Dos meses después
Me muevo impaciente, no sé lo que está pasando pero aunque no lo quiera admitir, tengo miedo, no mucho pero si tengo miedo.
Quien no lo tendría teniendo los ojos vendados y los brazos amarrados, lo peor es que no se la razón, se que estoy en la cama, y mínimo fue una escena de cincuenta sombras, pero no, no soy Anastasia y no hay un Christian Grey.
Quiero que me entiendan, yo estaba durmiendo como oso y cuando por fin despierto, no veo nada, y por si fuera poco, también estoy amarrada.
Sé que Rohan hizo esto ya que reconozco mi cama, ya casi dos meses durmiendo aquí, sería un pecado que no supiera dónde duermo.
El problema es que llevo tres minutos despierta y no sé qué está pasando, siento que mi corazón quiere explotar, pero realmente más de coraje que de preocupación, no saben cuantas ganas tengo de matar a Rohan.
Este hombre me quiere matar antes del parto, literalmente no falta nada para que nazcan los bebés y él no se preocupa para nada.
Un minuto de mi vida llegué a pensar que me habían secuestrado, dirán ustedes, que es un minuto, pero para mi, en un minuto me imagino cómo me mataban de exageradamente muchas maneras. No fue hasta que reaccioné y me di cuenta de que seguía en mi cama.
En esta semana nacerán mis bebés como para que él idiota me de estos sustos, de verdad que cuando entre por esa puerta, lo matare.
Y como si lo hubiera invocado, escucho sus pasos acercándose, como no estoy segura de que se él me hago la dormida, puede que sea un verdadero secuestrador y yo aquí planeando en como matar a mi esposo.
Pero mis ganas de matarlo aumentan al tenerlo aquí dándome besos como si no estuviera amarrada y vendada, no saben cuanto disfrutaré al matarlo.
Aunque primero me debe liberar, y si no lo hace a las buenas, lo hará a las malas, así que con mucha fuerza, muerdo su labio provocando que él se quejará.
La verdad me pasó un poco con la fuerza ya que me tragué un poco de su sangre, si, le saque sangre.
─¿Por qué me muerdes? ─siguió quejándose como niñita.
─¿Con qué derecho te atreves a amarrarme y vendarme en contra de mi voluntad? ─le reclamó, aun sin ver nada.
─Pero si ayer estabas como loca, ¿Qué querías que hiciera?
─Yo no recuerdo haber hecho nada ayer ─le dije indignada por decir mentiras.
─Recuerda que me empezaste a lanzar cosas y a llorar como loca porque soñaste que te había engañado. Tu misma me dijiste que te amarrara para que no me matarás, y que te vendará para que no me vieras los ojos.
─Pues eso te pasa por estúpido engañador, y para el colmo, me engañaste con la zorra de Catalina y la vecina.
─Entiende que yo en ningún momento te engañe.
─Maldito mentiroso, mejor déjame así para no matarte y mucho menos verte.
─¡Vez!, Acabas de decir lo mismo que ayer ─recalca mientras me quita la venda de los ojos y me desata las manos.
─Si un día te encuentro entre las piernas de esas zorra, te aseguro que contratare a alguien que te mate, lo pensé bien y es mejor no ensuciarme las manos con su sangre sucia.
─Pero mi amor, yo nunca te engañaría, además, no me voy a arriesgar, aún quiero vivir ─le doy un almohadazo y él se ríe mientras me abraza.
─Me conformo con que sepas que tu vida peligra ─lo abrazo y le doy un beso─. Buenos días querido esposo idiota.
─Buenos días esposa mía ─me da un beso─. He llegado a pensar que eres bipolar, un rato me amenazas a muerte y a los segundos me estas besando.
─Si no te gusta como soy, de una vez trae los papeles del divorcio, para así reírme en tu cara y romperlos junto a tus esperanzas de ser libre ─se empieza a reír.
─Tranquila, siempre supe que eras así, más tiempo del que te imaginas ─me besa la frente y me abraza más a él─. ¿Te cuento un secreto?
