Secretos - La historia de una acompañante romance Capítulo 135

Era de noche cuando decidí salir de mi habitación, las chicas estaban en la sala, pero solo estaba Alicia y Stefany.

—¿Dónde está Kimberly? — pregunté.

—Salio, solamente dijo que regresaba en 2 días, no dió tantas explicaciones — respondió Alicia.

—Bueno al final ella sabrá ¿Que cenaremos hoy?

—Hemos pedido pizza, le hemos guardado — dijo Stefany.

—Si siguen comiendo así, perderán su figura — dije.

—Para que preocuparnos por la figura, al final al hombre lo que le importa es meterla y tener de dónde agarrar, nosotras cuidando nos y todo, mientras ellos la meten en cualquier agujero, esos tiempos ya no — dijo Stefany.

—Lo único que cuidaremos es nuestra salud, sabemos que comer demasiada comida chatarra es perjudicial — añadió Alicia.

—Bueno al final son sus vidas, tienen razón, de nada sirve tener un cuerpo bonito si en la cama nos tratan como unas zorras.

Me senté con ellas, estaban viendo Titanic, casi no me gusta la película, pero solo el simple hecho de estar las tres tranquilas ahí me agradaba, la película termino en eso pasan por los noticieros.

—Quedate en el internacional — dije.

No había nada todavía de mi, más que solo la entrevista que me hicieron.

—Si espera ver sus fotos, recuerde que es muy pronto.

Nos fuimos a acostar; Eran las tres de la mañana cuando Kimberly me llama.

—No quiero que encienda las luces ni nada, pero afuera de donde usted hay una camioneta, ya lleva 10 minutos, según me dijo Javier ya envío las fotos, pero estos si que son rápidos, necesito que se asomé por la ventana cuidadosamente.

Así lo hice, moví suavemente la cortina y me asomé, era una camioneta negra, pero obviamente no se podía visualizar quien es.

— ¿Que hago? — Pregunté.

—Hemos pedido un taxi, necesito que despierte a una de las muchachas, se aliste y se vaya en el taxi, tienen 15 minutos para eso.

Fui y desperté a Stefany.

—No me hagas tantas preguntas, ponte algo y necesito que tomes un taxi — dije.

— ¿Hacía dónde? — pregunto ella

—No lo sé, si quieres a un motel y te lo coges, pero necesito te alistes ya.

Busco algo de ropa, se lavo la cara, se vistió, en eso escuchamos que un vehículo pitó.

—Después no quiero me reclamé que ando de zorra, mire que es usted quien me manda — dijo ella antes de salir.

—Salga con ella, cuando se vaya usted se acerca a la camioneta y les pregunta porque está enfrente de su casa — me dijo Stefany.

Despedí a Stefany en la puerta, cuando ella se va, volteo hacia la camioneta, cuando estaba a punto de cruzarme, arranca y se va, al regresar agarro el teléfono.

—Se ha ido — dije.

—Lo se, lo he visto, mis hombres le están dando seguimiento, pero según me dicen van detrás del taxi ahora.

—Entonces ¿Stefany está en peligro?

—No tan así, no se preocupe por ella.

Me cortó la llamada, en eso Alicia viene bajando.

— ¿Que sucede? Pensé que estaba con Stefany — dijo ella.

—Si lo estaba, pero ha tenido que salir, una camioneta estuve estacionada afuera, al momento salió, pero Kimberly está cuidando de ella.

—Solo no quiero le pase algo malo.

—Yo también, no es justo que sigan arriesgando sus vidas por mi.

—No siga diciendo eso, al final nosotras hemos disfrutado estar con usted, es cierto no todos los momentos han Sido fáciles, pero estamos unidas, al final somos una familia.

Fuimos a mi habitación, no podía dejar a la niña sola, nos quedamos dormidas en mi cama, me despertó el llanto de la bebé, en eso escuchó el ruido de un vehículo.

—Alicia, despierta, ve a ver quién está afuera, yo no puedo, me tienen secuestrada.

Ella se levantó media dormida, se asomó por la ventana.

—Parece que es Stefany, es un taxi el que está parqueado.

—Puedes abrirle la puerta por favor, estoy segura no anda llave.

Me siento un poco más tranquila al escuchar eso, pasaron unos minutos y solo entró Alicia.

— ¿Que paso con Stefany?

—Viene bien tomada, la he llevado a su cuarto, nunca la he visto así.

—Agarra a la niña, la iré a ver.

Fui al cuarto de ella, estaba acostada, pero despierta.

—Stefany ¿Que sucedió? Tu nunca tomas hasta este punto.

—El taxista es mi pinche hermano, bueno medio hermano, me he acostado con mi medio hermano, como caí en el incesto, de la peor manera posible.

— ¿Cómo te distes cuenta de eso?

—Cuando nos fuimos, yo iba animada. atener acción, pero luego la camioneta negra nos empezó a perseguir, no sé cómo pero al final el pudo perderla, llegamos a la afuera de un motel, me costó pero logré convencerlo, cuando salí y veníamos de regreso mire su licencia de conducir, me llamo la atención que nuestros apellidos paternos coincidan, le pregunté cómo se llama su padre, ahí fue cuando menciono al mío.

—Pero tú no tenías idea.

—Eso no quita el hecho de haberme acostado con mi medio hermano, quería olvidar y fuimos la base, pedí todos los tragos posible, hasta que no pude más, me trajo de regreso a casa, antes de bajarme, le hice una mamada y le pedí su número.

—Eso que hiciste de último si fue de más, porque ya en ese momento sabías la verdad y viceversa.

—Pero el pecado es más rico, fue una de las mejores cogida que he recibido, no puedo dejarlo ir así por así.

—No me digas que piensas seguirte acostando con él.

Ella guardo silencio.

—Eres la segunda persona que veo practicar el incesto.

—Se siente tan rico, eso sí, no deje que se corriera adentro de mí.

—Tu si que estas locas, ve y báñate, te haré un café, vamos a bajarte ese alcohol, Alicia está preocupada, por verte así.

—Ella tan linda como siempre.

—Le diré que estás bien, ahorita está con la niña.

—Solo déjeme descansar un momento, no he pegado la cabeza en toda la noche.

En cuestiones de segundos se quedó dormida, se que cuando se despierte le dolerá la cabeza a más no poder, le avisé a Alicia que todo está bien y se quedó más tranquila, me ayudó a bañar a la niña, mientras yo preparaba el desayuno.

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