Secretos - La historia de una acompañante romance Capítulo 146

—Para que vean que cuido siempre de ustedes, me llevaré a la niña, no es algo que tenga que presenciar, volver al rato.

Kimberly salió y nosotras volvimos a nuestro oficio, los guardias estaban más relajado, cuando se destaparon sus penes nos agarraban con mayor confianza, a mí me agarraron del pelo y me lo metían profundo, en una de esa casi me ahoga, cuando el consideró que era suficiente, me levanto me quito mi ropa y me puso en cuatro, la metió de golpe.

—Nada de correrse adentro, fue lo único que pude decir, no sabía si andaba preservativo, que sería lo mejor.

Uno empezó a revisar las gavetas cocina y encontró solo un par.

—Ponte uno tu — le dije a mi acompañante — y a el — señalando al que estaba con Stefany — con ella el riesgo es menor.

Así hicieron los dos, ya me sentía más segura, no quería volver a tomar esa pastilla y por no tener oportunidad no me he puesto el implante, mi compañero volvió a lo suyo, me agarraba con fuerza, cuando pensé que no él había perdido la fuerza z me agarró del pelo y me tiró hacia él, según he escuchado, te gusta que te traten como una zorra, los siguientes en sufrir fueron mis pechos, me los apretaba como si fueran un par de masas, no tenía piedad conmigo, pero lo que si me sorprendió es como Alicia se movía ágilmente, ella estaba sobre Ramón, pero al parecer el tamaño ya no era ningún problema, parecía disfrutarlo, ella estaba sobre el y marcaba su propio ritmo, en cambio Stefany estaba acostada boca abajo, no sabía dónde la estaba metiendo su acompañante, porque los gestos que ella hacía, demostraba que lo estaba disfrutando, parecíamos un coro con los gemidos que hacíamos.

—Que rico, que rico — empecé a decir, en eso el empieza a correrse.

A pesar que no podía sentir el semen, pero si sus espasmos, el siguiente en correrse fue el acompañante de Stefany y por último Ramón,

—Bueno chicos, esto estuvo muy rico, pero hasta aquí llegamos, Tampoco era una fiesta donde habría intercambio.

Stefany solo me quedo viendo cuando dije eso, pero no sé atrevió a decir nada más, nos empezamos a vestir, al rato llega Kimberly con la niña.

—Esta ternura enamora a cualquiera, se ha portado como un ángel conmigo.

—Es que ella es bien portada, raras veces me hace berrinche.

— ¿Ya han terminado? Espero no se vuelva a repetir, recuerden que los estoy vigilando.

Kimberly se vuelve a ir, nos pusimos a ver tele, no había nada interesante que hacer, pasamos por el canal de noticias, habían encontrado a Juan con vida, pero bastante quemado, solo el y otro pudo sobrevivir, el resto murieron durante la explosión.

—Eso será un duro golpe para la otra Alicia — dije.

—Quien la manda a meterse con hombres que no debe, mejor no la hubiera ayudado — dijo Alicia.

—Para ser adivinó, no lo hubiera hecho, pero en fin no voy a permitir que eso me afecte.

"Nos acaban de informar que el empresario Juan Palacios falleció en el traslado al hospital, el otro sobreviviente lucha por su vida, lo último que sabíamos del empresario es que había logrado su divorcio y estaba comprometido con otra mujer, todos sus bienes fueron confiscados por la policía y sus cuentas bancarias fueron congeladas, por considerar que provenía por la trata de personas, un grupo especial investiga al cuerpo policial de esa ciudad, por considerar que hay algo más grande oculto ahí"

—Claro que hay algo más grande, pero ese han tardado una eternidad en descubrirlo — dijo Stefany.

—Pero lo tendrán que hacer, tantas cabos sueltos no pueden quedar así, además si se dan cuenta de la posición exacta de la corporación, quien tendrá la culpa es nuestro Salvador.

—Lo se, aunque tengo un plan, pero necesito hablar con él — dije — Ramón ¿Puedes llamar a tu jefe?

—Eso solo lo hace la señorita Kimberly.

—Pues llámala y dile que lo llame, necesito hablar con él.

—De acuerdo.

El la llamo, le dijo lo que yo le dije a el, la llamada no tardó mucho.

— ¿Que te ha dicho?

—Hara la llamada, pero no cree que le contesté, está con su familia en este momento.

—Eso es lo de menos, al menos ya sabrá que necesito hablar con él.

No quería cambiar el canal, al final saber de la muerte de Juan es un alivio para mí, pero a la vez un golpe fuerte, saber que mi hija ya no tiene padre, de hecho no la he inscrito, desde que nació solo ha sido una fugitiva al igual que su madre.

La noche llegó, los muchachos se encargaron de conseguir la cena, en eso suena el teléfono de Ramón, luego me lo pasa a mi.

—Diga.

— ¿Al final vas a regresar a tu casa o te entregarás a las autoridades? — pregunto Kimberly

—Pensaba que eras otra persona.

—Lo se y fue divertido, pero necesito saber eso.

—Pienso entregarme, pero antes necesito hablar con él.

—No podrá hasta mañana, dice que tú entiendes el porqué.

—Puedo esperar

—De acuerdo.

Me quedé dormida, eran las 4 de la mañana cuando Ramón me vuelve a hablar.

—Tiene una llamada señorita Lucy.

—Diga,

—Disculpa que te despierte, pero no tendré otra oportunidad ¿Que sucede?

—Quisiera la información de la corporación, yo diré que fue Juan quien me la dijo.

—No, en la corporación no te van a creer eso, sabrán que alguien más los ha traicionado.

—Esta bien, solo pensé que sería una buena idea.

—Cuando sea el momento yo daré la ubicación a los medios, pero al momento no.

—Gracias por devolver mi llamada, solo era eso.

—No te pongas triste, yo sé quieres ver aniquilada a la corporación, pero debes de tener algo de paciencia.

—Ese es el detalle, yo no tengo tiempo, le pedí a Kimberly que me pusiera en contacto con un cirujano plástico, para haceme cambios en la cara, para tratar de ser menos reconocible.

—Ya me lo habías ...

Sin terminar de hablar conmigo solo corto la llamada

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Secretos - La historia de una acompañante