─Si me lo cuentas ya no será secreto.
─Será un secreto de dos.
─Está bien, me arriesgaré a ser interrogada para decir tu secreto en caso de que sea un delito.
─Muy bien, te contaré mi delito ─me sonríe y no es por nada pero tengo miedo, que tal que me dice que es un asesino en serie y yo aquí bien concha con dos hijos de él─. Estoy perdidamente enamorado de ti por más tiempo del que te imaginas, desde el primer momento en que te vi me enamoré, pero fue algo imposible.
Me quedo sorprendida por lo que acaba de decir, realmente no me esperaba que dijera eso, incluso llegué a pensar que diría que es gay, pero no, acaba de declarar su amor de mucho tiempo, pero aquí la duda es ¿Cuánto tiempo?
Antes de que pudiera preguntar, Rohan pone una mano en mi boca para evitar que hablara.
─Pero cambiando de tema, te quiero llevar a un lugar y antes de que preguntes, es un secreto ─quita su mano, ofreciéndome una hermosa sonrisa.
─El doctor dijo que ahora es cuando menos debo recibir sorpresas, ¿acaso quieres que se me salga un bebé de la nada?
─Los dos sabemos que tarde o temprano saldrán, así que sería bonito que con una sorpresa saliera otra sorpresa.
─Pues preferible que nazcan hoy que en una semana.
─¿No quieres que nazcan en tu cumpleaños?
─No, soy envidiosa y que nazcan en mi cumpleaños sería injusto.
─Te festejaré más a ti que a nuestros hijos ─declara, sacándome una sonrisa.
─¿Quién te ayudó con todo esto? ─le pregunto aun asombrada mientras miro cada uno de los diseños que hice.
─Me ayudó Catalina.
─Quiero que quemes todo esto, y de paso te resbalas casualmente al fuego ─volteo a verlo enojada.
─No es verdad, me ayudó Agustín y Christopher, ya que Ariana estaba ocupada cuidando a su madre.
─Pues por si acaso la tendré que quemar yo.
─No volveré a mencionarla, eres capaz de quemar el lugar de tan solo decir su nombre.
─Es que yo no entiendo por qué tienes gustos tan horrorosos.
─No tengo gustos horrorosos, me gustas tu y eres la mujer más hermosa del mundo.
─Pues está claro que yo fui tu salvación, si no fuera por mi, tu estarás entre las piernas de tu contadora aun estando en una relación con Adriana.
Rohan ya no dice nada, su rostro reflejo algo de dolor, como si lo que le dijera le hubiera dolido, por lo que intento arreglar el bello momento que estábamos teniendo.
─Muchas gracias, estoy cumpliendo mi sueño y eso es un detalle que nunca olvidaré.
─No creo que esto sea la gran cosa.
─Es lo mejor que me han dado desde que tengo ocho años.
─Pues te aseguro que no será lo mejor que te daré ─me mira de una forma pícara y eso me asusta pero me encanta a la vez─. Te daré en la cama muchas cosas.
─Viejo cochino, estamos en un momento familiar, nuestros hijos se están moviendo y duele ─lo reprendo alarmada al sentir patadas por parte de mis hijos.
─¿Estás bien? ─me pregunta al ver que me siento en una silla rápidamente por el dolor.
─Si, estoy bien, aun no llegaran ─aseguro.
─Entonces creo que es hora de volver a casa y que descanses mientras yo voy a una reunión, lo lamento pero no puedo darme el lujo de descansar siempre que quiera.
─Está bien amor, todo para que mis hijos tengan de comer.
Una vez me siento mejor, salimos del local y él me lleva a casa para después ir a su oficina a la cual he ido varias veces para marcar territorio.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Prisionera De Un Magnate
Me gustó mucho la historia, un poco diferente a las demás. Pero me hubiera gustado poder leer un poquito más, darle unas letras a la felicidad de descubrir que ya recuerda...