PROMETIDA AL NACER (COMPLETA) romance Capítulo 48

-¿has oído eso?- le digo mirando a Damián, el parece haberlo oído también, ya que tenemos el oído bien desarrollado.

-es…mi hermana, ese grito ha sido ella- dice el nervioso.

-estamos cerca, vamos, se ha oído por aquí- le dije para que me siguiera.

Sé que estamos cerca, ya puedo oler su olor pero huelo otra cosa, es…sangre, me pongo nervioso y pienso lo peor, tengo que darme prisa y encontrarla antes de que sea tarde.

*********

Siento dolor en todo mi cuerpo, el maldito ha sacado el cuchillo y ni siquiera lo ha hecho despacio, lo ha sacado como si nada y eso ha hecho que vuelva a gritar, prefiero que me mate de una vez por todas a que me siga torturando, he perdido mucha sangre y me estoy empezando a sentir mal, tengo todo el pantalón manchado y parte del sujetador también, el pelo está mojado por el sudor y sangre, tengo la cara húmeda por mis lágrimas, nunca había sentido ese tipo de dolor porque nunca me habían herido de esta manera. Cuando pienso que ha acabado vuelvo a sentir el cuchillo hundiéndose en el mismo sitio, otra vez ese dolor que me consume, grito de nuevo esperando que alguien me oiga y me ayude.

-no sabes cuánto estoy disfrutando con tu dolor, te mereces esto y más perra- me dice al oído, siento asco y odio.

-detente hijo de puta- oigo a alguien hablar, estoy perdiendo las pocas fuerzas que me quedan.

-vampiro-oigo decir al que me está agarrando, por un momento giro la cabeza pero mi visión es borrosa, creo que es por la voz es mi hermano y sonrío, al fin ha llegado la ayuda que tanto he clamado.

-Rose…maldito bastardo- dice otra persona que me es muy familiar.

-así que no vienes solo, te has traído a tu mascota- dice el cazador riéndose, eso quiere decir que Carlos está aquí.

De repente se oye silencio y gente cae al suelo, a mis pies hay un hombre sin cabeza, aparto la vista de él y oigo como otra persona cae, me giro a ver qué está pasando, Damián y Carlos están peleando y derribando uno a uno a los hombres del cazador, todavía tengo a mi lado a los dos que me están sujetando a mí pero pronto siento mis brazos libres y caigo al suelo, mi cara golpea la tierra y hago una mueca de dolor, no tengo fuerzas para levantarme pero algo pasa con mi cuerpo, noto que floto, miro hacia arriba y Carlos me lleva en brazos.

-llévatela de aquí, yo me encargo- oigo gritar a mi hermano.

Apenas oigo nada porque siento que mis ojos se cierran y me desmayo.

Sueño que estoy en el bosque, es de noche y no llevo nada de ropa, estoy desnuda y no sé porque, oigo pasos y una sensación de miedo me recorre el cuerpo, empiezo a correr y noto como cada piedra se clava en mis pies pero no me detengo, los pasos cada vez se oyen mas cerca e intento darme mas prisa, voy mirando hacia atrás y no me doy cuenta de que hay una rama, tropiezo y caigo de bruces, de repente no se oye nada, me giro y el cazador está detrás de mí.

Abro los ojos y estoy en mi habitación, ha sido una pesadilla pero parecía tan real, miro a mi alrededor y Carlos entra a la habitación con bolsas de sangre.

Sacudo la cabeza cuando se va para borrar las imágenes que se forman en mi mente, luego me concentro en mi hermano y en hacer las paces con el.

-siento mucho haberme peleado contigo en muchas ocasiones por Héctor, no ha merecido la pena- le digo y el sonríe.

-eso no es lo importante ahora, sabes que yo te quiero y entiendo que estabas enamorada, también te puse las cosas difíciles, no tengo nada que perdonarte enana- me volvió a abrazar y lágrimas salieron de mis ojos.

-no llores tontita- dijo limpiándome las lágrimas, sonreí, estaba orgullosa de tenerlo como hermano.

-descansa un poco, aunque hay alguien que quiere verte- frunzo el ceño y el se levanta.

-Rose- entra mi cuñada y viene hacia mi con los ojos llorosos.

-me tenías tan preocupada, la próxima vez no dejo que vayas sola a ningún sitio, me siento tan culpable- me dice y yo le pongo mi mano en su boca para que pare de hablar.

-tú no tienes la culpa de nada, fui yo quien pidió tu ayuda y gracias a ti he abierto los ojos, no tienes que sentirte culpable, porque soy yo la que no tuvo cuidado- le dije y le di un abrazo, definitivamente estoy orgullosa de la familia que tengo, no la cambio ni por todo el oro del mundo.

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