Prisionera De Un Magnate romance Capítulo 30

Despierto después de mucho tiempo dormida, no se exactamente cuanto dure, pero conociéndome puede que ya sea de noche, otra vez.

Me levanto y me dirijo al baño, y como siempre me lavo la cara y los dientes mientras recuerdo lo necesario para sobrevivir este día.

Una vez salgo del baño veo una bandeja en mi mesa pequeña de noche, en ella hay dos vasos, uno de agua y otra de jugo, no se que tipo de jugo pero se ve raro, también hay unas tostadas de nutella y un boul de frutas; al parecer hoy si comeré como se debe.

Primero me tomo el agua ya que estoy muy reseca, y no sé por qué.

─Creo que aún estoy modorra, pequeño ratón ─le digo a mi bebé mientras lo acaricio y tomo agua.

No fue hasta entonces que me di cuenta de todo lo que pasó ayer, de Rohan entrando a mi habitación, de cuando le llore y de cuando.....

─¡¡Mierda mierda mierda!! ─me miro y efectivamente estoy desnuda, creo que estoy retrasada al no darme cuenta antes.

No se como no me di cuenta, aunque claro, Rohan no esta por ningún lado por lo que seguro y se fue inmediatamente una vez me dormí.

Tomo una ducha para así quitar todo rastro de él de mi cuerpo. Me siento mal por hacerlo engañar a la zorra y seguramente ellos dos ahora deben de estar disfrutando juntos.

Además, el temor sobre lo que lleguen a pensar de mí, es algo que no me importa, pero si Rohan piensa mal de mí, definitivamente sería un golpe duro.

Prácticamente le rogué ayer, me vi como una urgida y necesitada e incluso yo misma me doy pena ahora.

Una vez vestida y arreglada me como lo de la bandeja y lo tomo para bajarlo a la cocina, ya cheque la hora y efectivamente ya es muy tarde, aun esta el sol pero faltan unas pocas horas para que ya no esté.

Entró a la cocina y veo a muchas mujeres apuradas de un lado a otro, al parecer preparan la cena ,pero aun es muy temprano para eso, ellas ocupan un respiro.

─Señorita Tamara, ¿Qué es lo que usted hace aquí? ─Isaura sale de la nada y me quita la bandeja de las manos para ir a lavar los trastes.

─Hola nana Isaura, recuerda que solo me tienes que decir Tamara y además yo sé lavar los trastes, no me mal acostumbres ─le quito los trastes para ser yo quien los lave.

─¿Se siente bien? La noto rara, se ve feliz pero a la vez desanimada.

─No es nada, ya ves como son embarazadas y para terminarla de regar, una adolescente embarazada ─le sonrió para que vea que no le miento.

Una vez termino de lavar, me despido de ella y salgo al jardín, el lugar en donde me la paso más tranquila ya que a la zorra le da miedo el sol.

Pero ya se me hacia raro que tuviera tranquilidad tanto tiempo, si no es un palo tetudo, es un raro, si no es un raro es llorón y si no es un llorón es un idiota.

Y no se si es el karma, pero hoy me toco el combo completo, todos se encuentran disfrutando en la gran piscina que tiene el idiota en la casa. Y al parecer ni se molestaron en invitarme y tampoco es que me importe.

Pero hay un límite y yo ocupo mis canciones, por lo que pongo una no tan fuerte y con buen ritmo, El pecado de Ozuna empieza a sonar y yo me emociono y brinco como loca, la empiezo a cantar y subo más el volumen.

Veo que muchas se sorprenden y supongo que es porque entienden lo que dice, mientras que otras mueven la cabeza por el ritmo, sin embargo yo, tengo un serio problema, estoy como loca por toda la cocina con unas tenazas y con comida por toda la ropa, ya que soy un desastre.

Y como ya no me dejaron cocinar con ellas, pues yo les estoy haciendo un show aquí mismo. Tome un recipiente que tiene Jitomate molido ya que Isaura me lo había pedido, pero yo me puse a girar y perdí el equilibrio.

Para evitar caerme y que un accidente pasara, lanzo el jitomate y este sale volando para yo poderme agarrar de la barra, pero no contaba con que unos brazos me rodearan y que el ruido del recipiente nunca llegará al suelo.

Cerré los ojos ya que sabía lo que había pasado y cuando la música no se escuchó más, supe que el día de hoy, iba a ser mi muerte.

Me suelto de los brazos "misteriosos" y me doy la vuelta para ver lo que ocasione, y efectivamente, ahí se encuentra Rohan con el recipiente en su cabeza.

Observo como todas tenían la cabeza abajo esperando a ser regañadas, y yo aguantando la risa de ver a Rohan sucio por primera vez.

Claramente soy una inmadura que ante una situación seria para todos, yo me quiera reír de algo tan insignificante.

─Isaura ─la voz de Rohan se escuchó tan fuerte e imponente, que vi como muchas temblaron─. A mi oficina.

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Prisionera De Un Magnate