-¿estás bien?- me pregunta, asiento con la cabeza y vuelve a levantarse, temo que quiera seguir peleando y me levanto para detenerlo pero en ese momento oigo la voz de mi hermano.
-dejad de pelear, ¿acaso sois unos críos?- grita, Carlos se detiene mirando a Héctor que tiene una sonrisa en la cara.
-¿ese era tu objetivo?- le pregunto furiosa.
-chica lista, ya he conseguido lo que quería, ahora puedo irme- dice tan tranquilo.
-eres un hijo de puta- le digo y se levanta, me mira.
-sí, lo soy pero te encantan mis besos, o me equivoco- ríe y se va por dónde ha venido.
Me giro y miro a Carlos, parece haberlo oído todo y aparta la mirada de mí, maldito Héctor, lo odio, ojalá nunca lo hubiera conocido.
Todos entran dentro de la casa y cada persona vuelve a lo suyo, mi hermano nos mira.
-que sea la última vez que montáis un espectáculo como este- nos dice furioso, agacho la cabeza, me siento tan culpable, no debí haber venido.
-Rose, acompáñame- dice y le sigo, juntos llegamos a una sala y me invita a sentarme.
-explícame que ha pasado para que esos dos se vuelvan a pelear y está vez en público- asiento con la cabeza y le cuento.
-tu novio solo sabe usar la violencia para solucionar todo y esto puede traer problemas, deberías hablar con él para que se controle- me dice y tiene razón, no debieron pelearse delante de aquellas personas.
-lo siento…no volverá a pasar- le digo.
-no me has dicho nada todavía así que debo asumir que o todavía no le has comentado o él no te ha dado ninguna respuesta- sé a lo que se refiere pero no sé qué contestarle.
-lo hable con él y tenías razón pero él me dijo que hablará con su gente- le digo y parece sorprendido.
-¿entonces está dispuesto a casarse contigo?- me pregunta.
-sí…pero- me interrumpe- temes que lo expulsen de su liderazgo- me dice adivinando mis pensamientos.
-así es- confieso.
-bueno eso demostrará si de verdad te ama tanto como dice-
-pero no quiero obligarlo a que llegue a eso, no quiero que lo expulsen, para él es su familia, no voy a permitir que haga eso- le digo, estoy harta de que mi hermano no me crea.
-voy a decirte una cosa, no tengo porque demostrarte nada, si me quieres creer bien y si no pues allá tú, estoy harta de que trates como una niña pequeña, y que hagas conmigo lo que quieras, Carlos me ha demostrado que me ama y no necesito pedirle que se case conmigo para complacerte a ti- le digo y me voy de la sala dejándolo solo.
-siento mucho que hayas presenciado la pelea…no debe ser agradable ver a tu padre pelarse- le digo y ella se aparta.
-la verdad no lo es…gracias por sacarme de allí, si no fuera por ti no hubiera ido- me dice, me pongo nervioso.
-quería traerte aquí de todos modos…tengo que decirte algo- trago saliva nervioso, es ahora o nunca.
-yo…-suspiro, me cuesta hacer esto, ya que es la primera vez que lo hago.
-¿qué ocurre?, puedes decírmelo, tranquilo- sus palabras me dan ánimo.
-me gustas Gabriela…me gustaría que salieras conmigo…siento ser tan directo- ella se sonroja, se ve tan tierna así.
-no tienes que decirme nada si no quieres…solo quería decirte mis sentimientos pero entiendo que estas sorprendida- parpadea y sonríe.
-me sorprende que hayas tardado tanto…pensé que con el beso que nos dimos ya había quedado claro- sonrío.
-sabes que también me gustas…y claro que quiero salir contigo- me dice y se abalanza sobre mí.
Nos quedamos mirándonos mientras nos abrazamos, sus ojos son tan hermosos, se ven tan brillantes, mi vista baja hasta sus labios y son tan carnosos, me acerco más a ella y nuestros alientos chocan, necesito volver a probar esos labios tan dulces, uno mis labios con los de ella y siento un calambre que recorre todo mi cuerpo.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: PROMETIDA AL NACER (COMPLETA)