Secretos - La historia de una acompañante romance Capítulo 13

Esa noche nos sentiamos felices, a pesar de estar atrapada en esa casa estábamos en el paraíso después de una gran tormenta, nos preparamos algo de comer, había carne, pollo y una refri llena de variedad de comida.

—De la que te has salvado — le dijo la flaca a mi compañera de habitación.

—Si, a mi me gusta comer almeja no salchicha.

Todas nos lanzamos a reír.

—Y si que come muy bien, me ha sacado un orgasmo increíble — dije.

—Mi nombre es... — se quedó pensativa la flaca— mi apodo es Marling.

—El mío es Flor — dijo la gordita.

—Me apodo es Roxana — dijo mi compañera.

—El mío es Lucy — dije.

— ¿Que creen pasará ahora? — pregunta a Marling.

— ¿A que te refieres? — pregunta de manera confundida Roxana.

—Si, por lo menos Flor y yo estábamos aparte por ser vírgenes, ya no lo somos e imagino que iremos con las no vírgenes, pero seguiremos recibiendo clases o ya nos venderán más seguido — respondió Marling.

—No creo que nos vendan nuevamente, nuestra supervisora dijo que este era un cliente especial y el dijo que le gustaba así ya que no estábamos entrenadas, significa que aún podríamos recibir clases — respondió Roxana.

— ¿Cuánto creen hayan pagado por nosotras? — pregunta Flor

—Quien sabe, yo solo quiero buscar una forma de salir de aquí, no quiero pasar toda mi vida siendo una prostituta — dije.

—Creo que nadie quiere eso, pero si recuerdan dijeron que en pocas ocasiones han pagado el costo total de una chica, según hemos escuchado, después de pasar los 28 nos venden a un proxeneta que paga una poquedad por nosotras y es cuándo nos toca estar en las esquinas — añadió Flor.

—Yo no quiero pasar 12 años de mi vida aquí, para luego pasar no se cuánto con otro estúpido que vive del sufrimiento de otras — dijo Roxana.

—Parece que algunas se estuvieron divirtiendo y no nos han invitado — dijo Roxana.

—Se miraba tan dulce y tierna dormida que la empecé a despertar con besos, pero como nunca abría los ojos tuve que usar otras medidas — dijo Marling al tratar de justificar lo que acaba de hacer.

—Yo más bien creo que querías leche fresca, te digo si la leche de Lucy es muy adictiva, no se como le harás cuando ya no la tengas cerca — exclamó Roxana

—Creo que tendré que buscar otro platillo — lo dijo mientras voltea hacia Flor.

—Te costará trabajo hacer que llegue a un orgasmo, yo desde pequeña fui curiosa y empecé a tocarme desde temprana edad, pocas veces lograba terminar mi objetivo.

—Pero no es el mismo morbo tocarte tu sola a qué alguien venga se acerque a ti, empiece a recorrer cada parte de tu cuerpo de una manera tan especial, te besé — seguido vino y comenzo a besarla por unos segundos — te haga sentir tan especial que tú te dejas llevar y no te importa lo que haga ya que te hace sentir única.

En eso ella empieza a deslizar su mano por debajo de la camiseta que llevaba puesto Flor, hasta llegar a medio tocarla en eso Flor hace un gemido suave.

— Pero como toca desayunar, no las seguiré atrasando.

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Secretos - La historia de una acompañante