Secretos - La historia de una acompañante romance Capítulo 25

No sabía dónde encontrar un traje de enfermera, lo único que se me ocurrió es buscar un lugar que vende uniforme médico, pero no tiene nada de sexy.

Al llegar al sitio todos los uniformes eran casi iguales, la dependienta trato de conversar conmigo.

—Dígame ¿En qué unidad médica está asignada? Algunas unidades tienen ciertas exigencias con respecto al uniforme.

—Realmente quiero hacerlo independiente, cuidar a señores de edad.

—Entonces puede ocupar el uniforme estándar, el precio variaría según la calidad de la tela, ejemplo este tiene un costo de $35 pero la tela es algo transparente y se le hecha a notar el color del calzón, tienes este otro de $60...

—Sabe, creo que me quedaré con este de $35, mi presupuesto es algo ajustado.

—La entiendo, así iniciamos todas, pero al tratarse de señores de edad, debe de tener cuidado con el estilo de ropa, hay señores que son muy morbosos, aunque una quiera ocupar un bikini para que no se marque, ellos están atentos a qué anda usando.

Me probé el uniforme y andaba usando bikini.

—Esto es lo que le digo, desde aquí puedo ver que usa un bikini con encaje, ahora un viejo rabo verde.

—Pero bueno, no tengo opciones.

— ¿Ya tienes tu maletín?

No había pensado en eso, necesitaré instrumentos médicos para hacerlo más realista.

—Aun no ¿Tienen disponible?

—Tenemos uno económico a $15 y si llevas el kit básico, todo te sale $25.

—Me lo llevaré también.

Después de ahí fui a una tienda de lencería, compré varios conjuntos y luego regresé al apartamento, me duche y cuando me estaba vistiendo me llega otro mensaje.

"Toma un taxi y ve a la calle Rossevelt, la casa es la número 649, preguntarás por Armando Sánchez".

Seguí las instrucciones tal como decía el mensaje, la casa era enorme y me atendió una señora.

—Amor, llegó la enfermera, te dejo, regreso en la noche.

—Ok mi cielo, cuídate, te amo.

No podía creerlo, este señor aún tenía a su esposa y aprovechará que ella no esta y se follara a una joven, por dicha me había puesto el maletín delante de la falda y no se notaba el calzón que llevaba para.

—Pasa, pasa no te quedes ahí, el está en la habitación de arriba, dice el que recomendaron tus servicios en la clínica, me pareces muy joven, pero quién soy yo para refutar eso.

La señora cierra la puerta y subo las escaleras.

—Enfermera, estoy por aquí, no me siento bien.

—Dígame ¿Que es lo que siente?

—Siento algo caliente, pero no sabría por dónde exactamente.

—Revisaremos su corazón, para descartar que no sea el corazón

En eso siento una gran descarga de semen y fue directo a mi cara, pero aún después de haber descargado seguia erecto.

—Creo que intentaremos otro método.

En eso me empiezo a quitar el uniforme y el me quedaba viendo como si fuera un niño viendo un dulce, me quite el calzón, me subí a él y me meti su pene.

—Que rico enfermera, es el mejor tratamiento que me han dado.

Yo seguía subiendo y bajando, pero de estar tan concentrado no nos dimos cuenta que alguien había entrado a la casa, cuando en eso escuchamos.

—Papa, he llegado.

Se abre la puerta de la habitación y mire a una joven de 35 años quien quedó en shock al ver la escena con su padre.

—Puta barata, vete de mi casa en este instante sino quiere que te mate en estos momentos.

Me vesti lo más rápido posible, agarre mis cosas y lo heche a como pude en el bolso, mientras hacia esto su hija le reclamaba a su Padre.

—Como te atreves a engañar a mamá así, acaso no te vasta con tener a dos mujeres para ti en este casa, que buscas a una cualquiera más joven y te la follas.

Me quedé sorprendida de lo que escuché, pero no me quise quedar más tiempo para saber más, al llegar a la calle, pedí un taxi y en el taxi marque al número de siempre.

—Hemos sido interrumpido.

—Cuando el cliente se comunique te llegará la confirmación de pagó.

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Secretos - La historia de una acompañante