Realmente no hay persona más estúpida que yo, ¿Por qué no supuse que al hablar de dos bebés se darían cuenta que en realidad si son dos bebés? Gente estúpida y yo.
Pero al parecer Rohan no es estúpido, bueno, si lo es pero no en esta ocasión, y todo por no hacer menos a un bebé.
Me decido a alzar la vista para ver su cara, pero me arrepiento ya que en su rostro veo de todo menos emoción, y no es que me importe, es solo... a quién engaño, esto realmente se siente fatal.
No puedo evitar que mis ojos se llenen de lágrimas que amenazan con salir, pero yo las evito, me trago mi dolor y le respondo con orgullo.
─Si no querías dos bebés, hubieras pensado antes de estar de caliente cochino ─salgo de la ducha con la cabeza en alto y también con cuidado de no caer ya que literalmente estoy toda mojada con ropa y descalza.
Si, yo se que también fui una cochina caliente y hasta más que él, pero mi intención nunca fue quedar embarazada de él y por lo que tengo entendido, para Rohan solo era una fábrica de bebés.
No me importa si todo el piso se moja, lo único que quiero es estar lejos de él, salgo de la habitación y me dirijo al único lugar que me gusta, la cocina, solo espero que encuentre algo de comer.
Cuando entró ni siquiera me detengo a verlo, ya que lo único que me interesa es la comida y no la decoración, y cuando veo a mi primera víctima me dirijo lo más rápido.
Abro el refrigerador y para mi sorpresa está lleno, pero de malditas y cochinas verduras, en qué cabeza cabe que yo voy a querer comer verduras, está bien que estoy enojada, pero tampoco es para comer verduras.
Cierro el refrigerador enojada y me dirijo a las despensas con la esperanza de encontrar más cosas que no seas sazonadores y para mi suerte logró captar algo super delicioso para mis ojos, pero el problema es que solo mis ojos alcanzan a verlo ya que mis manos no lo alcanzan.
Pienso en saltar, pero no quiero hacerle daño a los bebés, y tampoco me puedo subir a la barra ya que estoy embarazada, si no estuviera embarazada ya estuviera trepada con mi Nutella en mano, pero como si lo estoy, solo me queda llorar.
Siento como una toalla me rodea el cuerpo y después veo como una mano toma la preciosa Nutella y la pone en la barra junto al pan tostado.
Esta tonto si piensa que acompañare la Nutella con pan, seria una total crueldad hacer eso por lo que tomo una cuchara que por suerte estaba en el primer cajón que abrí y después destapo la Nutella nueva y meto la cuchara.
Me volteo y veo que Rohan ya se cambió y todo con su traje perfecto como siempre, lo quito de mi camino y me siento en la barra, se que me está mirando, pero me importa más un cacahuate que él.
Saco la cuchara llena de Nutella y nada más por curiosidad veo que está haciendo Rohan y veo que me observa. Cuando se da cuenta que lo estoy viendo me da una mirada de advertencia, no quiere que coma la Nutella sola.
Regreso la cuchara al bote y noto que él se relaja, pero este hombre si que esta tonto, lleno más la cuchara y cuando la saco meto todo a mi boca y me pierdo en el delicioso sabor del producto, hace mucho que no la probaba y esto realmente es super delicioso.
─No puedes comer eso solo, aunque en realidad no puedes comer eso ─Rohan me quita el bote de Nutella y lo guarda donde estaba.
─No digas eso, yo realmente quiero algo serio contigo, no dejaré que tus ocurrencias arruine esto, sólo dame una oportunidad.
No se si habla en serio, pero vaya que me ilusionó al tope, tanto así que en vez de contestarle, le doy un beso.
Así como dije, junte mis labios a él, al principio fue algo lento y no hubo nada de lengua, pero esto se está empezando a salir de control.
El beso cada vez se va intensificando más y más, no quiero que esto pase a mayores ya que tengo una reunión que preparar, pero tampoco quiero que este momento se acabe.
Este hombre besa como si fuera su profesión, sabe como hacer que uno se pierda en sus delirios, como yo en este momento.
Pero desgraciadamente todo llega a su fin, y no fue por mi, sé se separó de mí y aunque pensé que sería frío como lo es siempre, no fue así, se separó y me acarició la mejilla de una manera muy tierna, para después dar un tierno beso en mis labios y esto sólo provoca que mi corazón se emocioné.
─Lamentó interrumpir este momento, pero debo ir a la empresa.
─¿Te puedo acompañar? ─tengo ganas de conocer el mundo de mi esposo.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Prisionera De Un Magnate
Me gustó mucho la historia, un poco diferente a las demás. Pero me hubiera gustado poder leer un poquito más, darle unas letras a la felicidad de descubrir que ya recuerda...