He llegado al apartamento y la cabeza me da vuelta de lo que dijo esa tipa, dos mujeres en la casa para él, es que acaso el tiene relaciones con su hija, yo nunca me hubiera atrevido a hacer eso con mi padre.
Suena mi teléfono.
—Diga.
—El cliente quiere que regreses a la casa el di ade mañana a las 5 de la tarde.
— ¿Cómo? Si hoy casi me sacan a patadas.
—El nos ha explicado esa parte y quiere pedirte disculpas personalmente, indica que de no presentarte no pagará los honorarios, eso significa que a ti se te deducirá lo que el cliente pagaría que son $900 sin incluir tus honorarios, a su vez eso implicaría una penalización por insubordinación e inmediatamente regresaría a la corporación, piénselo bien, si mañana no sé presenta con el cliente, conoce las consecuencias, si se decide, solo vaya con un vestido elegante, nada de fantasía.
Se corta la llamada.
No entiendo, si fuera cuálquier hombre, en estos momentos su esposa lo estaría corriendo de la casa o su propia hija, pero más bien hizo otra cita al día siguiente y en el mismo lugar, no se que me pueda pasar, pero por mi bien espero no se nada malo.
Por la noche no podía conciliar el sueño, solo el hecho de que ese hombre se acostara con su hija que es casi la mitad de el y que su madre lo consintiera, me puse a buscar en mi teléfono, ya el navegador había sido desbloqueado.
El reloj marcaba la a 4:30 de la tarde, tomo un taxi con el mismo rumbo que ayer, me encontraba afuera de la puerta un tanto nerviosa, sin saber si llamar por el timbre.
Por un momento decidí echarme para atrás y no me importaba pagar la multa de los $900 y regresar a la corporación, pero mi cuerpo no me permitía moverme, que pasa conmigo ¿porque no puedo tomar una simple decisión de retroceder e irme? ¿porque mi cuerpo insiste en quedarme aquí y tocar el timbre? Desde ayer parezco una llave abierta babeando por mi coño, deseando un pene que puedo obtener en cuál lado, pero ¿Porque esté en especial?
Miraba mi teléfono y aún faltaban 3 minutos para las 5, aún no es tarde, pero tenía que tomar una decisión, irme o quedarme y que el destino se encargará de mi, en todo caso nadie sabe de mi existencia, más que la corporación que me trata como mercancía, y si intento escaparme aunque muera en el intentó, sufriría bastante, no se hasta que punto llegaría a sufrir y con solo imaginarlo ya me está doliendo, pero bueno aquí estoy.
En eso la puerta se abre y yo me quedo mas perpleja que nunca, ante mi estaba un rostro bastante familiar, nunca imaginé que viera a esta persona aquí y mucho menos encontrarla en esta ocasión, pero no entiendo por qué han decidido llamarme, mi mente tenía más pregunta que respuesta y nadie era capaz de responderlas, mi mente andaba divagando hasta que esa voz me hizo despertar de mi mundo.
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