Secretos - La historia de una acompañante romance Capítulo 70

Me quite la ropa, llene la bañera de agua y cuando estaba todo listo me metí en ella, que delicia sentir el agua recorriendo todo mi cuerpo, luego saque mi juguete nuevo y empecé a tocarme el clítoris con pequeñas vibraciones, me estaba volviendo loca con esto, me animé a meterlo, fui al suave ya que era bastante grueso, que delicia sentir esto, por qué no me sale nadie así, recorría con mi otra mano los pechos, cada vez me metía más esa cosa, no se dónde me cabía tanto, pero lo estaba logrando, me estaba limitando a gemir suavemente, pero quería gritar fuertemente hasta que en eso alcance un majestuoso orgasmo, al sentir todo lo que pude meterme talvez llegué a 17 cm, yo pensé que había Sido más, salí de la bañera y me fui a mi cama, decidí descansar un momento.

Tan solo cerré los ojos y mi cuerpo me traslado a otro lugar, no sabía dónde estaba exactamente, pero habían varios hombres negros, musculosos y desnudos, todos me ofrecían sus penes y se miraban más grande que el mismo juguete.

—Buenos días mi Lady ¿Lista para su sesión diaria? Hoy somos 7 lo que hemos venido a su llamado.

—No entiendo.

—Su majestad ha hecho un anuncio público y buscaba a los hombres negros con gran musculatura, al llegar acá nos han pedido que nos desnudaramos, lo que su majestad deseaba era hombres con miembros enorme.

Eso que miraba no eran pene, parecían anacondas, eran enormes.

—Esta bien, vengan y destrocenme.

Los hombres no se hicieron de rogar, vinieron y me rodearon, tenía 3 miembros en mi boca, otros dos jugaban con mis pechos, parecían que me los querían arrancar, otro se quedó chupándome el coño y el último solo miraba, ese momento fue majestuoso, solo sentía placer por todo mi cuerpo en mi boca no se dónde me alcanzaban tanto, pero conseguía meterlo completo, empecé a gemir por la mamada que me estaba haciendo el que tenía en mi sexo, hasta que se detuvo y luego posicionó su cosa enorme en mi cosita pequeña.

—Oye ten cuidado, no estoy acostumbrada a tanto.

El hombre solo rio y sin obedecer la metió de un solo golpe, yo me quería levantar, pero los demás no me lo permitían.

—Solo déjese llevar su majestad y vera como la haremos disfrutar.

—Vale, pero eso me ha dolido.

—A veces el dolor es el inicio del placer.

El hombre empezó a bombearme, se movía de forma majestuosa, yo sabía que no la tenía toda adentro, pero llegó un punto que pence no entraría más, pero mi sorpresa es sentir que el negro la seguía metiendo, me estaba partiendo no se dónde o cómo hizo para meterla.

—Ya casi está toda — dijo el de manera orgullosa.

—Me estás partiendo — fue lo único que atiné a decir.

Pero al parecer el no pudo aguantar más y termino adentro de mi, saco su miembro y uno de los que estaba con mi pecho tomo su turno, este no la tenía tan grande, pero seguía teniendo el grosor, pero se movió a una velocidad fenomenal hasta que igual termino dentro de mi, así fueron pasando uno por uno, hasta que ya todos llegaron a terminar dentro de mi.

—Es mi turno entonces — dijo el hombre que se había mantenido aislado.

Cuando ví su pene estaba bastante grande, yo pensé que al llegar estaba en su máximo esplendor, pero me he equivocado, el tipo hizo que me agachara y se lo chupara, con costo lograba meterme la punta, el vino me levanto y entré sus Brazos me acomodo y luego metió la punta en mi, yo sentía que no entraba con facilidad, a pesar que anteriormente había tenido 6 penes dentro de mi, ningún había llegado a este tamaño.

—Esto se hace con calma, sino te puedo lastimar.

No sé porque pero le di un beso en la boca, el no lo rechazó.

—Haz lo que tengas que hacer, pero hazme gozar.

Solo pude notarle una gran sonrisa y en eso el empezó a hacer pesas con mi cuerpo, me subía y bajaba, pero sin llegar a sacarla.

—Me estás matando del placer.

—Apenas tienes la puntita, ahora sí viene lo bueno.

En un abrir y cerrar de ojos el hombre me metió gran parte de su pene en mi.

—Diablos, me partes papi, pero me gusta, no la saques.

—No pensaba hacerlo.

El seguía moviéndose, pero al parecer le costaba hacerlo, así que lo saco me puso en cuatro y luego me lo metió nuevamente, de esa manera lo sentía más completo, pero aún así sabía que a lo mejor llevaba solo la mitad, el me agarraba como si fuera una muñeca inflable, sentía como ese pene se introducía más en mi, me estaba matando de placer, no paraba de gritar de todo el gusto que me daba.

—Me vengo — decía el.

—Vente dentro de mi.

—Como usted ordene su majestad.

El me agarró con más velocidad y justo en el momento que el empezó a correrse, yo también me vine, cuando el saco su pene parecía que 20 hombres habían terminado dentro de mi, pero mi sueño se vio interrumpido por algo, alguien golpeaba la puerta, al despertar tenía el consolador en mis manos, pero dentro de mis entrepiernas.

—Ya voy — es lo único que pude decir.

El sujeto dejo de golpear al escucharme, busque mi bata, no quería ponerme más ropa, al abrir la puerta estaba un hombre alto moreno, con gran musculatura y lo único que supo decirme fue.

—Recibimos múltiples quejas de los vecinos que escucharon ruidos extraños, queríamos venir a verificar todo estuviera bien.

—Si todo está bien, si gusta puedes entrar a ver qué todo está en orden.

En mi mente solo tenía una cosa en mente, quería comerme a ese tipo.

—No es necesario, si usted lo dice para mí es suficiente.

—Yo insisto, ven y entra.

El tipo al ver mi insistencia decidió entrar, yo cerré la puerta y le puse seguro.

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