¡Protégeme, Tío! romance Capítulo 4

La enfermera no pudo evitar sentir admiración por esa valiente muchacha, que aun estando forzada a actuar frente a la Sra. Guzmán, ella la apoyaba por completo en ese momento.

Después de todo, la Sra. Guzmán siempre tenía actitudes despectivas y discriminadoras. Ella y esta madre e hija eran personas comunes, ¿y qué?-

¿Acaso las personas comunes deben ser tratadas peor que los animales? ¿Por qué?

La enfermera sonrió y dijo: "Está bien, Srta. Sanz, yo me encargo de eso".

Isadora asintió agradecida y luego, con una mirada fría, le dijo a la Sra. Guzmán: "Por favor, váyase, ¡no es bienvenida aquí!".

La Sra. Guzmán se había asustado con lo que acababa de presenciar.

¿De verdad esta pobre chica tenía dinero para llevar a su odiosa madre a una habitación lujosa e incluso contratar gente para que la vigilaran las 24 horas?

¿De dónde sacó ese dinero?

La Sra. Guzmán soltó una risa burlona y maliciosa: "La hija de esta mujer sinvergüenza es realmente astuta; ¿acaso ya sedujo a un hombre rico para que salvara a esta madre e hija? ¡Jajaja, realmente tienen habilidades, de tal palo tal astilla!".

"Si la madre es una destructora de hogares, ¿qué más se puede esperar de la hija? ¡Está destinada a serlo también! Tal vez en el futuro, incluso tendrás una hija que este con un hombre rico y ella también aprenderá a destruir matrimonios. ¿Es esa la tradición que quieren mantener esta madre e hija?".

"¡Esto me da mucha risa y vergüenza ajena!".

La Sra. Guzmán soltaba insultos venenosos uno tras otro sin ningún límite.

En la habitación del hospital, Melisa estaba tan enojada que sus ojos se pusieron rojos y quería llorar.

¿Será que nunca podrían librarse de la reputación de destructoras de hogares? Además, ¿de dónde sacó Isadora el dinero? ¿No será verdad lo que dijo la Sra. Guzmán?

¡Imposible! Su Isadora no era ese tipo de persona.

Todo era por culpa de Melisa, llevando a Isadora a cargar con esos insultos.

Isadora estaba sufriendo por su culpa... ¿Estaría mejor si Melisa muriera?

Fuera de la habitación, Isadora apretó los puños con tanta fuerza que sus nudillos crujían.

Justo cuando estaba a punto de enfrentar sin miedo a esta malvada Sra. Guzmán, de repente escuchó el sonido de una alarma en la habitación y corrió nerviosamente hacia adentro, gritando: "¡Doctor, doctor! ¡Mi madre está teniendo problemas!".

"Entonces, te diré ahora que hay algo más que eso en este mundo. Se llama poder y es capaz de todo". Isadora, al escuchar esto, no pudo evitar reír.

¿Acaso la hija de una destructora de hogares está destinada a ser la amante de alguien también?

¿Si tuviera una hija en el futuro, también tendría que cargar con esa reputación?

El poder lo puede todo, ¿verdad?

De repente, cambió de opinión.

Recordó lo que ese hombre le había dicho esa mañana, que se haría responsable, que estaba dispuesto a casarse con ella.

¡Ella decidió que quería el puesto de la esposa del presidente del Consorcio Regio!

¡Incluso si tenía que usar cualquier medio necesario, lo haría!

"¡Así que es así! Entonces, Sra. Guzmán, te mostraré el significado de esas palabras: en este mundo hay algo llamado poder, ¡y lo puede todo!".

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