Secretos - La historia de una acompañante romance Capítulo 24

Los días posteriores fueron bastante tranquilo, tal como me había dicho Azucena, por haber avisado que me bajaría, no tendría ningún cliente cercano, a los dos días ella me entrega una caja de toallas femeninas.

— ¿Porque tanto?

—Esta será la única vez que te darán, el resto tendrás que comprarlas tu.

—Con esto yo creo serán unos 4 meses.

—Mejor que sobre a qué falte, cuando te baje tienes que notificarme.

—Ya lo se, por la inyección.

—No, a ti te pondrán un implante.

— Y eso ¿Porque?

—Porque ya no volverás y no te andaremos buscando.

—Entiendo.

—Lo olvidaba, está es tu tarjeta de pagó, tus créditos ya se una transferido, marca este número desde tu celular para conocer el saldo.

—Imagino que son la misma cantidad de crédito.

— Averígualo tu misma.

En eso llamo al número que ella me dio y me quedé asustada, habían $2,325 en mi cuenta, eso era 1.5 veces lo que tenía en crédito, entonces quiere decir que está gente cobra bastante por nosotras.

Busco a Azucena para que me aclare un poco, pero no la encuentro por ningún sitio, en eso siento ganas de orinar, pero cuando fui al baño realmente me había bajado, por dicha ya tenía las toallas.

Al no encontrar a Azucena no tuve más opción que llamar a la corporación.

—Quería notificar que me ha bajado.

—Entendido — dijo una voz del otro lado.

Se corta la llamada.

Que amigable son estás personas, fui a mi habitación y posteriormente llega Azucena.

—Me hubieras buscado para avisarme que te ha bajado ¿Porque llamaste a la a corporación?

—Te he buscado, pero no te he encontrado, no tuve más remedio que llamar.

—En fin, ya me han llamado la atención, ven te pondré esto.

Fue un poco doloroso, pero fue rápido.

—Cada 6 de Agosto tienes que llamar a la corporación para un chequeo, esto no significa que dejaras de usar preservativos.

—Una pregunta.

—Dime.

— ¿Que pasa si me enamoró?

—Pero no se conducir y apenas cumpliré 17 años

—Esta es su licencia y su identificación, pronto vendrá un instructor a enseñarle.

—Ustedes si que piensan en todo.

—Nada de traer invitados a este sitio, si desea socializar tendrá que ser afuera y su prioridad será atender primero los compromisos con la fundación y luego sus asuntos personales.

—Puedo pedirte un favor.

—Depende.

—Puedes dejarme en un cajero, lo que menos tengo es efectivo.

El chófer se quedó pensando un rato.

—Sera el único favor que te haga, te dejare en uno que esta a 1km de aquí, luego te regresas.

— ¿Cómo llego hasta acá?

—Edificio West View, Calle 5, Avenida Edison.

—Gracias.

Me pasó dejando por el cajero, al frente había una heladería, si era libre de estar en esa prisión, no dejaré de darme mis gustos, pero mi felicidad no tardó mucho, me llegó un mensaje de mi siguiente cliente, lo que me llamó la atención es que era un señor de 70 años, nunca he estado con un viejo, aunque esté trabajo no me agrada mucho, pero con un señor de tal edad podría ser hasta mi abuelo y la cita es en 4 horas, pedido especial, vestida de enfermera.