Llegamos a la casa y busco a mi hija, quiero preguntarle a ella si sabe algo, voy a su habitación y no se oye nada, toco la puerta y nadie contesta, decido abrirla y todo está oscuro pero la veo en medio de esa oscuridad, está tumbada en la cama.
-Gabi… ¿Qué te ocurre?- le pregunto acercándome despacio hacia ella.
-no me pasa…nada, solo estoy cansada- me contesta tapándose más con la manta.
Voy hacia la ventana y abro las cortinas, ahora me doy cuenta de que no está bien, hay pañuelos de papel repartidos alrededor de su cama, vuelvo a ir hacia ella e intento destaparla.
-papá déjame- me dice tapando su rostro, desgraciadamente para ella tengo más fuerza, así que sin hacerle daño le aparto los brazos de su cara.
Tiene los ojos rojos e hinchados y sus labios están rojos también.
-¿porque has llorado?- le pregunto, ella se limpia las lágrimas que tenía en sus mejillas.
-hija mía puedes confiar en mí, quiero ayudarte, no me gusta verte así- le digo acariciando su mejilla, ella de repente veo que pone una mueca extraña y se echa a mis brazos.
-tranquila cariño…estoy aquí para ti- le digo para que se calme pero al contrario se pone peor.
-papá… Jhon… no se nada de él… estoy preocupada- me dice y la entiendo porque yo también lo estoy.
-cuando le digo de ir a su casa no quiere que lo haga… no sé que está pasando con él, solo me dice que está ocupado y que no puede verme- vuelve a llorar.
-cariño…no me gusta verte así, por favor deja de llorar… he visto a Jhon- le digo y deja de llorar inmediatamente.
-lo he notado extraño…venía para preguntarte si sabías algo pero veo que no sabes que es lo que está pasando… Rose me ha dicho que cree que Damián tiene algo que ver- le confieso.
-él me había dicho que su padre no sabía lo nuestro…puede ser que se haya enterado y… lo prohíba verme- me quedo pensando y puede que tenga razón.
-no sería de extrañar, aunque Damián haya aceptado lo nuestro dudo que haga lo mismo con su hijo-
-te felicito papá… ojalá pudiera estar feliz en este momento pero lo siento no puedo- la vuelvo a abrazar.
-lo importante ahora es saber bien lo que está pasando en esa casa… se me acaba de ocurrir un plan, no te preocupes y deja de estar así- le digo, ella forma una pequeña sonrisa, lo suficiente para calmarme.
Salgo de la habitación de mi hija y voy a la de Rose, cuando llego está deshaciendo la maleta.
-cariño, he pensado un plan- le digo, ella me mira confusa.
-tú debes averiguar qué pasa con tu sobrino, iras a su casa de visita para que Damián no sospeche e intentarás hablar con Jhon- se queda pensando un momento y luego asiente.
-lo haré pero solo espero que Damián no descubra mi intención y vuelva a molestarse conmigo-eso espero que no ocurra, después del esfuerzo que ha costado no quiero que pase.
Al día siguiente….
-amor, ya me voy, espero conseguir respuestas- le digo a Carlos, me da un beso en los labios y voy a la casa de mi hermano, estoy un poco nerviosa pero tengo que disimular bien.
Cuando llego el primero en recibirme es Lucio.
-buenos días señorita- le sonrío y abre la verja para que pueda pasar con el coche.
-no tienes que disculparte, tú también estabas pasándolo mal… cambiemos de tema- asiento.
-¿sabes dónde está tu hijo?- le pregunto.
-no lo sé, últimamente lo he visto poco salir de la casa, se la pasa encerrado en su habitación-
-pues ahí no está, debemos pensar dónde fue- le digo.
Narra Jhon
Voy camino al parque de la otra vez, he quedado con Gabriela, está vez no es una cita romántica.
Una hora antes…
Siento el móvil vibrar en mi pantalón, lo agarro y el nombre de Gabriela aparece en la pantalla, lo suelto frustrado en la cama, ha estado llamándome a menudo pero no quiero hablar con ella, no puedo hacerlo, vuelvo a sentir el móvil pero esta vez es un SMS.
“Jhon… por favor, dime algo… tengo derecho a saber qué ocurre… si ya no quieres estar conmigo, necesito saberlo… por favor”
Eso decía el mensaje, ella tiene razón, no quiero ser tan cruel con ella, se merece una explicación, quiero hacer las cosas bien aunque solo sea una vez.
“te veo en una hora en el parque de la otra vez.”
Llego al parque y la veo, se nota que está nerviosa, yo también lo estoy, me bajo del coche y nuestras miradas se cruzan, me quedo parado mirándola, no quiero olvidar su rostro.
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