Alejandra contestó cantando como siempre.
─Antes de que comiencen a hablar como verduleras, yo quiero que Tam nos modele con su hermosa panza ─propone Rubén.
Me levanto y comienzo a caminar mostrándoles mi pequeña panza, la cual, ya ha crecido.
─¡Hermosa! ─grita Rubén eufórico, pues por alguna extraña razón, tiene una obsesión con las embarazadas.
─¡Por favor hay que casarnos! ─Ariana es la siguiente en gritar.
─¡Por ti vuelvo a nacer preciosa! ─Alejandra también se ve feliz de ver mi panza.
─¡Por ti dejo de ser gay! ─y Chris tan único.
Todos me dicen halagos y yo me rio por sus tonterías, pero una vez terminado mi pequeño desfile, me vuelvo a sentar con cara seria.
─Chicos, les marque ya que me siento algo… extraña, y realmente no se que hacer.
─De seguro tiene hambre, Rohan no le da carne y cuando no come carne se pone agresiva ─Chris saca conclusiones antes de tiempo.
─Es verdad, incluso te veo algo delgada para los meses que tienes ─Rubén lo apoya.
─No, yo la veo bien ─Ariana niega y me examina a través de la pantalla─. Se ve angustiada, así que estoy segura de que tuvo una pesadilla.
─Para nada, más bien está aburrida o se peleó con la zorra ─Alejandra también habla.
Escucho como todo empezaban a sacar conclusiones a lo tonto, ni si quiera me preguntaron, solo afirmaban lo que tenia cuando realmente no estan cerca de la realidad.
Si antes tenía dolor de cabeza por los reporteros, ahora siento que va a explotar con los verduleros que tengo de amigos.
─¡Tengo ganas de tener sexo! ─grito ya harta de escucharlos─. ¡Me urge tener relaciones sexuales! Siento como si mi cuerpo hirviera y no puedo hacer nada.
Me cubro la cara, pues esto realmente es algo vergonzoso. Nunca en mi vida había tenido tantas ganas y ahora todos mis amigos lo saben.
─Ya intentaste… pues ya sabes, la palabra con “M” ─escuchar a Tadeo decir eso, solo provoca que me ponga más roja y me arrepienta de marcarles.
─No, odio hacer eso porque no es satisfactorio, por lo menos no para mi.
─Si quiere voy y te complazco ─el descarado de Rubén sube y baja las cejas.
─Alejate de mi bicho raro.
─Recuerda que ya tiene hombre, y está mejor que tú ─Alejandra se ríe de él.
─Creo que mejor te enviamos un juguete ─me dice Chris ignorando a Rubén y Ale.
─Pensé que tendrían buenas ideas, pero ya veo que no ─me frustro.
─Relájate, encontraremos una solución.
─Es que no lo entienden, ver a Rohan todos los días y no poder tocarlo, se ha vuelto estresante, y además, ustedes a punto de tener sexo o sin playera no me ayudan.
─Dile a Rohan que te ayude, esta claro que quieres tener sexo solo con él ─Chris me da la solución más simple del mundo.
─Ojala fuera tan fácil ─me resigno a que no tendré solución.
Después de hablar durante un rato más, todos cuelgan menos Christopher, que me dedicó una sonrisa de que todo va a estar bien.
─Creo que tendrás que seducir a Rohan, porque si no, tendrás problemas en un futuro.
─No creo que pueda, Adriana sigue viviendo aquí y hoy pensé que tendría una oportunidad con él, pero mi emoción no duró tanto.
Mis mejillas se tornaron rojas y no supe qué decir, realmente estaba babeando mientras veía a Rohan comer, y lo peor es que ahora todos me estaban mirando.
Sin decir nada me levanto de la mesa y salgo al jardín, donde el aire fresco me recibe para así poder aclarar mi mente; no puedo seguir pensando en eso, me tengo que calmar.
Cuando ya me siento mejor entro a la casa y al parecer ya nadie está en el comedor. Subo hacia mi habitación ya que es hora de dormir o por lo menos para mi. Sirve que me relajo y descarto la idea de recurrir a un método no muy agradable para mi.
Entro tarareando una canción para así mantener mi mente distraída, pero no contaba con que Rohan estuviera sentado en mi cama por lo que di un pequeño grito y le avente mi teléfono. El teléfono dio directo en su frente y aunque fue un accidente, fue divertido.
─Lo siento, no fue mi intención golpearte, pero me asustaste ─me disculpo, y me mantengo alejada de él.
─Quería hablar contigo ─pero yo no─. Y como has estado distraída todo el día, aproveche para ver si estas bien y además decirte lo que te tenía que decir.
─No creo que sea un buen momento.
─¿Por qué no? Creo que es buen momento para hacerlo.
─No lo es, mejor vamos a dormir ─me acerco a mi cama.
─¿Me estás evitando? ─pregunta extrañado.
«No claro que no, o sea, no pasa nada más que he imaginado el cómo es tener sexo contigo mientras comes, duermes, haces ejercicio, hablas o simplemente cuando respiras, pero de ahi en más, no hay otra razón.»
Claramente no le puedo decir eso, pensara que estoy loca, y a nadie le gustan las locas.
─No, solo quiero dormir.
─Siéntate a mi lado y hablemos, prometo no tardarme y dejarte descansar ─palmea el lugar al lado de él.
Con algo de miedo ─de lo que sea capaz de hacer en este estado─ me siento a su lado. Solo es hablar, no creo que sea tan difícil mantenerme tranquila en una simple plática.
Y desgraciadamente, con solo verlo de cerca, ya estaba perdida y embobada con su rostro todo perfecto. Sus ojos oscuros y profundos son tan hermosos, al igual que cada una de sus facciones, y ni hablar de sus labios; tan rojos y carnosos.
Su voz está de fondo, pero yo estoy tan metida en mi burbuja que no me importa lo que dice. Veo como humedece sus labios pasando su lengua más de una vez y siento que estoy perdida, simplemente me rendí ante él.
─Tamara ─pasa una de sus manos frente a mis ojos─. ¿Te encuentras bien? ─no lo pienso dos veces, simplemente me lanzo a sus brazos y junto nuestros labios.
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Los comentarios de los lectores sobre la novela: Prisionera De Un Magnate
Me gustó mucho la historia, un poco diferente a las demás. Pero me hubiera gustado poder leer un poquito más, darle unas letras a la felicidad de descubrir que ya recuerda...