Secretos - La historia de una acompañante romance Capítulo 85

—Entonces has considerado mi petición.

—Claro que lo he hecho, si m dices que solo yo seré la Madre de tus hijos, yo estaré muy contenta, por Alicia no te preocupes a ella le he puesto el implante.

—Yo le puedo asegurar que no ha estado con otro hombre.

—No te preocupes por eso Alicia, el me tiene vigilada y su espía le dirá la verdad, al menos que te mienta y te inventé cualquier cosa, pero desde la fiesta de desvirgacion, no he estado con otro hombre.

El solo se quedó escuchando, hasta que vio que no dijimos nada más el empezó a hablar.

—No tengo porque preguntarle a otros, si tú me dices que no estás embarazada y quieres un hijo mío, yo te creeré, estaré muy encantado de preñarte, pero eso sí, no sigas involucrando a más personas en lo nuestro, Alicia se que es tu confidente, está bien no hay problema con lo que pasó, pero no quiero que busques a más mujeres para mí.

—Esta bien, no lo volveré hacer, pero ten en claro que Alicia puede estar contigo cuando yo no pueda, no quiero tenerte descuidado.

—Solamente que ella lo desee, no que tú se lo pidas.

—Por mi no hay problema, si usted tiene ganas y la Señorita Lucy no puede, puede buscarme y yo lo atenderé.

Solo le pude ver una sonrisa.

—Sabes Alicia, porque no te vas a dar un paseó, regresa hasta la noche.

En eso el saco su billetera y le dió $500 a Alicia.

—Claro, pero no tiene porqué darme ese dinero.

—Tu cógelo, tómalo como un reconocimiento a tus buenos servicios.

Ella tomó el dinero, fue por algo de ropa y antes de salir se pasó despidiendo de mi.

—Nos vemos hasta en la noche Señorita Lucy, hasta pronto señor.

Así la Vi salir y me quedé yo solo con mi hombre.

— ¿Ahora que me harás?

—Lo primero vamos a desayunar y luego continuaremos en la búsqueda del bebé.

Apenas terminamos de desayunar el me llevo a la habitación, me quitó la bata y quedé totalmente desnuda, el hizo lo mismo y solo tenía el boxer puesto.

—Ahora si te haré mia sin que nadie interrumpa.

Bajo hasta mi entrepierna y empezó a buscar mi coño, empezó a pasar su lengua por todo mi ser, hasta que solo se dedicó a mi clítoris, movió esa lengua tan lenta pero con fuerza, cada vez que lo hacía me retorcía de placer, luego buscó mi entrada, empezó a recorrer cada centímetro de mi entrada con su lengua, hasta que me empezó a coger con la misma.

—Hay Papi, que rico mueves esa lengua, sigue así papi, me estás matando del placer.

El solo se enfocaba en darme placer, hasta que me hizo correrme y el con su lengua empezó a limpiarme.

—Que rico ese manjar, me gustan tu néctar te comeré ese coño cuántas veces tenga oportunidad.

—Ese coño es tuyo papi, puedes hacer lo que quieras con él.

Empezó a quitarse el boxer y sin avisar me abrió las piernas y me la metió hasta el fondo.

—Hay Papi, la siento más grande.

—Yo lo siento más apretado, me encanta, a pesar de haber pasado toda la noche, no dejas de estar apretada, uff, así no aguantaré mucho.

—Delante de ti verás como esta prueba asegura que no estás trabajando por nada.

Se miraba algo serio, esperamos los minutos y luego la prueba saco los resultados, negativo.

—Ya has visto entonces, lo he hecho delante de ti para que no pienses que todo esto lo he montado.

—Pero en ningún momento lo he pedido yo, tu eres con la que sacó esa prueba.

—Si, yo se que no me lo has pedido, pero no quiero que más adelante lo niegues.

—Ten por seguro que eso no lo haré, además ya me has dejado bien claro tus intenciones y que no estás de otra persona.

Dijo eso mientras sacudía la prueba de embarazo.

Ese día pasamos en casa, pedimos comida y luego continuamos con nuestra tarea, pero cada vez expulsaba menos semen.

—Creo que debemos parar por hoy, no sé si lo has notado, pero cada vez expulsas menos semen.

—Yo también he notado eso, adicional estoy terminando muy rápido.

—Si, lo mejor será hasta aquí hoy, no quiero lastimarte.

— ¿Hasta cuándo sabremos si todo ésto ha funcionado?

—Hasta dentro de 20 días, lo mejor es una prueba de sangre, pero yo confío bastante en estas pruebas.

Nos bañamos y vestimos, ahora sí en la ducha no hubo más acción, porque la idea es descansar, nos sentamos en el sillón y empezamos a pasar por los canales, hasta que encontramos una película que nos gustaba.

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