Prisionera De Un Magnate romance Capítulo 29

Narra Rohan

Durante todo el día, noté que Tamara estaba distraída e inquieta. Siempre es así, pero extrañamente, hoy está el triple de inquieta.

Me preocupa que tenga algo, no quiero que le pase otra cosa nuevamente.

Llevo todo el día en el despacho revisando papeles y más papeles. Pues aunque sea el dueño de muchas empresas y me pueda dar el lujo de faltar al trabajo, prefiero estar al pendiente de cada una de las empresas.

Además, de que he estado revisando toda la información que he estado recibiendo información sobre Adriana.

Aun no tengo todo lo necesario para alejarla de nosotros para siempre. Pero eso no será por siempre, definitivamente me quitaré a Adriana de encima.

Durante años, prefería estar solo, pues no quería pasar por lo mismo nuevamente. Lo que pasó con Cassandra, realmente me marcó.

Pero ahora, tengo a Tamara a mi lado, dure años cuidando de ella que justo ahora que la tengo, estoy seguro de que ella es la mujer con la que quiero pasar el resto de mi vida.

Si, con Cassandra viví algo hermoso y único, pero la necesidad de estar siempre cuidando de Tamara, no me dejaría vivir, me costó mucho aceptarlo y darme cuenta, pero ahora estoy seguro. Amo a Tamara.

Me levanto de mi lugar decidido a ir a hablar con ella. No se que es lo que piense de mi, aunque la mayoría de sus pensamientos deben ser negativos, no puedo seguir actuando indiferente con ella.

Ya no lo soporto, necesito que sepa que la amo y que estoy dispuesto a todo, con tal de que esté a mi lado.

Subo las escaleras y entro a su habitación. La vi salir al jardín después de cenar, así que solo me siento en su cama para esperarla.

Mientras estoy solo, analizo que es lo que diré. No quiero que piense mal de mí o se burle de mí, no sé si siente algo por mi de igual manera, y la idea de ser rechazado me aterra.

Cuando escucho que la puerta se abre, levanto mi mirada para verla. Ella al darse cuenta de mi presencia, me avienta su celular golpeándome la frente mientras grita.

El dolor está presente, pero lo ignoro, ya que al verla nuevamente, noto que se pone nerviosa y un brillo aparece en sus ojos.

─Lo siento, no fue mi intención golpearte, pero me asustaste ─se disculpó con un tono de voz divertido y cauteloso.

─Quería hablar contigo, y como has estado distraída todo el día, aproveche para ver si estas bien y además decirte lo que te tenía que decir.

─No creo que sea un buen momento.

─¿Por qué no? Creo que es buen momento para hacerlo ─insisto, ya que no me creo capaz de hacerlo después.

─No lo es, mejor vamos a dormir ─se acerca al otro lado de la cama.

─¿Me estás evitando? ─le pregunto sospechando que no me quiere cerca de ella.

─No, solo quiero dormir ─se encoge de hombro.

Se que miente, no me quiere cerca y eso me hizo sentir terriblemente incómodo, pero no importa, necesito decirlo.

─Siéntate a mi lado y hablemos, prometo no tardarme y dejarte descansar ─palmeo el lugar a mi lado.

Se acerca a mí algo dudosa, pero al final lo hace y yo, por primera vez, después de muchos años, me siento nervioso.

─Tamara, no se como decirte esto ─ella me mira atenta, y yo me trago mi orgullo, mi vergüenza y decido abrir mi corazón─. Yo se que he sido un idiota contigo, no tenia razón para hacer todo lo que hice, pero aunque no me creas, todo tiene su razón.

Comienzo con un intento de disculpa, la cual claramente es fatal, pero al verla aun mirándome sin decir nada, decido continuar.

─No te puedo decir todo ahora, no te quiero asustar, pero te prometo, que te lo diré todo poco a poco. La noche del bar, no fue nuestro primer encuentro. Realmente yo llevo años tras ti, pero no es momento de que sepas eso.

Suelto el aire que estuve conteniendo mientras hablaba, su silencio me pone más nervioso de lo que estoy, pero debo terminar con esto de una vez por todas.

─Tamara, yo te quiero más de lo que crees, llevo años pensando en ti y no se si tu también sientes lo mismo, pero estoy dispuesto a hacer todo para ganarme un lugar a tu lado.

Siento un gran alivio al decir eso, no sabia que realmente necesitaba decirlo, pero ahora que lo dije, solo puedo esperar a que Tamara diga algo.

La miro y me doy cuenta de que… tiene la mirada perdida en… ¿Mi boca?

¿Acaso escucho todo lo que acabo de decir? ¿O simplemente me ignoro?

No contengo más mi emoción y le doy un beso, gracias a ella, mi vida volvió a tener sentido, y aunque esta noche, me ignoró por completo, yo no me daré por vencido.

Aunque tuve temor de hacerle daño, hice lo posible por satisfacerla sin lastimar a mi hijo.

Ella no tardó mucho en quedarse dormida, y yo solo la abracé. Pronto pasaré todos los días de mi vida así, a su lado.

Mis días junto a Adriana están contados. Y no, no puedo terminar de la nada con ella, es una amenaza para mi futuro, solo que lo ignore y ahora, debo amenazarla.

Horas después, el sonido de mi teléfono me despierta, algo molesto con la persona que interrumpió mi sueño, contesto.

─Señor Khattab, lamento interrumpir su noche, pero surgió un problema con el vuelo B693 y necesitamos con urgencia su presencia.

─Llego en quince minutos, prepara todo ─cuelgo.

Con cuidado de no despertar a Tamara, me levanto de la cama y me voy a mi habitación para alistarme.

Por mientras, llamo a Juan, mi guardaespaldas, para que prepare mis cosas. No quería dejar a Tamara, pero la vida de seiscientas personas, corre peligro.

Cuando ya estoy listo, voy a mi oficina para recoger unos papeles y además guardar todo lo relacionado con Adriana.

Y como no tengo tiempo de guardar todo en mi caja fuerte, meto toda la información en una caja, la cual escondo en el pequeño armario que tengo en mi oficina, junto con la información de Tamara.

Pronto le contaré todo a Tam, no se como lo tomara, pero esta información, es necesaria para que ella entienda todo.

Cierro el armario con llave y salgo de la casa y me subo a la camioneta. En el camino, me informan sobre el vuelo.

Al parecer, hubo una explosión en uno de los motores, pero por suerte, el avión ya estaba aterrizando. Lo extraño aquí, es que el modelo B693 es de los más recientes, lo que me lleva a la conclusión de que esto fue sabotaje.

Cada día, mis problemas han estado aumentando, no es la primera vez que me llaman para avisarme que hubo un problema con una de mis empresas; incluso, he llegado a cerrar más de una empresa, y se quien esta tras mi.

La peor escoria del mundo quiere quitarme todo lo que me dejaron mis abuelos, y ciertamente una vez estuvo a punto de hacerlo, pero ahora no soy un niño ingenuo y estúpido, por lo que su mejor manera de atacarme, es bajo el anonimato.

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