Secretos - La historia de una acompañante romance Capítulo 82

Cuando desperté Alicia ya no estaba, imaginé que solamente obedeció lo que le pedí, yo me bañé y me prepare para la llegada de mi hombre, ví que el aún no me llamaba, me prepare desayunó, no podía comer tranquila pensando que en cualquier momento el llamaría, se que me tenía que llamar porque sus hombres no tenían está dirección, eran casi las 10 y me decidí por llamar.

El teléfono repicaba, pero nadie contestaba, pensé que probablemente viene viajando aún, pero el me dijo que desde ayer viajaría, es para que ya estuviera aquí, en eso alguien llama a la puerta, pensé que era Alicia que talvez había olvidado sus llaves, aunque le había dicho que no viniera a la casa, al abrir mi sorpresa.

—Hola preciosa, felíz cumpleaños.

Era mi hombre misterioso quien me traía un ramo de rosas.

—Pero ¿Cómo es que sabías dónde vivía?

—Lo se todo contigo, aunque hay cosas que no me cuentas, pero está bien no me gusta interferir en tu vida, me alegra la menos ser parte de ella.

—Me mantienes espiada entonces.

—No quisiera llamarlo así, desde que pasó el incidente de aquel hombre en España decidí ponerte algo de seguridad, pero no quería que te dieras cuenta, claro me informa de tu día a día, cuando sales y todo eso, pero no es algo que yo realmente le pida, por cierto me comentó que has tenido una fiesta en el hotel antes de salir de ahí.

Yo me sonroje, yo no podría denominarlo solo fiesta, eso fue una orgía.

—Fue un favor que le estaba haciendo a unas muchachas que conocí, me simpatizaron y por eso hice esa fiesta.

—Bueno como sea, tu eres libre de hacer lo que quieras, pero si quería sorprenderte.

—Si que lo has hecho realmente ¿Quieres algo de desayunar?

—No, hoy no harás nada tú, hoy quiero consentirte así que vayamos a desayunar.

Al menos lo que había preparado para desayunar fue algo ligero, sino ahorita estuviera en un aprieto.

— ¿Dónde quieres ir a desayunar? — Me pregunta él.

No sé porque pero quería comer algo distinto, se que el quería llevarme a algún restaurante costoso, pero tenía algo más en mente.

—Quiero ir a Kc'Burguer.

— ¿Kc'Burguer?

—Si, sirven unos ricos desayunos, conmigo debes de aprender que no siempre seré restaurante caros.

—Ok, vayamos a Kc'Burguer entonces.

Al llegar el sitio parecía más para niños, pero al menos había mesa disponible.

— ¿Porque aquí?

—Cuando yo cumplí 5 años mis padres me llevaron a un Kc'Burguer, era la primera vez que lo visitaba, me divertí demasiado, creo que fue uno de los mejores cumpleaños que he tenido.

El se quedó callado.

—Casi no me has contado de tu niñez.

—Pensé que ya sabías toda mis historia.

—Se lo básico del porque llegaste a la corporación, pero más allá de esos detalles no.

—Te contaré un poco de mi niñez, pero te pediré dos cosas.

—Dime la primera.

—Quiero que me lleves a un parque de diversiones.

—Dejame adivinar la segunda, quieres un pastel de cumpleaños.

—No, quiero que me digas que pasó con mi madre.

El se quedó callado, no se esperaba eso.

—Tu madre está internada en un centro de rehabilitación, después que la sacamos de la cárcel, se llegó a un acuerdo con ella, se eliminarían todos los cargos solamente si ella accedía a estar en rehabilitación.

—Pensé que le habías hecho algo peor.

—Noooo, no es mi estilo lastimar a las personas, de hecho el que si mato al detective fue tu excompañero, al mandarlo a la dirección falsa que el te dió, prácticamente fue a morir.

—Por mi culpa está muerto ese hombre.

—No lo veas así, el tuvo la oportunidad de retirarse, pero siguió insistiendo y al final encontró la muerte.

—Pero de no haberle dado ese papel, seguiría vivo.

—Para que mencioné eso, retomemos a tu madre ¿Porque querías saber dónde estaba ella?

—Hasta cierto punto sentía cierta culpa con ella, por eso necesitaba saber que no le había pasado nada malo, de hecho ahora me siento bien de no haber vendido la casa.

—Con respecto a la casa.

—No me digas que la has vendido.

—No, no haría algo así sin tu consentimiento, lo que yo te quería decir es que la he mandado a arreglar, por si en algún momento regresas a la ciudad, no tengas que andar buscando un lugar donde vivir.

—Agradezco ese gesto, pero esa casa es de mi madre, así que una vez que ella salga tendrá una casa.

—Pensé le tenías cierto odió.

—He aprendido a perdonar, aveces la vida es más fácil cuando en tu corazón no hay tanto resentimiento.

—Chile si que te ha cambiado demasiado.

Me puse a pensar y realmente no había tenido tranquilidad después de mucho tiempo, es cierto Chile había sacado lo mejor de mi parte.

—Es cierto, pero ahora te toca cumplir la otra condición.

—Esta bien, iremos. aún parque de diversiones, dime dónde hay uno aquí.

Yo realmente no sabía dónde había, no quería llamar a Alicia así que busque por internet, encontramos que había uno algo cerca de donde estábamos.

— ¿A qué te recuerda un parque de diversiones?

—A mi padre, cuando cumplí los 10 años el me trajo a uno, ese día no se cómo le hizo, pero nos montamos a todos los juegos que habían, siempre que llegamos a uno habían grandes filas, pero nunca hacíamos esa fila, creo que le pagaba a los maquinista para que nos montará de primero.

—Fue un buen padre.

—Ha Sido el mejor que conocí, todos estos años me ha hecho falta, pero por algo suceden las cosas, sino hubiera sido así, no te conocería.

—Tampoco es que yo sea la gran cosa, pero hago lo posible para ser una mejor persona.

Al llegar el sitio era pequeño, había pocas personas, mi hombre misterioso fue a buscar boletos, pero tardó un poco .

—No me digas que estaba llena la taquilla.

—No tenían vuelto así que tuvieron que ir a cambiar.

Al llegar a la primera atracción, nos sacan de la fila y nos llevan al frente, solo nos montaron a nosotros.

—Ya vi que hacías realmente, has pagado para que nos dieran prioridad.

—Tan evidente soy.

—Si te he contado de mi padre es porque fue un lindo gesto que recuerdo, pero no significa que tú repetirás todo lo que te cuente.

—Esta bien, no volverá a suceder.

Nos subimos a las atracciones, pasamos parte de la tarde ahí, hasta que nos dió hambre, comimos en el comedor del sitio y luego regresamos a casa.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Secretos - La historia de una acompañante