Secretos - La historia de una acompañante romance Capítulo 114

Ya nos estábamos acostumbrando al sitio, salíamos con más libertad, en ocasiones alquilaba un vehículo y visitaba la ciudad, Alicia comenzó una aventura con un chico y lo digo de esa forma porque ella no quiere nada serio con el, solamente para bajarse el calor, pero aún no se anima a llevarlo a casa, Stefany piensa hacer lo mismo, al momento yo solo me he dedicado a mi hija, ella es el centro de mi vida en éstos momentos, las chicas me han insistido en salir para conocer a alguien, ya soy libre así que no debo de temer.

—Señorita Lucy, vamos está noche, salgamos un rato, se que ya ha pasado el tiempo suficiente, ya está disponible para la acción de nuevo — dijo Alicia

—Mi niña me necesita, no la puedo dejar sola — dije.

—Por ella no se preocupe, yo la cuidaré, ese es mi trabajo, usted tiene que divertirse nuevamente, aún joven, además en un mes cumplirá los 19 años, eso se tiene que celebrar — añadió Stefany.

—Usted quieren celebrar cualquier cosa — dije

—Pues claro, somos jóvenes, no existirá hombre que pueda detenerme — añadió Alicia.

—Esta bien, solo una noche, pero antes debo de prepararme, ahí abajo me he descuidado un poco, no esperaba volver pronto a la acción.

—Por eso no se preocupe, yo le ayudo.

Alicia fue en búsqueda de una navaja para afeitar, crema, entre otras cosas, Stefany me acostó y me quito la parte baja de mi ropa.

—Vaya, ahí si que actúan rápido, no la piensan dos veces.

—Es que queremos que realmente se divierta y por esto pierda la oportunidad de estar con alguien.

Alicia inicio con unas tijeras, para recortar el excedente, luego me aplicó un poco de crema y empezó a afeitarme, ella lo hacía con delicadeza, yo solo estaba acostada en la cama, confiaba en que no me cortaría y haría un buen trabajo, cuando ella termino yo quería levantarme, pero en eso siento su boca en mi coño, yo suspiré porque después de tanto tiempo extrañaba eso.

—Oye eso se llama aprovechamiento.

—Tenía que asegurarme estuviera bien — respondió Alicia.

Segundos después Stefany se acercó y también hizo lo mismo, pero ella tardo un poco más, tuve que ponerme en pie sino estás me sacarán un orgasmo.

—Era control de calidad.

—Con ustedes no se puede, yo que ando sensible ahí y no quiero que mi primer orgasmo sea po sus bocas.

Ella querían agarrarme de nuevo, pero busque como salir huyendo, ella fueron detrás de mi, hasta que me detuve.

—Si ustedes continúan con esto, tengan por seguro que no voy contigo.

—Lo siento señorita Lucy, pero es que sabemos que se ha aguantado tanto.

—Por lo mismo, ustedes no me quitaran las ganas.

Ellas se calmaron, yo continúe quitándome los pelos de las piernas y brazos, estaba bastante descuidada, llegó las 9 de la noche, el taxi nos esperaba, fuimos a un lugar se miraba bastante alegré, la pareja de Alicia ya estaba ahí.

—Hola preciosa — le dijo el a ella.

—Ella es mi amiga, la que te conté, hoy está un poco tímida.

—Hola nena no te preocupes aquí estás en confianza, he traído algo que te ayudará a quitarte esa timidez.

Nos enseñó una bolsa y dentro de ella había hierba.

—¿Eso es lo que yo creo? — dije.

—Si, de la mejor.

Yo solo me di la vuelta, pero Alicia acto seguido le dió una cachetada.

—Eres un miserable, te podía permitir cualquier cosa, menos que fuera un drogadicto.

—Pero nena yo no fumo.

—Entonces era para nosotras.

Ella le dió nuevamente una cachetada.

—Te odió, no me vuelvas a buscar.

—Pero que te pasa, pensé que les gustaría, como me dijiste qué querían pasar un buen momento, esto les ayudaría.

Alicia lo dejo hablando solo.

—Lo siento señorita Lucy, no sabía que pasaría esto.

—Vámonos de aquí, vayamos a un lugar más calmó.

Agarramos un taxi.

—Buenas noches señorita ¿Dónde las llevo?

—Llévanos a un lugar más calmó, una cafetería o algo por el estilo — dije

—Al parecer tuvieron mala noche.

— ¿Por qué lo dices? — pregunto Alicia

—Comunmente aquí las personas se va desde las 11, pero a penas son las 9:30, algo paso y les arruinó la noche.

—Tienes razón, solo fueron malos recuerdos, pero así son las cosas — dije.

El taxista condujo hasta una cafetería.

—Este es un buen sitio para ustedes, parece un poco maltratado, pero aquí las personas buscan la soledad, pidan una taza de café y un pie, les caerá bien.

El sitio estaba bien descuidado, tomamos asiento en una de las mesas, en eso se acerca un mesero.

—Buenas noches señoritas ¿Puedo tomar sus órdenes?

—Yo quiero un papacito guapo como tú ¿Se puede?

Me quedé sorprendida de Alicia, nunca le había conocido esa faceta.

—Eso no está en el menú realmente, pero se los puedo ofrecer como servicio personal.

—Me encantaría.

—Salgo a las 10.

—Puedes traernos un pie de manzana y una taza de café a cada una — dije.

El tipo tomo la orden y se fué.

—Vaya Alicia me sorprendes realmente, ahora eres más directa.

—Quiere que le diga algo, hasta hoy me iba a coger a ese tipo, pero se todo lo que ha pasado por las drogas y no caeré en ese mundo.

—El detalle es que te vuelves adicto a esas cosas y empiezas a perder todo hasta tu familia.

—Lo se, pero lo que quería decirle es que ahorita fui así porque ya me hacía yo montando, pero me sorprendió que el mesero haya entendido tan rápido el mensaje.

—Y no solo eso, te quiere follar hoy.

— ¿Se anima con nosotros?

—No Alicia, no siempre debes de compartir hombres conmigo, has tú desahogó yo tomaré un taxi e iré a casa, recuerda de usar preservativo por cualquier enfermedad.

El mesero nos llevó el pie de manzana y los café, no le despegaba la mirada a Alicia.

A las 10 el hombre estaba afuera del restaurante, Alicia lo vio por la ventana.

—Es hora de irme.

—Tu tranquila yo iré a pagar la cuenta y me voy.

Ella salió corriendo, yo me levanté y fui a la caja, en la pared del fondo pude leer un rótulo que decía "Se vende".

—Disculpe ¿A qué se refiere ese rótulo?

—El restaurante está en venta, de hecho nosotros solo atenderemos está semana y luego se cierra al público.

— ¿Puedo hablar con el propietario?

—Déjeme llamarlo.

Yo me fui a la mesa, ella se movió para dentro, al rato sale una señora de talvez unos 35 años.

—Me dijeron que quería hablar conmigo.

—Así es, estoy interesada en su local.

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