— ¿Sucede algo oficial? — pregunté.
—Pasa lo siguiente, no hay registro de su salida de Venezuela y vienen de una ciudad roja, en los últimos meses muchas mujeres han salí de ahí y siempre traen algo ilegal — dijo el oficial.
—Lo que pasa es que hemos perdido los pasaportes, así que estos son son nuevos, si se fija fueron emitidos recientemente — dijo Alicia.
El oficial empieza a revisarlo detalladamente, no encontró ningúna anomalía.
—El pasaporte está bien, pero deberá de acompañarme a otra habitación, dónde una colega las revisara que no lleven nada en su cuerpo y maletas, pero desde ya tienen que ser sinceras de si llevan drogas en su interior.
—Usted puede hacer su labor, pero solo le pido que con la niña no haya tanta revisiones.
—A ellas la revisara igualmente la oficial, pero no sé preocupe, solo será superficial.
Tal como nos dijeron en otra habitación empezaron a revisar las maletas, por suerte no llevábamos dinero en efectivo, solo era nuestras cosas y las del bebé, a su vez vimos como dañaban una maleta.
—Muy bien señoritas quiero que se quiten la ropa, mi compañera tendrá a la bebé mientras se realiza este procedimiento.
Nos empezamos a quitar la ropa ella empezó a verificar en el sostén.
—Agradecemos su cooperación, la llevaremos a migración para que continúen su proceso, bienvenidas a Madrid, España.
Se sentía bien que te dieran una bienvenida en un país extranjero, aunque fue un proceso tan vergonzoso, pero era mil veces esto a seguir viajando escondidos.
Nos quedaríamos en un hotel por unos días mientras comprobamos una casa.
—Ya estamos aquí ¿Que deseas hacer? — le pregunté a Stefany.
—No lo sé, jajaja, pareciera un sueño todo esto, todavía me acuerdo cuando la conocí en un hotel.
—Eso ya quedó en el pasado, además yo te recogí siendo aún una niña inocente.
—Hay un lugar que he querido conocer, se dice que es un lugar muy bonito y apto para todas las edades, se llama Pantano de San Juan, es una playa, pero se dice que es de las mejores
—Bueno, pediré un taxi en recepción, aunque no tengo tanta ropa de playa, creo que tendremos que ir de compras primero.
—Me parece bien.
Pedí un taxi en la recepción, pero nos llevaron a un mall, empezamos a comprar un sin número de ropa, parecía que nos llevaríamos buena parte de la tienda, al final ese día gastamos solo en ropa alrededor de €9,000.
—La tienda puede encargarse de llevar todas sus compras, solo nos dicen a dónde se las llevamos — dijo el gerente.
— ¿Cuánto tiempo llevaría todo eso?
—Dos días a lo mucho.
—Mejor las llevaré yo, pero por favores primero iremos a comer, luego que uno de sus empleados me ayuden a buscar un taxi.
—Por supuesto Sra Verónica.
Parecíamos una familia, aunque en Madrid cuando ven a dos mujeres con una bebé creen que somos lesbianas, pero no importa, yo le hago a todo, además mi bella Alicia me la comería todas las veces.
— Alicia ¿No has pensado en tener a un bebé? Quien sabe, talvez si tienes a un varón terminen juntos nuestros niños.
Cuando llegamos a la tienda el gerente nos sorprendió que había un vehículo esperando por nosotras, todas las bolsas fueron llevadas por 7 empleados, si no es por qué era una camioneta cerrada, no hubiera alcanzado en otro vehículo, fue bastante, en el hotel se sorprendieron a ver la cantidad de ropa, pero algo que había acordado con Alicia fue desechar lo viejo y comenzar con cosas nuevas.
Al pedir la cena, está fue llevada por un jóven, se podría decir que a penas tenía 18 años, ví como Alicia lo quedaba viendo mientras ponía la comida en el comedor.
— Muchacho ¿Cuál es tu nombre? — pregunté.
— Me llamo Esdra ¿Algo más en que pueda ayudarle?
—Si, hay algo más que puedas ayudarla a ella, pero claro dependerá de ti, además podemos reconocer tus oficios.
— ¿En qué le puedo ayudar señorita? — se dirigió a Alicia.
— Pues tengo un problema de fuga aquí abajo — señalando su entrepierna — será que puedas revisar y arreglar el problema.
El joven cambio de color.
— No quiero faltarle el respeto.
— No lo haces, yo te estoy dando mi consentimiento — dijo Alicia mientras empezaba a bajarse su pantalón.
El joven se quedó sin moverse, yo me acerque al oído.
— Anda vaquero, no desaproveches esta oportunidad.
Le di un pequeño empujón, Alicia se lo llevó al cuarto para que no le diera tanta pena
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