Secretos - La historia de una acompañante romance Capítulo 7

—El día de hoy aprenderán a realizar una mamada, pero para eso necesitamos con que practicar y como la idea es tener una experiencia más realista, entonces haremos pasar a nuestros voluntarios.

En eso entraron 8 chicos, el primero era chaparro, piel blanca, delgado, el segundo se parecía mucho con la diferencia que era moreno, el tercero era un papacito moreno, alto, con músculos y de ahí no había mucho en que variar, la profesora tomo al negro para hacer la demostración, todos ellos tenían ropa así que no veíamos su pene.

—Antes de bajarle el bóxer tienen que preparar las condiciones, acariciarle por encima, estimularlo, hasta que sienta que ha agarrado cierto firmeza, es ahí cuando pueden sacarlo.

En eso la profesora saca esa anaconda, parecía que tuviera vida propia.

— ¿Cuánto será eso de carne? 50 cm y grueso — dijo una.

—No sean exageradas, apenas son 28 cm, el promedio de tamaño es de 14 a 16 cm, de 17 a 20 se considera más grande del promedio, de 21 a 24 ya es considerado grande y más allá de eso, es enorme.

—Donde le alcanzará todo eso en su boca tan pequeña — expreso alguien.

—A veces no es necesario que nos alcance todo con tal de saber dar placer, en todo caso les enseñaré algunos trucos de garganta profunda, ahora bien los chicos escogerán a una de ustedes, algunas les tocará fácil porque ya están empalmados, otras se llevarán algunos susto, pero no se van de mi clase hasta que no lleguen a correrse ellos y yo ver el semen en sus bocas.

Pensé que el moreno ya no participaría, pero me equivoque y lo peor de todo es que me busco, tenia una ventaja y es que ya no tenia bóxer, pero costaría mas ponerlo erecto ya que acababa de eyacular.

—Desde que entre me gustaste — dijo él

—Así ¿Porque?

—Tus pechos me han cautivado, se ven hermoso.

Sabia que de alguna forma u otra necesitaba salir pronto de esto, en todo caso aquí no valgo nada.

— ¿Te gustaría acariciarlos un poco?

— ¿No tendrás problema?

—Creo que si te acomodas mejor podrías taparme y así me tocarías.

El sujeto dio la espalda la maestra, estiro su mano y la metió en mi sujetador, me empezó a tocar el pezón y me acariciaba el pecho, lo disfrutaba por que su pene empezó a ponerse erecto.

— ¿Te gustan?

—No te imaginas como quisiera tenerlos en mi boca.

—Sabe que eso no es posible, solamente puedes tocar.

Cuando sentí su pene nuevamente solido, lo empece a chupar e imite los movimientos que hizo la profesora con la mano, acariciando todo el pene y los testículos.

—Que bien lo chupas.

El sujeto me agarró de la cabeza y me quería perforar la garganta, no podía sacarla porque sabía que eso significaría castigo, hasta que empezó a eyacular nuevamente, parece que esté tenía un pozo de semen porque fue abundante.

Le hice señas a la profesora y le mostré que había terminado, ella miro mi boca y me hizo tragarlo.

— ¿Que te ha parecido?

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