Secretos - La historia de una acompañante romance Capítulo 86

Buenas noches, hagan como que no me han visto y continúen en lo suyo.

—Tranquila Alicia, no estamos haciendo nada malo, solo estamos viendo televisión — dije.

—Aun así no quiero interrumpir, yo iré a mi habitación.

— ¿Por qué mejor no se alistan y salimos a cenar? — pregunto mi chico

—Me agrada la idea ¿Tu qué dices Alicia?

—Sino seré violinista me parece bien.

—Nada de eso, además tú eres especial para Lucy así que acepta un gesto de mi parte.

Subí a la habitación y empecé a cambiarme, Alicia se dió una ducha, lo supe al oír el agua caer, escogí un vestido que me llegaba hasta las rodillas, sin mangas y que mostrará un poco mis pechos, al salir también Alicia estaba saliendo de su habitación, ella ocupaba unos pantalones jeans y una blusa que dejaba poco a la imaginación, encima una chaqueta.

—Afuera está algo helado, si sale así le dará frío.

Tenía razón, no había pensado en eso, regresé por un suéter, ella se me adelantó y estaba siendo admirada por mi hombre, al verme bajar se quedó con la boca abierta.

—Estas hermosa, estás radiante.

—Gracias, por tus palabras.

— ¿Nos vamos?

—Si, ya estamos listas.

El fue hacia la puerta, la abrió y espero que las dos saliéramos, abrió la puerta del frente de la camioneta para mí y luego le abrió la puerta trasera a Alicia.

—Esta noche seré yo quien escoja el lugar.

—Al rato y conocés Chile — dije

—No, pero estuve buscando algunos lugares en mi teléfono.

—Sorprendeme entonces.

No dijo para donde nos llevaba, pero al llegar ví que nos trajo al Restaurante Italiano.

—Sabe cariño, vayamos a otro sitio.

— ¿Por qué? ¿Que pasa?

Alicia solo se puso a reír.

—Hemos tenido mala experiencia en ese restaurante y estamos vetada.

—En serio ¿Que paso? — pregunta él sorprendido

—La comida es un asco, aparte que en mi comida me salieron dos animalitos, de hecho me sorprende como ese sitio siga abierto

—No puedo creer lo que me dices, tan buena reseñas que tiene.

—Yo también me dejé llevar por las reseñas, pero ese día la parecer no fue el mío, todavía recuerdo que tire el plato al piso, el gerente en vez de pedir disculpas me quería cobrar todo, yo le grité que ni loca pagaría poe comida con cucarachas, eso es falta de higiene, esa noche quedaron vacía las mesas por nosotras, el gerente al final nos corrió y nos dijo que no volviéramos, no se cómo le hizo, pero al final eliminó los comentarios negativos.

—Pues no me esperaba eso realmente, vayamos a otro sitio.

—Permitame sugerir, en el puerto hay buenos restaurantes y con una linda vista al mar.

—Si, ahí es bien bonito, me gusta ir.

—Al final ustedes han escogido, no importa al menos hemos salido de casa.

Al llegar había música en vivo, el lugar estaba bastante animado.

—Pensé que era un lugar más tranquilo — dijo apenas llegamos.

—Aqui tocan algunos grupos locales en vivo, hay pistas de bailes.

—No me gusta bailar.

Yo me quedé helada, pensé que le gustaría el sitio, pero no me quedé sin decirle nada.

—Hagamos algo, vayamos a ese restaurante, vienes y bailás un poco con nosotras y luego más noche nosotras te damos un show de bailé privado, como el que te di la primera vez.

Mire a Alicia y solo me quedó viendo con los ojos bien abiertos, yo vine me acerque a el y puse mi mano en su pene, había un buen paquete debajo de todo eso.

—Parece que tú amiguito se anima, pero tú no dices nada.

—La verdad es que no se bailar.

Vine baje su cremallera y saqué su pene, le di una mamada sin importar que aún estaba en el parqueo.

—Entonces que me dices, saldrás a bailar con nosotras, que no sepas bailar no es problema, te enseñamos.

—Esta bien, iré a bailar, pero tienes que guardar ésto.

Señalando su pene, me agaché le di nuevamente una mamada y lo guarde, me costó un poco por lo duro que estaba.

—Tu si que sabes convencerme.

Pedimos una mesa en un segundo piso, la música siempre llegaba, pero era menos que abajo.

— ¿Que tomarán? — pregunta él.

—Yo tomaré algo sin alcohol, ya sea una limonada o algún jugo, recuerda que si queremos quedar embarazados, tengo que dejar el alcohol.

—Yo pediré una soda, soy poco a las bebidas alcohólicas.

—Muy bien, ya que ninguna tomara, yo tampoco lo haré.

—No mi amor, usted necesita quitarse la pena y solo lo hará con un poco de Alcohol

Cuando el mesero llegó yo hice el pedido y le pedí whisky a el, no era de tan buena calidad, pero lo que necesitaba es que se le fuera la timidez.

La noche estuvo bastante alegre, al final la pasamos muy bien, fui yo quien lo sacó a bailar primero, estuve bastante tiempo con él, luego fue Alicia con él, los músicos empezaron a tocar música pegadito, desde donde yo estaba podía verlos como el en ocasiones bajaba sus manos hasta las nalgas de Alicia, ella se dejaba, por alguna razón no sentía celos por él, sabía que no era la única, eso no me hacía sentir tan especial para reclamarle por algo así, además que fuí yo quién permitió que Alicia estuviera en esta relación, ya venían de regreso los dos.

— ¿Se han divertido? — pregunté.

—Bastante realmente, en la próxima que regresé saldremos a bailar.

—Me alegro que te hayas divertido, ya es hora de irnos, te has portado muy bien con nosotros y es tiempo de reclamar tu recompensa.

—Muy bien solamente iré a pagar y nos vamos.

El se fue y nos dejó a nosotras solas, miraba a Alicia un poco inquieta.

— ¿Que pasa Alicia?

—No quiero que se moleste conmigo, se que nos vio desde arriba y el señor tenía sus manos en mis nalgas.

—Alicia te diré algo, no estoy molesta contigo, sabes porque, ese hombre no me pertenece, el si quiere puede estar con muchas mujeres y se que muchas han pasado por él, celar a alguien sabiendo todo eso no tiene sentido, tu tranquila, con tal que me seas tú fiel a mi yo no tengo problema.

—Esta bien Señorita Lucy.

—Ahora cuando lleguemos tenemos que hacer un baile erótico para él, ya sabes lo que eso significa, lo único que te pido es que las primeras eyaculaciones tienen que ser dentro de mi, sabes cuáles son mis planes.

Ella solo movió la cabeza afirmando, el regreso y nos fuimos del sitio.

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